Extremismo legal: el emperador que sancionó más de 11 000 leyes
José II de Austria fue uno de los líderes que más cambios provocó durante su gobierno
De acuerdo con la Real Academia Española, el extremismo es la tendencia a adoptar ideas extremas, especialmente en política. En este sentido, José II de Austria podría catalogarse como extremista. Entre 1765 y 1790, el emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, rey de Hungría y Bohemia, rey de Galitzia y Lodomeria, archiduque de Austria y duque de Milán, emitió unos 6.000 edictos y más 11.000 nuevas leyes diseñadas para regular y reordenar todos los aspectos del imperio. Su ritmo legislativo fue de casi dos leyes diarias durante 25 años, un extremo sin duda en el ámbito legislativo.
Hijo de de la archiduquesa María Teresa y del emperador Francisco I, hermano de María Antonieta reina de Francia, José II, quien llegó al poder con menos de 24 años, muy pronto se dio cuenta que sus tierras necesitaban una reforma. De los cinco millones de húngaros que componían su nación, 40.000 eran nobles y 4.000 de ellos eran propietarios de todas las tierras y quienes las trabajaban eran siervos vinculados legalmente a dichas propiedades. este fue uno de los primeros cambios organizados por José II.
En 1781, Joseph emitió el Edicto de Servidumbre, que tenía como objetivo abolir aspectos del sistema tradicional de servidumbre que en muchos casos databa de la era feudal. Gracias a este edicto se establecían libertades civiles básicas para los siervos: podían elegir libremente a sus cónyuges, recibir educación gratuita y se regularon los impuestos, contribuciones y trabajo que debían a los propietarios. Obviamente la medida no gustó a los terratenientes. Pero no iba a ser el primer encontronazo de José II con el poder. También realizó reformas en educación: la escolarización primaria se convirtió en obligatoria y se crearon becas para estudiantes pobres con talento. Se permitió la apertura de escuelas de otras minorías religiosas y se cambió, del latín al alemán, el idioma oficial en la enseñanza.
Y después de la educación, llegó la religión, con el edicto de Tolerancia que otorgaba libertad religiosa a luteranos, calvinistas, ortodoxos serbios y a la población judía (abolió el uso de la estrella amarilla, que distinguía a los miembros de esta religión). A partir de ese momento se les permitía legalmente realizar "ejercicios religiosos privados”. Tan polémicas fueron estas últimas reformas que el Papa Pío VI acudió a visitarlo en marzo de 1782. José II lo recibió de un modo muy políticamente correcto, pero le dijo que no iba a retroceder.
Creó jardines públicos transformando las murallas medievales de Viena, reformó la industria local y adaptó la agricultura a los nuevos tiempos, mientras apoyaba las artes, reducía la censura en la prensa y el teatro.
Tanto cambio, muy impopular entre las altas esferas, hizo que sus dos últimos años, entre 1788 y 1790, los pasara débil y enfermo en su habitación, completamente ignorado por su canciller, sin ser escuchado en sus opiniones y sin recibir la visita de su hermano, Leopoldo II que lo sucedería en el trono.
José II solo tuvo una hija, María Teresa de sus dos matrimonios. El primero con Isabel Borbón Parma y el segundo con Josefa de Baviera, ambas murieron de viruela, mientras que su hija, falleció de pleuritis a los 7 años.