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La reina que murió porque nadie podía tocarla

La historia está relacionada con el monarca que inspiró la historia de Anna y el rey

A finales de 1850, el rey Mongkut de Siam (la actual Tailandia) pasó a la historia en Occidente no solo por sus reformas en educación y en calidad de vida, sino también por su relación con Anna Leonowens, cuya autobiografía inspiró la reconocida Anna y el rey. Pero uno de los 82 hijos de Mongkut, Chulalongkorn, también sería famoso: abolió la esclavitud, garantizó la independencia de Siam y creó un sistema de salud público entre otras reformas. Pero también pasaría a la historia por otros motivos. Chulalongkorn reinó en Siam durante más de 40 años y, en aquellos tiempos,la nobleza era intocable. Literalmente. De hecho una ley estipulaba que si alguien que no fuera de la nobleza tocaba a algún miembro de la casa real, era legítimo asesinarlos.


A pesar que el rey Chulalongkorn tenía su propio harén con 92 consortes, la reina consorte y su favorita era Sunandha, que era medio hermana del rey, ya que era hija de Mongkut y una de las princesas consortes, Piyamavadi Sri Bajarindra Mata. De hecho las otras dos esposas de Chulalongkorn también eran medio hermanas del rey, una práctica habitual que confirma las diferencias de castas en el país. Por ley Sunandha tenía todos los títulos formales aunque no poseía poder político o militar. En mayo de 1880, cuando la reina Sunnadha tenía 19 años, una hija de dos años y estaba embarazada, fue a visitar la residencia de verano de la familia real en Bang Pa-In, en las afueras de Bangkok. El viaje implicaba navegar a través del río Chao Phraya. Para mantener su privacidad y proporcionarle un viaje tranquilo, su barca se ató a una más grande que era la que la llevaba por el río. La reina estaba acompañada por su hija, la princesa Karnabhorn Bejraratana y en la barca más grande iban guardias y sirvientes, respetando la ley de no mezclar nobles y plebeyos.

En su camino sobre el río Chao Phraya hacia la casa de verano de los reyes, el barco real volcó y tanto la reina como la princesa cayeron al agua y ninguno de los guardias o sirvientes los rescató. Algo que no solo ocurrió por la ley que prohibía tocar a la realeza, sino también por una creencia religiosa. De acuerdo con las creencias de muchos habitantes de Siam salvar a una persona que se está ahogando era entrometerse con los espíritus del agua, algo que podía enfurecerlos y traer consecuencias negativas. Sea cual sea la razón cuando Sunnadha y la princesa fueron subidas a la barca principal, ya estaban muertas.

Chulalongkorn, afligido por el dolor, exigió un funeral sin precedente para ellas. Los preparativos para el funeral tomaron 10 meses. Los cuerpos de la reina y la princesa fueron secados con inyecciones de mercurio y almacenados en urnas de oro mientras se recolectaban maderas preciosas (palisandro, sándalo, ébano, teca…) para la construcción de una pira funeraria. La pira llegó a medir casi 100 metros de altura y allí se cremaron los restos de las dos nobles. El funeral oficial duró cinco días en total.

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