El excéntrico ermitaño
Alexander Grothendieck fue una figura superdotada de las matemáticas del siglo XX, pero rehuyó de la escena pública.
Desconocido para el gran público y considerado por muchos de sus colegas uno de los matemáticos más importantes del siglo XX, Alexander Grothendieck (1928-2014) fue un talento de las matemáticas recompensado, en 1966, con la Medalla Fields –galardón que viene a ser el “Nobel” de las Matemáticas–, que no acudió a recoger como protesta contra la Unión Soviética, pues la ceremonia se celebraba ese año en Moscú.
También fue conocido por sus firmes posiciones pacifistas y ecologistas. Este genial matemático nacido en Alemania fue un apátrida hasta que en 1971 aceptó la nacionalidad francesa y decidió refugiarse en la cordillera pirenaica, donde vivió aislado del mundo desde 1990 hasta su muerte. Se instaló en la villa francesa de Lassare, donde sólo aceptaba el contacto humano directo con sus más allegados (convecinos y visitantes esporádicos) mientras proseguía con sus reflexiones.
Durante la segunda mitad del siglo XX, el extraordinario científico había llevado a cabo un brillante proceso de unificación de la aritmética, la geometría algebraica y la topología, dando un importante impulso a estas tres ramas fundamentales de la matemática.
En 2010, en una carta expresó claramente su voluntad de que no se publicasen ni difundiesen sus escritos.