La búsqueda del Grial perdido
Muchos son los interrogantes y las hipótesis que rodean a la mítica reliquia del Grial.
Al suroeste de Carcasona, el enigma persigue a la villa francesa de Montségur, donde se encuentra una fortaleza que algunas fuentes consideran el castillo del Grial.
Para afirmarlo, se basan en un relato que narra cómo cuatro caballeros huyeron de la fortaleza llevándose consigo el valioso Santo Grial. Así, las ruinas del castillo de Montségur pueden ser el punto de partida ideal para aquellos que se lancen a su particular búsqueda del Grial.
La verdadera naturaleza de este tesoro es un tema tan misterioso como los propios orígenes de la leyenda. La versión más antigua cuenta que el Grial fue un objeto dorado, una piedra mágica; en otras posteriores, fue el Santo Cáliz utilizado durante la Última Cena de Jesús, o también el cáliz que usó José de Arimatea para recoger su sangre. Más adelante, los aspectos caballerescos de la leyenda entraron en el mítico ciclo medieval de Bretaña. Se cuenta que los valerosos caballeros de la Mesa Redonda, sin guerras a la vista, emprendieron una nueva misión para enorgullecer al rey Arturo: la búsqueda del Grial.
En el ciclo artúrico, el Grial desapareció de la vista de los hombres y no reaparecería hasta que un caballero puro de corazón lo encontrara. Finalmente, el relato legendario apunta que sería Galaad, el más santo de los caballeros de la Mesa Redonda, quien halló el cáliz. Al morir, según los relatos del ciclo, el Grial fue llevado junto al caballero al Reino Celestial.
En la actualidad, autores ligados al esoterismo o investigadores aficionados consideran adiversas reliquias y copas antiguas como el Santo Grial. Éstas se sitúan en puntos tan dispares como León, Dublín, Génova o Nueva York.