Mujeres en la Guerra Civil: heroínas y supervivientes

A ellas no fue menester reclutarlas, ni siquiera llamarlas, sino contenerlas en su afán de colaboración”, escribió Margarita Nelken sobre el papel de las mujeres en nuestra contienda. Mujeres que hasta la II República no habían tenido derechos de ningún tipo (ni tan siquiera al trabajo o a la educación), simplemente por el hecho de su condición. Las mujeres, sin embargo (y como siempre), lucharon. Y no lo hicieron únicamente en el frente, del que –por otra parte– fueron expulsadas (recordemos que las milicianas pasaron de ser requeridas a ser denostadas).

En la retaguardia se hicieron cargo de un país escindido, con la mitad de la población en el frente y con cientos de miles de refugiados huyendo del avance de los golpistas. Se ocuparon de la casa, de las producciones agrícolas, de las fábricas, del armamento; incluso de los periódicos y las radios (algo vetado a ellas hasta entonces). Se pusieron, no los pantalones, sino las ganas de seguir y no permitir que se diera un paso atrás. Hace 84 años del golpe de Estado que acabó con los derechos conquistados.

Hoy sacamos este número en el mes de marzo, el de las mujeres, para comprender cómo ellas enfrentaron esos años. Y lo hacemos mirando de frente a ambos bandos, intentando comprender qué les llevó a un lado y a otro, qué esperaban conseguir y cómo fueron tratadas por sus compañeros y por la historia. “Madre, ánimo y no decaiga. Vosotros ayudar a que viva madre, padre y los hermanos. Padre, firmeza y tranquilidad”, escribió Dionisia Manzanero, modista de 19 años fusilada al final de la guerra por “actos de sabotaje y complot” (prestar auxilio a familias necesitadas, hacer de enfermera en el hospital de las Brigadas Internacionales, luchar en el Batallón Octubre...).

Nosotros queremos, como ella su madre, que la historia siga viva. Disfrutarás leyendo este número de Muy Historia. Está lleno de relatos profundos y rigurosos. Y conmovedores. De mujeres.

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