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El atleta que perdió una medalla…por salvar dos vidas

Ocurrió en los Juegos Olímpicos de Seúl 1988 y el protagonista se llamaba Lawrence Lemieux

Ocupar uno de los tres sitios en el podio olímpico es sin duda uno de los mayores logros de cualquier deportista. Para llegar allí son capaces de realizar enormes sacrificios. Lo que no se dice habitualmente es lo que han sacrificado algunos por no llegar allí. Eso es lo que le sucedió a Lawrence Lemieux. Este canadiense había comenzado su carrera como navegantedeportivo cuando tenía 20 años, a principios de los años 1970. Compitió en los juegos de Los Ángeles 1984, donde terminó en el puesto 13. Pero continuó preparándose y llegó a los Juegos Olímpicos de 1988 en Seúl, en plena forma. El 24 de septiembre de aquel año, las regatas se celebraron en Busan. Lemieux iba segundo en la general y estaba en la lucha por una medalla cuando en la quinta de ocho regatas algo inesperado sucedió.

El tiempo empeoró súbitamente y el viento aumentó hasta llegar a los 35 nudos, casi 65 km/h. El mar estaba cada vez más agitado y las condiciones distaban mucho de ser ideales. En medio de la carrera, el canadiense vio como el velero de los representantes de Singapur, Joseph Chan y Siew Shaw Her, daba una vuelta de campana y ponía en grave peligro a los tripulantes, uno de los cuales resultó herido. En ese momento Lemieux, que estaba en una posición para asegurarse una medalla si no pasaba nada raro, tomó una decisión.

“La distancia entre Chan y el velero era bastante grande y la barca iba a la deriva más rápido de lo que él podía nadar – explicó Lemieux más tarde al Financial Times –. Pensé que si nosotros podíamos ver las enormes boyas naranjas, ¿quién iba a ver una cabecita meciéndose en el agua? Se habría perdido en el mar. Tuve que tomar una decisión y una vez que me di cuenta de la dinámica del problema no había duda”.

Lemieux decidió desviarse de su rumbo y logró llegar a donde estaba Chan y rescatarlo. Pero ya era muy tarde para incorporarse a la regata. Aún así espero junto a los deportistas de Singapur hasta que una lancha los rescató. Solo entonces se reincorporó a la competición. Y terminó en el puesto 21 y con sus chances de una medalla. O al menos de la medalla que todos pensaban que podría recibir. Durante la ceremonia de premiación, Lemieux recibió, de manos del presidente del COI la Medalla Pierre de Coubertin a la deportividad. La quinta persona en recibir este honor.

Actualmente, su rescate de los marineros de Singapur, es recordado como uno de los mayores actos de deportividad de la historia olímpica, pero para Lemieux es algo sorprendente. En una entrevista concedida cuando se celebraron los juegos de Londres, en 2012 aseguraba: “Pasas tu vida trabajando muy duro a nivel internacional y obtienes muy pocos elogios. Así que eso es lo irónico que 25 años después de este rescate, todavía estamos hablando de ello”. Esos fueron los últimos Juegos Olímpicos de Lemieux, al menos hasta la fecha, ya que actualmente es entrenador.

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