¿Hay alguien que haya ganado una medalla olímpica y el Nobel?
La respuesta es sí. Ocurrió hace 100 años y el protagonista de la historia es Philip John Noel-Baker
Si hay dos galardones con los que todos hemos fantaseado alguna vez, más allá de los Oscar o los campeonatos del mundo, habría que nombrar a las medallas olímpicas y a los premios Nobel. Son, sin duda, los trofeos más importantes de la historia moderna. Mientras uno, los primeros, se centran en el deporte, los Nobel apuntan en mayor medida a nuestras cualidades humanas y al aspecto científico. Por eso es raro que compartan espacio. Pero siempre hay excepciones y esta excepción es Philip John Noel-Baker. Nacido en Inglaterra en 1889 fue un político, académico, atleta y renombrado activista por el desarme. Noel-Baker se crió en una atmósfera de observancia religiosa y activismo político. Fue uno de los siete hijos de un cuáquero nacido en Canadá que se mudó a Inglaterra dos años antes que naciera Phillip.
Cuando tenía 21 años Noel-Baker participó por primera vez de los Juegos Olímpicos de Estocolmo, en 1912, participó de los eventos de 800 metros y 1.500 metros, quedando sexto en esta última distancia. Cuando se desató la Primera Guerra Mundial, Baker fue voluntario en la Unidad de Ambulancias. En Francia ganó la medalla Mons Star (otorgada a los británicos por las campañas en Francia o Bélgica), en Italia, la Medalla de Plata al Valor Militar y la Croce di Guerra. En 1915 conoció y se casó con una enfermera de un hospital de campaña, Irene Noel y él, que nació como Phillip John Baker, adoptó el apellido de su mujer y pasó a llamarse Noel-Baker desde entonces.
Una vez terminada la guerra y ya recuperada su vida, fue abanderado del equipo británico en los juegos de Amberes en 1920 y participó de los 400, 800 y 1.500 metros. Precisamente en esta última distancia, obtuvo la plata, a menos de 1 segundo de su compatriota Albert Hill, que se hizo con el oro. En los siguientes juegos, en París, fue capitán del equipo de atletismo de su país, aunque no compitió.
Noel-Baker participó en la formación, la administración y las deliberaciones legislativas de las dos grandes organizaciones políticas internacionales del siglo XX: la Liga de Naciones y las Naciones Unidas, de hecho ayudó a redactar la carta de las Naciones Unidas.
En 1929 comenzó su carrera política cuando fue elegido miembro de los Comunes como diputado laborista. Excepto un periodo de 3 años, Noel-Baker formó parte del parlamento hasta 1970. Noel-Baker se desempeñó como presidente del Partido Laborista, fue el ministro responsable de la organización de los Juegos Olímpicos de 1948 en Londres. Pero sin duda fue su experiencia en ambas guerras lo que determinó gran parte de su carácter. Por ello estuvo siempre comprometido con una política de desarme nuclearmultilateral: siempre buscó el consenso entre naciones. Por eso no resultó extraño para muchos que en 1959 recibiera el Premio Nobel de la Paz en 1959. En 1979, junto con Fenner Brockway, cofundó La Campaña de Desarme, una iniciativa dentro de las Naciones Unidas. Murió en 1982 y fue enterrado junto a su mujer.