¿Qué es la puzolana, el ingrediente secreto de los acueductos romanos?
La dureza e impermeabilidad de la puzolana la convirtió en el ingrediente clave para la construcción de edificios, acueductos y calzadas romanas.
¿Qué hizo grande a la Antigua Roma? ¿Fue el acero con el que forjaban sus temibles gladius y la férrea disciplina de sus legiones? ¿Tal vez la cultura y genialidad de sus filósofos, políticos y poetas? Lo que está claro es que su imparable crecimiento y posterior dominación fueron producto de un cúmulo de factores que les ayudaron a construir un imperio como ningún otro que se hubiera visto. Y precisamente de construcción va la cosa, porque en este artículo vamos a hablar de la puzolana, un material utilizado para fabricar cemento en la antigüedad que fue clave en la ingeniería romana.
El secreto está en la masa
Las puzolanas son materiales silíceos o aluminio-silíceos utilizados desde tiempos muy antiguos hasta el siglo XIX, cuando se inventó el llamado cemento Portland, e incluso después como ingrediente base para fabricar cemento. Las principales características de la puzolana son un gran endurecimiento debido a la reacción química que tiene lugar al mezclar hidróxido de calcio y agua y su impermeabilidad derivada de esta misma reacción. Si bien es cierto que los griegos ya utilizaban la puzolana como ingrediente para hacer hormigón, fueron los romanos quienes descubrieron todas sus ventajas y las aplicaron a sus obras de ingeniería. Originalmente, el nombre procede del pueblo Pozzuoli (cerca del volcán Vesubio, en Italia), de donde se extraía puzolana volcánica.
Aunque son muchos los edificios de la vieja Roma construidos con puzolana que han sobrevivido hasta nuestros días, el caso más relevante es el del Panteón de Agripa. Esta impresionante construcción erigida en el año 123 en pleno corazón de la Ciudad Eterna posee la cúpula más grande de la Edad Antigua (lo fue durante 1500 años) gracias al uso de la puzolana en la mezcla del hormigón. Los romanos lograron que fuera más ligera mezclando la puzolana con piedra pómez y ladrillos rotos, permitiendo así crear una estructura más alta que sigue en pie (y asombrando a todo aquel que la ve) tantos siglos después.

Panteón de Agripa
¿Por qué fue tan importante?
Ahora bien, ¿de verdad fue tan sumamente importante para el crecimiento de Roma? Como ya hemos dicho, el triunfo del Imperio romano a la hora de expandirse e imponer su mundo a otros pueblos fue el culmen de numerosos factores que no deben ordenarse según importancia ya que todos jugaron su papel y fue la suma de todos la que lo hizo posible. Pero podemos decir que la puzolana fue el cemento que mantuvo unidas todas y cada una de las partes responsables del éxito romano.
Después de que las legiones sometieran un nuevo territorio y se instaurara la nueva autoridad ligada a la ciudad italiana, se iniciaba un proceso denominado romanización mediante el cual se conseguía que los pueblos anexados asimilaran la cultura y las tradiciones romanas a través de la moneda común, el idioma, la educación o la construcción de obras civiles (recordemos esa mítica escena de La vida de Brian donde los Monty Python cuestionan las ventajas de vivir bajo el yugo de Roma). Los grandes templos aumentaban su presencia e influencia en la zona, pero eran los baños públicos, los acueductos o las calzadas los que realmente cambiaban la vida de las personas y hacían que el Imperio Romano se consolidase en las tierras que poco antes le eran hostiles. La puzolana permitió a los romanos construir puentes y acueductos resistentes, impermeables y duraderos, y poco a poco convirtió en realidad ese dicho de que “todos los caminos (de puzolana) llevan a Roma”.