Magallanes, un ambicioso navegante
El explorador portugués Fernando de Magallanes, descubridor del estrecho austral que lleva su nombre, murió en Filipinas.
El explorador portugués Fernando de Magallanes ha pasado a la historia de la navegación y los descubrimientos. La expedición que lo llevó hasta ese estrecho que lleva su nombre daría la vuelta al mundo por primera vez, aunque Magallanes murió antes de completar la hazaña y fue sustituido por Juan Sebastián Elcano; quien lograría hacer la primera circunnavegación de la Tierra tras regresar a las costas españolas en 1522. La expedición había partido el 10 de agosto de 1519, tomando rumbo al suroeste.
Al igual que la mayoría de los exploradores de su época, Magallanes no tenía ni idea de las enormes distancias que debía recorrer y, cuando llevaba más de tres meses en alta mar sin avistar tierra, los tripulantes empezaron a padecer hambre. A pesar de las terribles penalidades, los barcos prosiguieron su lento avance hasta llegar a las Filipinas dos años más tarde, donde los hombres supieron que se estaban aproximando a su objetivo.
Guiada por los alisios, la expedición arribaría en unas islas reverdecientes de luminosas playas, en donde los indígenas congregados saludaban amistosamente. Magallanes puso el ancla en Cebú y tomó posesión de las islas en nombre del rey de España. Aquel día 16 de marzo de 1521, las futuras islas Filipinas recibirían el nombre de San Lázaro. En la jornada del 14 de abril bautizaron a un millar de indígenas, empezando por su jefe, Humabón. Este se hallaba en guerra con Lapu Lapu, jefe de la isla de Matcán, situada frente a la de Cebú. Magallanes decidió tomar el partido del nuevo cristiano, Humabón, y desembarcó en Matcán, acompañado por unos cincuenta hombres (27 abril 1521). Una lluvia de flechas los recibió y los españoles huyeron rápidamente hacia su embarcación. Magallanes, cojo y chapoteando en el cieno, se quedó solo y los indígenas de Matcán lo capturaron y le dieron muerte. Humabón, a ver que los españoles volvían sin su jefe y comprendiendo que no eran invulnerables pese a los amuletos de su religión, les preparó una trampa y dio muerte a unos veinte. Carvallo, el ayudante de Magallanes, decidió proseguir la expedición. Pero, como solo podía contar con 108 hombres, número insuficiente para maniobrar las tres naves que les quedaban, ordenó quemar una de ellas, la Concepción.
A la muerte de Magallanes, Elcano toma el mando de la expedición como capitán de la nave Victoria. El 27 de diciembre de 1521, tras haber conseguido llegar a las islas Molucas, la flota española parte hacia España con un importante cargamento de especias. Por fin, el 9 de noviembre de 1522 logra llegar a Sanlúcar de Barrameda. Sólo 18 de los 265 tripulantes que partieron de España lograron sobrevivir en los tres años que duró la travesía.
Estos hombres fueron hallados famélicos y agotados tras un viaje mucho más largo de lo que habían esperado y en el que tuvieron que vivir del pillaje para conseguir alimentos y agua. Esta era la única opción que tenían, ya que portugal controlaba la práctica totalidad de las costas africanas y no podían desembarcar en tierras controladas por los lusos.