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¿Qué es la ‘mano invisible’ de Adam Smith?

Este término fue empleado por el filósofo y economista escocés para referirse a la tendencia que tiene el libre mercado de autocorregirse.

La ‘mano invisible’ es un concepto económico creado por Adam Smith según el cual el interés personal y egoísta de un individuo puede acabar por repercutir positivamente en el conjunto de la sociedad. Según Smith, el ser humano tiene como primera tendencia el amor por sí mismo y la búsqueda de su propio beneficio, pero al mismo tiempo puede sentir empatía por otros y eso le hace abandonar parcialmente sus impulsos egoístas. La ‘mano invisible’ es la representación ficticia de una fuerza que provoca este equilibrio y compensa las contradicciones de las leyes del mercado o, visto de otra manera, una ilustración de la ley de la oferta y la demanda.

Limitaciones y puntos fuertes de la ‘mano invisible’

Smith defendía a través de su ‘mano invisible’ que en un mercado libre la tendencia natural era la de buscar el beneficio común a partir de los intereses individuales. Por ejemplo, la motivación por la que un fabricante de bombillas crea su producto es la de obtener beneficios al venderlo, pero al hacerlo genera empleo y cubre las necesidades de la población por lo que su interés egoísta acaba por servir a otros. Si llega un momento en el que la población ya no necesita bombillas, no les interesará comprarlas y el fabricante tendrá que buscar un nuevo producto para seguir obteniendo beneficios (oferta-demanda).

El principal problema de la teoría de Smith, al igual que le pasaría a Karl Marx con la dictadura del proletariado, es que la realidad suele ser más compleja y el equilibrio entre egoísmo y empatía más difícil de conseguir. Precisamente para este punto, Adam Smith diferenciaba entre interés propio y avaricia y defendía que el ser humano quiere vivir en una sociedad de derechos en la que se respeta al ciudadano, por lo que se acabará anteponiendo el bien común a la riqueza o el poder individual, de nuevo, gracias a la ‘mano invisible’.

Adam Smith también señalaba algunos casos en los que el libre mercado y, por lo tanto, la ‘mano invisible’ no podrían aplicarse o no serían apropiados. Así ocurre con lo que más tarde se denominó ‘tragedia de los comunes’, una situación en la que el consumo o uso de unos bienes públicos (comunes) limitados no beneficia al conjunto. Esta situación se ejemplificó por primera vez con un prado en el que varios pastores, sin consultarse y pensando en que no tendría consecuencias para los demás, ampliaron su rebaño y provocaron que el prado se consumiera y tanto ellos como sus ovejas murieron de hambre. En la actualidad, suele ser aplicable con las políticas medioambientales.

Sobre el autor

Adam Smith nació en Kirkcaldy (Escocia) el 16 de junio de 1723. Amigo de David Hume desde su juventud, fue un hombre letrado que estudió en la Universidad de Glasgow y en Oxford y ejerció en ambas como profesor ayudante de Retórica y Literatura y como catedrático de moral respectivamente.

Viajó por Europa y estuvo en contacto con la élite intelectual de la época. En 1776 publicó el libro por el que sería conocido hasta la actualidad, La riqueza de las naciones, en la que exponía su teoría económica y gracias al cual es considerado el padre del sistema liberal capitalista tan arraigado en los países occidentales. El autor, que a diferencia de Hume defendía el acceso cotidiano e inmediato a un mundo exterior independiente de la conciencia, hacía alarde de un razonamiento sistemático y científico para respaldar sus teorías. Al mismo tiempo, Smith veía una bondad innata en el ser humano y una preocupación en sus semejantes que hacía que el mercado se regulase sin necesidad de intervención estatal.

Adam Smith ejerció como director de Aduana de Edimburgo en 1788 y hasta el día de su muerte, el 17 de julio de 1790.

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