Los caballeros las prefieren rubias
Fue a principios del siglo XX cuando nuestra civilización sufrió la pasión rubia.
No fue hasta que salieron al mercado los tintes para el pelo, en 1930, y Jean Harlow puso de moda el rubio platino en Hollywood, cuando nuestra civilización sufrió la pasión rubia.
En la década de los 50 aparecieron los tintes de uso doméstico, los anuncios decían cosas como: “si sólo tengo una vida que vivir dejadme vivirla como rubia”.
Es curioso que mientras la sensual Marilyn Monroe, morena, se tiñó de rubia y se maquillaba en tonos pálidos, Elvis Presley, de pelo arenoso, se lo puso oscuro. Ambos apostaban por exagerar su atractivo sexual, resaltando los signos de feminidad y masculinidad.
Ahora bien, esto no responde a la pregunta: ¿por qué se prefiere a las rubias? Según el neurocientífico V. S. Ramachandran, es por la palidez de su piel. Así es más fácil observar la salud, la edad y el interés sexual, y por eso las prefieren así los hombres. Pero, a pesar de que Hollywood ha promocionado la imagen de mujer rubia sexy y peligrosa, la que reflejan es la de dulce y sumisa.
La Cenicienta de Disney es rubia, mientras que las malvadas hermanastras son morenas –excepto Blancanieves, aunque ésta tiene una piel extremadamente pálida–. Es inevitable; cuando se pide a la gente que puntúe diferentes características de la personalidad a partir de una fotografía, tiende a juzgar a las rubias como más débiles, sumisas y menos inteligentes.
¿Es un estereotipo mediático? En una serie de intrigantes estudios hechos por el psicólogo Jerome Kagan se descubrió que los niños con el pigmento de palidez, en particular los de ojos azules, eran más inhibidos que los de ojos oscuros:, temían más las nuevas situaciones, dudaban si acercarse a alguien, se callaban ante un recién llegado y tendían a estar más cerca de sus madres.
Kagan cree que el miedo a la novedad, la producción de melatonina y los niveles de corticoesteroides deben estar relacionados. Su idea, muy especulativa, es que al emigrar al norte de Europa, los humanos tuvieron que enfrentarse por primera vez en la Historia a bajas temperaturas de manera constante.
Entonces se produjo una mutación que incrementó el nivel de norepinefrina –uno de los más importantes neurotransmisores–, lo que trajo consigo un aumento en la eficiencia del sistema nervioso simpático y en la temperatura corporal, ofreciendo una ventaja evolutiva. Pero como subproducto dejó también un sistema nervioso más reactivo y un temperamento más timorato. Quizá ser rubio de ojos azules y timidez vengan en el mismo paquete.