¿Cuál fue el primer satélite artificial lanzado al Espacio?
La URSS logró lanzar por sorpresa al espacio el "Sputnik", primer satélite artificial del mundo, el 4 de octubre de 1957.
Sputnik-1 fue lanzado desde Kazajistán, antes parte de la URSS, y su nombre, en ruso, significa “compañero de viaje”.
Resultó un golpe para el gobierno estadounidense que se quedó absolutamente consternado: un país considerado por ellos tecnológicamente inferior los había superado. Era la primera vez que un artefacto construido por el ser humano se ponía en órbita alrededor de la Tierra.
Lo que definieron los medios como “carrera especial” daba su pistoletazo de salida con esta hazaña soviética publicada en todos los periódicos del mundo el 4 de octubre de 1957.
Los americanos respondieron ante este nuevo reto anunciando un refuerzo de su programa de investigación espacial.
El artífice del primer satélite artificial lanzado al espacio fue el ingeniero aeronáutico Serguéi Korolev, un brillante científico soviético, varias veces condecorado por sus servicios. Sin él, se cree que la URSS no habría logrado tomar la delantera en los primeros años de la carrera espacial.
El Sputnik-1 era una esfera de algo más de medio metro de diámetro con cuatro largas antenas telescópicas que superaban los dos metros de longitud. Tenía una masa en órbita de poco más de 80 kilos y contaba con dos transmisores de radio en sendas frecuencias.
Entre sus objetivos estaban medir la densidad de electrones en la ionosfera terrestre y enviar otros datos como la temperatura vía telemetría a su centro de control ubicado en Moscú.
Un mes más tarde, en noviembre, lanzaron el Sputnik-2 en el que viajaba la perra Laika, con alimento, agua y aire para varios días, e instrumentos para registrar sus reacciones biológicas.
La opinión pública estadounidense no salía de su asombro “¿qué sería lo próximo?”, se preguntaban.
Tendrían que pasar unos años para que el programa estadounidense comenzara a dar frutos y ocupar el primer puesto de privilegio, que en los cincuenta estaba en manos de la Unión Soviética, que no perdió oportunidad y sacó partido a sus triunfos propagandísticos en el cosmos.
En diciembre de 1957, Estados Unidos contraatacó con el lanzamiento del cohete Vanguard con un satélite en el que llevaban trabajando desde 1955, cuando el presidente Eisenhower había seleccionado el proyecto Vanguard de la armada para la investigación espacial.
Pero el artefacto estadounidense explotó en la rampa de lanzamiento.
Un mes después se lanzó con éxito el satélite Explorer 1 utilizando un cohete que había diseñado Von Braun. Sus instrumentos científicos hicieron un gran descubrimiento: dos franjas de radiación sobre la atmósfera terrestre, los cinturones Van Allen.
En julio de 1958, el presidente Eisenhower estableció la National Aeronautics and Space Agency (Agencia Espacial y Aeronáutica Nacional, NASA) que reclutó a siete astronautas y contrató a Von Braun como ingeniero jefe.
Cuando Moscú puso en órbita al primer hombre en 1961 –Yuri Gagarin–, ambos países habían sacrificado a muchos animales y la carrera espacial se había convertido en una obsesión nacional.
Repercusiones culturales
En definitiva, supuso el inicio de la era espacial en el contexto de la Guerra Fría, que prometía acelerar la revolución científico-técnica tras la Segunda Guerra Mundial.
Pero, también desató un fenómeno llamado "sputnikmanía".
En todas las latitudes, se bautizaron discotecas, nuevos bocadillos y cócteles con el nombre de Sputnik.
En Estados Unidos, incluso los inconformistas de la generación beat fueron rebautizados beatniks por un columnista interesado en vincularlos a la URSS.