¿Qué fue el desembarco de Iwo Jima?
La toma de Iwo Jima fue uno de los hechos más destacados del final de la Segunda Guerra Mundial y marcó el avance aliado en la guerra del Pacífico. A pesar de que la pequeña isla apenas medía 20 km², el despliegue de EE UU fue espectacular.
La Segunda Guerra Mundial llevó la globalización del conflicto hasta un nuevo nivel nunca visto anteriormente. Los estallidos violentos y las batallas se extendieron por todo el mundo pero el desarrollo principal de la contienda se dio en dos frentes: el europeo (dividido a su vez en el frente occidental y en el frente oriental) y el del Pacífico, donde Japón reinaba en aire y mar. El desembarco de Iwo Jima, que tuvo lugar el 19 de febrero de 1945, fue una acción estadounidense que buscaba reforzar su presencia y otorgarles una base desde la que coordinar futuros ataques.
Desde el final de la Gran Guerra, en Japón tuvo lugar un resurgimiento de los valores tradicionales y nacionalistas que encontraron un potente caldo de cultivo en esa casta militar que se sentía deshonrada y herida. Hirohito y sus mariscales vieron en la Alemania nazi y la Italia fascista unos aliados que les ayudarían a que Japón ocupase el lugar que pensaban que debía ocupar. La Segunda Guerra Mundial les concedió el escenario perfecto para mover sus fronteras y su zona de influencia hacia el este del continente asiático, haciéndose con el control del océano Pacífico y erigiéndose como la mayor fuerza militar de la zona tanto en el aire como en el mar.
Cuando, en 1941, los aviones japoneses realizaron un ataque preventivo contra la base naval de Pearl Harbor provocaron la entrada inmediata de los Estados Unidos en la guerra, una superpotencia que dedicaría todos sus recursos a la derrota del Eje y la venganza por ese primer golpe. Bajo el liderazgo del general Douglas MacArthur, las tropas estadounidenses llevaron a cabo un toma y daca con los nipones que encontraría su culmen en la batalla por Iwo Jima, un islote sin apenas recursos naturales y poco que ofrecer que se convirtió en un punto clave de la estrategia estadounidense ya que permitió coordinar todas las acciones del Pacífico desde una base a 1.200 kilómetros de Tokio.
El 19 de febrero de 1945, la Marina estadounidense inició un desembarco anfibio en Iwo Jima (actualmente Iwo To) con el fin de controlar esa pequeña isla de apenas 20 kilómetros cuadrados de superficie. El despliegue aliado fue espectacular y el primero de esas proporciones en territorio nipón. Alrededor de 20.000 japoneses defendieron la isla con las escasas armas de las que disponían frente a 250.000 soldados estadounidenses que desembarcaron en las playas y se lanzaron a la conquista del Suribachi, un volcán extinguido que tardaron en tomar tres días aun con todos los recursos y equipamiento del que disponían,. El día 23 de febrero alcanzaron la cumbre y plantaron una bandera estadounidense, momento que se convirtió en una de las fotografías más famosas del siglo XX.
A pesar de esta primera victoria, los enfrentamientos se prolongaron durante otros 30 días en los que murieron 24.000 soldados estadounidenses. Las bajas japonesas fueron, en proporción, mucho más considerables ya que su radicalismo patriótico les llevó a defender sus posiciones hasta el último hombre. De los 20.000 combatientes nipones solo sobrevivieron 210. Unos meses después, en agosto de 1945, ese mismo empecinamiento en continuar la lucha aun cuando ya está perdida sería utilizado por los Estados Unidos como justificación para el lanzamiento de las bombas nucleares sobre Hiroshima y Nagasaki.