La lucha por el poder en Florencia
Durante el Renacimiento Florencia fue testigo de una despiadada lucha por el poder entre clanes rivales.
El 26 de abril de 1478 en plena misa mayor en la catedral de Florencia, Giuliano de Medici, hermano menor de Lorenzo, fue apuñalado diecinueve veces mientras el sacerdote consagraba la hostia. Francesco de Pazzi, perteneciente a una familia de destacados mercaderes, había sido el urdidor de la conjura y se encargó de rematar al Medici.
Este y otros que lo apoyaban trataron también de matar a Lorenzo, que resultó herido en este suceso que pasaría a conocerse como el Complot de abril.
Para la familia Pazzi, las libertades públicas en las que se basaba el gobierno de la ciudad de Florencia estaban siendo manipuladas por los Medici. Al parecer, contaban con el apoyo secreto del Papa Sixto IV.
Pero el plan de esta familia de mercaderes para acabar con sus rivales funcionó sólo en parte, ya que el intento de atacar el Palazzo Della Signoria (sede de la familia Medici) con unos mercenarios no les salió como esperaban. El edificio estaba cerrado y muy protegido y las campanas de la catedral alertaron al pueblo de lo que sucedía, por lo que se formaron milicias ciudadanas que se enfrentaron a los conjurados.
En poco tiempo los Pazzi fueron atrapados y se les ahorcó de inmediato: el primer día aparecieron más de veinte colgados de las ventanas del palacio de los Medici y del Bargello. Este escarmiento público no fue suficiente para Lorenzo, que ordenó a Botticelli pintar los retratos de los detenidos como advertencia a aquellos que repitiesen la osadía de enfrentarse a un Medici.