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Así nacieron los primeros equipos de fútbol femeninos

En las primeras décadas del siglo XX, el fútbol femenino arrasó en Reino Unido. Descubre la historia del fútbol hecho por mujeres.

El fútbol experimentó su auge a partir de la segunda mitad del siglo XIX como una de las tantas actividades de ocio a las que se entregaban las clases trabajadoras durante el reposo del fin de semana. Equipos de la actual primera división británica como el Arsenal FC tienen su génesis en los contextos proletarios. El Arsenal, de hecho, estaba constituido por trabajadores de la fábrica de municiones reales situada en Woolwich, un origen del que guarda recuerdo el cañón dorado que decora el escudo de la formación británica.
Los equipos de fútbol integrados por mujeres cuentan con una larga historia que surge casi al mismo tiempo que las formaciones masculinas. En la década de los 90 del siglo XIX, las mujeres ya disputaban partidos en Inglaterra. Fundado en 1895 bajo el auspicio de la activista y escritora Florence Dixie, The British Ladies Football Club se reputa el primero de los equipos de fútbol femeninos. La explosión del fútbol jugado por mujeres, sin embargo, vivió su época dorada durante el primer cuarto del siglo XX.
Con el estallido de la Primera Guerra Mundial y la incorporación masiva de las mujeres al trabajo en las fábricas, especialmente en las que se dedicaban a la producción de armas y munición, el fútbol se hizo cada vez más popular entre las trabajadoras. Se jugaban partidos durante la pausa del almuerzo y esa afición llevó a la formación de equipos ligados al entorno de la fábrica. Se constituyeron así formaciones como el Ulverston Munition Girls y el Hackney Marshes National Projectile Factory, que comenzaron a disputar encuentros en los campos de juego. Estos partidos solían tener como finalidad recaudar dinero que se utilizaba para dar ayuda a hospitales, proporcionar comida a los soldados y ayudar a los mineros y a otros sectores industriales en recesión durante el conflicto bélico mundial.
Si hubo un equipo que consiguió atraer a miles de seguidores en cada partido, esas fueron las Dick Kerr’s Ladies. Con jugadoras como Alice Kell, Florrie Redford y Lily Parr, el Dick Kerr’s Ladies se considera el mejor equipo de fútbol femenino de su época, seguido de cerca por el St. Helens Ladies. Auspiciadas por la fábrica para la que trabajaban, las jugadoras del Dick Kerr’s Ladies consiguieron, con sus encuentros, reunir dinero para numerosas causas sociales ligadas a la asistencia de los soldados y sus familias. Cuando el día de Navidad de 1917 vencieron el partido contra el Arundel Courthard Foundry, pudieron donar 200 libras esterlinas para los heridos de guerra, y en 1919, el partido entre Newcastle United Ladies y el Dick Kerr’s Ladies, celebrado en St. James’ Park, atrajo a un público de más de 30000 personas. Poco después, en 1920, se disputó el primer partido internacional de fútbol femenino. Las selecciones no oficiales de Inglaterra y Francia, capitaneadas por Alice Kell y Madeline Bracquemond, respectivamente, se enfrentaron en una serie de cuatro partidos que se jugaron en las ciudades de Preston, Stockport, Manchester y Londres. La popularidad de este deporte era tal que, en esa misma década de los 20, existían ya unos 150 equipos de fútbol femenino en Inglaterra.
La historia del fútbol femenino en Europa, sin embargo, también ha sufrido varapalos de todo tipo. Alegando motivos médicos, en 1921 la federación nacional de fútbol británica prohibió a las mujeres jugar en los campos dependientes de la institución. El uniforme que vestían las jugadoras en el campo, compuesto de pantalones cortos, medias y camisetas, tampoco despertó las simpatías del entorno familiar y social de las deportistas. En consecuencia, muchas recibieron presiones para abandonar el deporte, especialmente tras el final de la Primera Guerra Mundial y el regreso de los soldados a la vida civil. Como en el caso del ciclismo femenino, también se esgrimieron razones médicas y de salud para evitar el juego: se estimaba demasiado duro y violento para el cuerpo de las mujeres, en el que, según afirmaban algunos, podía producir daños irreparables. Estos intentos de anular la presencia de las mujeres en los campos de juego no acabaron con el fútbol femenino. En 1969 se constituyó la Asociación Inglesa de Fútbol Femenino en Gran Bretaña, aunque habría que esperar al año 1993 para que se creara la liga oficial femenina de la Asociación Inglesa de Fútbol.

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