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¿Quién fue la primera víctima de la inyección letal?

La inyección letal se ideó para eliminar de la ecuación el sufrimiento de los reos condenados a muerte.

La primera inyección letal de la historia fue administrada el 7 de diciembre de 1982. En ese año, un hombre de raza negra llamado Charles Brooks de 40 años de edad tuvo la nefasta suerte de ser el primero en probar un revolucionario método de castigo en una cárcel de Texas, en Estados Unidos.
Estados Unidos es el único país democrático, junto con Japón, que a día de hoy, sigue aplicando la pena de muerte, pues está abolida en la mayor parte del mundo. No nos extraña que en China también se utilice.
Para intentar que el reo sufriese lo menos posible fue ideada esta técnica, para dejar de lado la silla eléctrica, la horca, los fusilamientos o la cámara de gas -que provocaban incluso el vómito al público asistente-. La inyección se presentaba un procedimiento menos doloroso para todos.
Así, la inyección letal se basa en una jeringuilla que contiene un cóctel fatal en cantidades considerables: pentotal de sodio, bromuro de pancuronio y cloruro de potasio, que una vez administrada por vía intravenosa en combinación con un químico paralizante, liquida al reo en cuestión de minutos y supuestamente sin dolor. Supuestamente, porque algunos condenados tardaban en morir hasta 45 minutos por no encontrar la vena adecuada u otro motivo similar.
Lo curioso de la inyección letal es que gran parte de las ciudades que cuentan con mayor índice de criminalidad de Estados Unidos se encuentran en estados que aplican la pena de muerte.
Actualmente Estados Unidos debate si este sistema realmente produce una muerte indolora o existe sufrimiento por parte del condenado lo que, por el momento, no ha evitado las ejecuciones.

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