Fernando II antes de ser Fernando el Católico
El 19 de enero de 1479 Fernando II es coronado rey de Aragón.
Fernando ya estaba casado con Isabel de Castilla, de manera que a partir de aquel momento las coronas de Castilla y Aragón quedaron unidas en un lazo que ya no se disolvería jamás.
Tras la muerte de su padre, Juan II de Aragón –un político medieval de viejo estilo que vivió ochenta años– Fernando ocupó el trono aragonés, cuyo reino continuaban litigando con los nobles locales y con los monarcas de países cercanos.
El propio Fernando, de niño, vivió el asedio en más de una ocasión por los grandes señores de Aragón y Cataluña. Una enseñanza que marcaría su concepción de gobierno.
Ante todo, el rey Católico fue un político que se ganó a la recelosa nobleza castellana gracias a sus habilidades de negociación y diplomacia.
Fernando e Isabel, juntos, lograron reorganizar a fondo el país: modernizaron la administración pública, sanearon la hacienda, abolieron numerosas injusticias derivadas del sistema feudal...
Ese trabajo incluyó la implantación en Castilla de instituciones aragonesas como los consulados comerciales y los gremios, lo cual multiplicó la potencia de la economía castellana.
En definitiva, los reyes se encargaron de asentar el poder público de la Corona frente al poder privado de los nobles: tanto Fernando como Isabel habían experimentado en carne propia la necesidad de hacerlo a cualquier precio.
Tras la conquista de Granada, misión diplomática y militar, Fernando consiguió afianzar las posiciones aragonesas en Italia. Así España se convirtió en una potencia determinante en el escenario internacional.
Los Reyes Católicos también patrocinaron la aventura americana y se ocuparon de establecer bases seguras en el Norte de África.
Al final de su vida, logró derrotar a su peligroso yerno, Felipe el Hermoso y conservar bajo un mismo cetro Castillo y Aragón.
El tratadista italiano Maquiavelo mostró a Fernando de Aragón como modelo de príncipe europeo y moderno.