De Troya a Ítaca: los peligros y aventuras de la 'Odisea'
El relato que Homero hizo del viaje de vuelta a casa de Ulises tras luchar en Troya es una de las grandes historias de la cultura occidental y de la literatura universal
Hechiceras, cíclopes, sirenas, monstruos marinos, dioses enfadados, pretendientes traicioneros y un astuto héroe que se sobrepone a todos los peligros con los que se encuentra… Estos elementos podrían estar en cualquier buena historia de aventuras y fantasía pero muchos serán capaces de reconocer de qué epopeya estamos hablando. Como los hilos de un imponente telar, estas hazañas y tantas otras constituyen uno de los más grandes relatos de la humanidad: la Odisea, el viaje de Ulises de vuelta a casa tras luchar en Troya.
Transmitida de forma oral durante siglos y llevada al medio escrito por el poeta Homero en algún momento del siglo VIII a.C., la Odisea narra los hechos que acontecieron al buen Ulises, rey de Ítaca, desde que dejó las costas de Troya hasta que logró llegar al hogar con su esposa y su hijo. Si bien es cierto que podría considerarse una especie de continuación indirecta de la Ilíada, existe un salto temporal entre ambas del que conocemos algunos detalles en la segunda y, sobre todo, presentan un estilo muy distinto. La Ilíada se centra en el personaje de Aquiles, su disputa con Agamenón y el desarrollo de la Guerra de Troya; está plagada de grandes combates bélicos, intervenciones divinas y largas conversaciones sobre el honor, el deber, la fuerza y otras virtudes que se relacionaban con un buen guerrero. Por su parte, la Odisea presenta una estructura mucho más cambiante y un desarrollo de los acontecimientos precipitado, ya que Ulises debe enfrentarse a un problema distinto en cada canto. El protagonista y el contexto hacen que, en la Odisea, muchas situaciones se resuelvan gracias a la astucia y no a la violencia.
Es interesante saber que las partes más conocidas de la Odisea, esas que a todos nos suenan sin importar si la hemos leído o no, las descubrimos cuando ya hemos avanzado bastante en el libro y a través de las palabras del propio Ulises, ya que son contadas por este al rey Alcino y a su hija Nausica. Conocemos así su enfrentamiento con el cíclope Polifemo, su relación con Circe, su descenso a los infiernos y su encuentro con las sirenas entre otras muchas cosas.
Sea en adaptaciones posteriores, parodias televisivas, películas, cómics, teatros o escuchándolo directamente de la boca del gran Ulises, la Odisea es una de esas historias que, como su protagonista, persevera y siempre llega su destino.
Imagen: Wikimedia Commons
Protagonista y antecedentes
El personaje principal de esta historia es, como no podía ser de otra forma, Ulises u Odiseo, que da nombre a la misma. Hijo de Laertes y Anticlea, Ulises era rey de la pequeña isla de Ítaca y uno de los hombres más admirados de la Hélade por su inteligencia y astucia, hasta el punto en que era conocido como ‘el de muchos ardides’. Ulises fue reclamado por Agamenón para luchar junto al resto de aqueos en la guerra contra Troya poco tiempo después de que su esposa, Penélope, tuviera a su hijo Telémaco. El rey de Ítaca pasaría veinte años fuera de su hogar, diez luchando en Troya y otros diez en su viaje de vuelta.
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Narración no lineal
A diferencia de la Ilíada, la Odisea empieza ‘in media res’, es decir, a mitad de la historia. Su primer canto nos muestra una asamblea de los dioses del Olimpo en la que deciden, gracias a la intervención de Atenea, que Ulises debe regresar a casa. Nos enteramos así de que han pasado años desde que Ulises dejó las costas de Troya pero, tras vivir toda una serie de peculiares y a cada cual más peligrosa aventuras, naufragó y está retenido en Ogigia, la isla de Calipso. Todos los episodios más conocidos de la Odisea se nos cuentan como una narración de Ulises dentro de la propia historia.
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La Telemaquia
Los cuatro primeros cantos de la Odisea son conocidos como ‘Telemaquia’ y se centran en el hijo de Ulises, Telémaco, y sus intentos por averiguar qué fue de su padre. Animado por Atenea, que juega un papel muy relevante durante toda la historia, Telémaco viaja hasta Pilos y Esparta para hablar con Néstor y Menelao, antiguos compañeros de armas de Ulises. Estos capítulos sirven, en gran medida para dar a conocer la situación que se vive en Ítaca y cómo los pretendientes de Penélope están abusando de la hacienda de Ulises.
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¡Adiós, Troya!
Tras la muerte de Aquiles, su mejor guerrero, los aqueos daban por imposible la conquista de Troya. Fue Ulises quien, haciendo gala de su astucia, logró colarse en la ciudad como un mendigo y robar el Paladio, una imagen de Atenea que protegía Ilión de ser tomada. Tras esto, ideó el plan del caballo de madera y fue clave en la toma definitiva de la ciudad. Con sus naves cargadas de tesoros, Ulises fue de los últimos en dejar Troya e hizo una primera parada en el país de los cicones, cuyas ciudades saquearon en busca de riquezas y mujeres.
