¿Desde cuándo funciona el famoso Big Ben de Londres?
El reloj de la torre que corona el Palacio de Westminster, sede del Parlamento del Reino Unido, dio su primera campanada el 7 de septiembre de 1859.
Cada ciudad tiene sus lugares y monumentos propios, de esos que no pueden faltar cuando nos imaginamos el skyline de la urbe de turno. En Londres, la capital británica, ese monumento inconfundible (y eso que tiene muchos) es el Big Ben, una torre del reloj lleva dando la campanada desde 1859.
A pesar de la creencia popular, Big Ben es el nombre de la gran campana del reloj situado en el lado noroeste del Palacio de Westminster, y no del reloj en sí, aunque hoy se asocie a todo el conjunto monumental (campana, reloj y torre que los alberga). Hay distintas teorías sobre el origen de esta denominación. Se cree que se le asignó a la campana principal de la torre en honor a Sir Benjamin Hall (1802-1867), ingeniero y político que supervisó su instalación, aunque hay quienes defienden que fue en homenaje a Ben Caunt, campeón inglés de boxeo muy popular en la época.
Sea como fuere, la torre –tradicionalmente llamada Clock Tower hasta que en 2012 fue rebautizada como Elizabeth Tower, por el jubileo de diamante de Isabel II de Inglaterra– fue construida como parte de un nuevo Palacio de Westminster (el actual, en estilo neogótico) tras ser destruido el original por un incendio en 1834.
Aunque el arquitecto jefe de la obra del Palacio fue Charles Barry, se le encargó el diseño de la torre a otro constructor, Augustus Pugin. Se completó en 1858, con una altura final de 96,3 metros (el equivalente a dieciséis pisos), lo que la convierte en la tercera torre de reloj más alta del mundo.
Famoso por su gran fiabilidad y precisión, el reloj principal fue construido por Edward John Dent y su hijastro Frederick y, tras varias pruebas en las que la campana llegó a romperse por el peso excesivo del martillo, Big Ben funcionó por primera vez el 7 de septiembre de 1859. Desde entonces hasta nuestros días, ha sufrido numerosos incidentes, averías y reparaciones. Tal vez el peor ocurrió el 10 de mayo de 1941, cuando un bombardeo alemán dañó dos de las esferas y algunas secciones del tejado de la torre, que cayeron sobre el edificio de la Cámara de los Comunes y lo destruyeron parcialmente. No obstante, a pesar de los ataques aéreos de la Luftwaffe sobre Londres durante la Segunda Guerra Mundial, el Big Ben siguió funcionando y dando la hora con perfecta puntualidad británica. Y así continúa en la actualidad, convertido en un icono londinense y un símbolo cultural del Reino Unido, omnipresente en películas, series de televisión, cabeceras de programas de noticias, carteles, postales y documentales.
El Big Ben en cifras
Otros datos y cifras: se asienta sobre una base de hormigón de 15 metros de lado y 3 metros de espesor, con una profundidad de 4 metros bajo el nivel del suelo; los cuatro relojes están situados a 55 metros de altura y el conjunto tiene un peso próximo a las 8.667 toneladas. En parte por ello, pero sobre todo por los cambios en las condiciones del suelo desde su construcción –debidos a la excavación de túneles de metro en las cercanías de Westminster–, la torre se inclina levemente hacia el noroeste: unos 220 mm, algo que ya es apreciable incluso a la vista (nada que ver, por supuesto, con la inclinación de la Torre de Pisa, aunque se debate cómo ponerle freno).
A pesar de ser una de las atracciones turísticas más famosas del mundo, el interior de la torre no está abierto a los turistas. Solo los residentes en el Reino Unido pueden solicitar una visita con antelación a través del Parlamento. Eso sí: la torre no tiene ascensor, por lo que los visitantes deben subir 334 escalones de piedra para coronarla.