Se firma un acuerdo de paz tras la guerra civil nicaragüense
La guerra civil terminó tras una llamada a elecciones, pero las guerrillas solo depusieron las armas cuando Estados Unidos se retiró del país.
El 2 de febrero de 1933 el presidente nicaragüense Juan Bautista Sacasa y el líder guerrillero liberal Augusto César Sandino se reunieron en la Casa Presidencial de Managua y firmaron un plan de paz que llevaría al país de la tensión posbélica a una normalidad civil. Las principales medidas que se tomaron buscaban, principalmente, desarticular las guerrillas sandinistas, la entrega de las armas y asegurar a sus miembros una amnistía y un futuro como agricultores.
Esta firma de paz llegaba tras una guerra que se extendía desde 1926, cuando Emiliano Chamorro se rebeló contra el gobierno legítimo y se colocó al conservador Adolfo Díaz como presidente con el apoyo de los Estados Unidos, país que llevaba interviniendo en los asuntos nicaragüenses desde finales del siglo XIX y que tenía centenares de marines en Nicaragua). Esta decisión hizo que el general José María Moncada, el político liberal Juan Bautista Sacasa y el líder guerrillero Augusto César Sandino organizaran un contrataque que llevaría al país a una guerra civil, la llamada Guerra Constitucionalista. Durante el conflicto, Sandino se convirtió en un héroe nacional muy popular entre las clases populares, lo que hizo que las tropas de Chamarro y los marines estadounidenses dedicaran grandes esfuerzos (infructuosos) a atraparlo.
La guerra se extendió hasta 1932, cuando ambos bandos acordaron celebrar unas elecciones democráticas con observadores externos en las que salió victorioso Sacasa. Las funciones de la Guardia Nacional, brazo armado de Díaz y Chamarro que había sido coordinada por los marines estadounidenses, pasó en su totalidad al nuevo gobierno y se puso a un tal Anastasio Somoza (futuro dictador) al mando. En enero de 1933 los marines salieron de Nicaragua y Sandino, anti-imperialista y cuyo principal objetivo durante la guerra era la retirada estadounidense, aceptó reunirse con el gobierno y dejar las armas.
Sin embargo, las buenas intenciones se esfumaron pronto. Se registraron muchos casos de hostigamiento contra los miembros de la guerrilla sandinista y violaciones de los acuerdos por parte de la Guardia Nacional. Tras varios intentos de Sandino por pedir explicaciones a Sacasa y arreglar la situación, el líder guerrillero fue invitado a una reunión en la Casa Presidencial y, a su salida, él y los generales que le acompañaban fueron arrestados por la Guardia Nacional. El llamado ‘general de hombres libres’ fue fusilado por orden de Anastasio Somoza y con el beneplácito de los Estados Unidos el 23 de febrero de 1934.
1913 Se inaugura la estación Grand Central de Nueva York
El 2 de febrero de 1913, tras unos diez años de construcción, se inauguró en la calle 42 de Nueva York la icónica Grand Central Terminal. Con sus más de 100 años de antigüedad, esta impresionante estación de ferrocarril se convirtió rápidamente en uno de los símbolos más reconocibles de la Gran Manzana.
La llegada del siglo XIX supuso el despertar de Nueva York como centro comercial y bancario a nivel internacional. La intensa actividad económica que allí tenía lugar provocó un rápido crecimiento de la ciudad y la necesidad de mejorar los medios de transporte y las comunicaciones entre la isla de Manhattan y los alrededores. En los años 30 del 1800 aparecieron las primeras líneas de ferrocarril en la ciudad pero la alta contaminación que generaban hizo que su zona de actuación se limitase y las líneas no pudieran pasar al sur de la calle 42. Con este punto como referencia se construyó la Grand Central Depot, inaugurada en 1871 y que estuvo en funcionamiento hasta que un trágico accidente en 1903 (que se cobró la vida de más de medio centenar de personas) hizo que las autoridades se replantearan la presencia de grandes locomotoras de vapor en el corazón de la ciudad y la necesidad de que el transporte se basara en líneas de ferrocarriles eléctricos. Fue la familia Vanderbilt, que había acumulado una considerable fortuna en el mundo naval, quien se encargó de demoler la estación antigua y construir la Grand Central Terminal.
Este nuevo punto de unión en el mundo ferroviario comenzó su construcción en 1903 y fue inaugurado el 2 de febrero de 1913. De estilo Beaux-Arts, la nueva estación cuenta con 44 andenes y una riquísima decoración que la ha convertido en una de las atracciones turísticas más importantes de la ciudad (mármol de Tennessee, relojes de Tiffany’s y bóvedas decoradas con ilustraciones de la cúpula celeste). Actualmente, la Grand Central sigue funcionando como estación ferroviaria pero también como galería comercial y de restauración.
1922 Se publica la primera edición de ‘Ulises’, de James Joyce
El 2 de febrero de 1922, la editorial Shakespeare & Company de París publicó la primera edición de la que se convertiría en la obra más importante de James Joyce y un clásico de la literatura del siglo XX: Ulises. El dublinés pasó siete años escribiendo su Ulises y la primera edición, que contó con 1.000 ejemplares, fue un éxito de ventas en las librerías parisinas.
Al encontrarse con Ulises, el lector sigue los pasos de tres personajes durante 24 horas, un día como otro cualquiera. Recorriendo las calles de Dublín con precisión milimétrica se conoce a Leopold Bloom, su mujer Molly y el joven Stephen Dedalus con un estilo vanguardista que se pierde entre los juegos del propio autor, una estructura caótica, textos densísimos y el estilo paródico de la condición humana y de los intentos de epicidad que pueblan su existencia como una mala visión de la Odisea homérica. Tan vanagloriada como criticada, Ulises fue desde su lanzamiento un fenómeno literario que incluso ha creado su propio día: Bloomsday (16 de junio), día en el que tiene lugar la acción de la novela y en el que sus seguidores homenajean al autor y a sus personajes siguiendo las costumbres y caminos que recorre Leopold Bloom en el libro.