Auschwitz: el infierno en vida... ¡hasta la muerte!
El campo de exterminio de Auschwitz es el lugar que mejor representa el nivel de maldad que puede llegar a alcanzar la naturaleza humana.
Si alguna vez el ser humano ha creado un escenario más parecido al infierno bíblico ha sido en Oswiecim (Polonia), Auschwitz para los alemanes. En las afueras de esta pequeña localidad cercana a Cracovia, el régimen nacionalsocialista de Adolf Hitler estableció durante la II Guerra Mundial un campo de exterminio que crecería con el dominio alemán. Judíos en su inmensa mayoría -pero también gitanos, incapacitados físicos o mentales, homosexuales, intelectuales y opositores al nazismo de todos los rincones de las zonas ocupadas– fueron “reasentados” aquí. Los “no aptos” para trabajar, un 75%, eran exterminados sistemáticamente a su llegada, en cámaras de gas.
Apenas sobrevivían
Los que podían mantenerse en pie se utilizaban como mano de obra esclava; despojados de su nombre, sus ropas y tatuados con un número en la piel serían obligados a sobrevivir tras una alambrada electrificada en unas condiciones límite. Se calcula que entre 1.100.000 y 1.500.000 personas entraron en Auschwitz. Al término de la contienda sólo quedaban unos 5.000.