¿Quién fue el prisionero con la máscara de hierro?
Existen al menos diez posibles identidades para ese famoso prisionero al que “hay que tener siempre enmascarado y cuyo nombre no se pronuncia”.
Cuando uno piensa en la Francia de los mosqueteros no puede evitar imaginar, por una clara influencia de los escritos de Alejandro Dumas, un lugar de aventuras, emoción, camaradería, duelos con espadas, romances en la noche, conspiraciones palaciegas y ese grito universal de “¡Todos para uno, uno para todos!”. Pues bien, aunque estas historias no dejan de ser ficción nacieron de un momento de agitación política y social que dejó situaciones escabrosas y misterios sin resolver. Uno de los más conocidos y enigmáticos es la identidad de ese prisionero francés “al cual hay que tener siempre enmascarado y cuyo nombre no se pronuncia”, el hombre de la máscara de hierro.
Los primeros datos que se conocen sobre el misterioso prisionero datan de finales del siglo XVII, en la década de 1680. Una gaceta de la época habla de un hombre que fue encerrado por orden directa de Luis XIV, el Rey Sol, en la ciudadela de Santa Margarita bajo la constante vigilancia del mosquetero retirado Bénigne Dauvergne de Saint-Mars y que antes habían estado en varias fortalezas de difícil acceso en los Alpes. Al año siguiente Saint-Mars fue nombrado alcaide de la Bastilla en París y se llevó consigo a su reo, a quien mantenía con la cara tapada, nunca pronunciaba su nombre y solo lo atendía él mismo o su personal de confianza. Un oficial de la prisión escribió estos hechos, sorprendido por el extraño comportamiento de su superior. Según consta en los registros de la Bastilla, el prisionero misterioso murió en 1703 con aproximadamente cincuenta años, fue enterrado en el Cementerio de Saint-Paul y sus pertenencias fueron quemadas.

Hombre de la máscara de hierro
El asunto podría haber quedado ahí, con una muerte que llevaba a este preso directo a la inmensidad del oblivion, pero su historia salió de la Bastilla y empezó a circular primero por París y después por toda Francia. Luis XIV es recordado como un rey que llevó al país a una época de esplendor y riqueza pero lo hizo a base del despotismo y el abuso de poder, la pobreza de su pueblo y la protección de las clases privilegiadas. Esta situación hizo que contara con muchos detractores que no dudaron en utilizar al prisionero de la máscara contra el monarca. Entre las teorías más conocidas estaría que el preso era su legítimo padre (un amante de su madre que le haría perder el trono al no ser hijo de Luis XIII), su hijo Luis de Borbón (que en teoría había muerto combatiendo en Flandes), el duque de Beaufort que conspiró contra él o alguno de los hombres con los que su esposa María Teresa de Austria lo engañaba.
La leyenda del prisionero misterioso continuó con renovadas fuerzas durante el siglo XVIII. Curiosamente su popularización vino de manos de Voltaire, quien fue encerrado en la Bastilla en 1717 por un texto satírico contra el rey y que conoció su historia a través de los testimonios de los presos más longevos. Aunque hasta entonces se solía decir que el rostro del detenido se ocultaba con una capucha de tela, Voltaire afirmó que era con una horrenda máscara de hierro (de ahí el nombre por el que se le conoce) que contaba con un mecanismo para abrir la zona de la mandíbula y poder comer con ella. El filósofo también explicó que el hombre había sido hecho prisionero con alrededor de treinta años, que vestía elegantemente incluso en aquel lugar, que sabía tocar la guitarra y que su forma de actuar y hablar señalaban su pertenencia a la nobleza. Voltaire teorizó que si era un noble cuyo rostro no podía ser visto y que había sido encarcelado por el propio rey, la explicación más lógica era pensar que se trataba del hermano gemelo de Luis XIV. Esta teoría sería utilizada más tarde por el escritor Alejandro Dumas, que nos presentó al prisionero de la máscara de hierro por primera vez en El vizconde de Bragelonne (1847).

El hombre de la máscara de hierro
Por desgracia, y aunque todavía hay incógnitas rondando este tema, la explicación es mucho más anodina que la ideada por Voltaire y Dumas. El prisionero de la máscara de hierro se llamaba en realidad Eustache Dauger, un hombre que fue arrestado por causas desconocidas en 1669 y del que no se volvió a saber nada. La teoría más difundida es que Dauger era el secretario o ayudante de Nicolás Fouquet, todopoderoso superintendente de finanzas con Luis XIV, y que debió ser encerrado por conocer alguna información comprometida o por haber ayudado a su jefe a enriquecerse a costa del pueblo francés. Otras versiones defienden que Dauger trabajaba para Jules Mazarin, sucesor del cardenal Richelieu que también uso su situación de poder para enriquecerse descaradamente.