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Lotófagos y cíclopes
Siguiendo camino, la flotilla de Ulises llegó a la tierra de los lotófagos, donde crecía un extraño loto que borraba los recuerdos de la familia y el hogar a aquellos que lo comían, haciendo que no quisieran irse. Ulises perdió a algunos buenos hombres en este lugar pero su siguiente destino fue todavía peor ya que las mareas los llevaron hasta el hogar de los cíclopes. Ulises quiso robar vino y ganado de una cueva desprotegida pero fue capturado por el vil Polifemo, que devoró a algunos de los suyos y los encerró tapando la entrada de la cueva. Ulises consiguió emborracharlo, cegarlo clavándole una estaca en el ojo y escapar ocultándose bajo la lana de sus ovejas. Su gran error fue vanagloriarse de su victoria ante Polifemo y revelarle su nombre, ya que este juró venganza y pidió a su padre (Poseidón) que lo castigara.
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Eolo y los lestrigones
Ulises y sus hombres consiguen llegar a la isla de Eolo, señor de los vientos, quien le entrega al rey de Ítaca una bolsa con viento del oeste que le llevaría directamente hasta su hogar. Ulises custodia la bolsa con sumo cuidado y esto hace que su tripulación desconfíe y crea que Eolo le dio alguna riqueza que su capitán no quiere compartir, así que deciden robársela mientras duerme y abrirla, liberando los vientos en el momento equivocado. Este error les llevó a una tierra desconocida que resultó estar habitada por lestrigones, una raza de ogros de gran tamaño que se alimentan de carne humana y que devoró sin piedad a gran parte de la tripulación de Ulises.
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Circe
Habiéndose salvado por muy poco de los lestrigones, Ulises y los supervivientes llegaron a la isla de Circe, quien los acogió con gran amabilidad y ofreció a sus hombres una misteriosa bebida que los convirtió en cerdos. Ulises, alertado por el dios Hermes, tomó una planta que lo protegía de las pociones de Circe y encaró a la bruja, con quien terminó yaciendo tras prometerle que liberaría a sus hombres. Habiendo cumplido su palabra, Circe dejó marchar a Ulises y su tripulación y les dijo que, si de verdad querían volver a Ítaca, el único que podría ayudarles era el vidente Tiresias, que les esperaba en el Inframundo.
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Bajada a los infiernos
Con más calma de la que uno podría pensar, Ulises y sus hombres cruzaron la laguna Estigia y llegaron al Inframundo, donde sacrificaron una cabra negra y vertieron su sangre en un foso para atraer a los espíritus, teniendo Ulises que impedir que bebieran hasta que llegara Tiresias. El vidente, que en vida había sido tanto hombre como mujer, le cuenta a Ulises todo lo que va a pasarle desde que salga del Hades hasta que llegue a Ítaca y le advierte de los grandes peligros a los que se enfrentará. Tras esta conversación, Ulises se encuentra con los fantasmas de los grandes héroes de Troya (Aquiles, Áyax y Agamenón) y con su propia madre, Anticlea, que murió de pena esperando el regreso de su amado hijo.
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El canto de las sirenas, Escila y Caribdis
Tal vez este sea el evento más famoso y parodiado de toda la Odisea. En su camino de regreso a casa, las naves de Ulises debían cruzar el estrecho de Mesina, donde las sirenas atraían a los marineros con sus melodiosos cánticos, hacían que se estrellaran contra las rocas y los devoraban. Avisado por Circe, Ulises hizo que toda su tripulación se tapara los oídos con cera para poder navegar sin peligro por el estrecho pero él quería presumir de haber escuchado el canto de las sirenas y vivir para contarlo, así que se ató al mástil.Tras su encuentro con las sirenas, la nave de Ulises atravesó las Rocas Errantes donde habitaban Escila, una serpiente marina de múltiples cabezas, y Caribdis, una criatura que sorbía y escupía el agua del mar creando temibles remolinos. Nada pudo hacer Ulises contra tales enemigos salvo rezar a los dioses para que lo protegieran y ver cómo sus hombres sucumbían.
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El ganado de Helios
Ya a salvo, los supervivientes llegaron a la isla donde el dios Helios guardaba su divino ganado de vacas y ovejas. Ulises no quiso desembarcar, pues Tiresias le había advertido de que evitaran aquel lugar, peros sus hombres le convencieron. El mal tiempo impidió a los viajeros volver al mar y, cuando la comida escaseó, la tripulación decidió sacrificar algunas de las vacas de Helios y comerlas, provocando la ira de los dioses. Nada más volvieron a subir al barco, Zeus desencadenó una terrible tormenta y hundió la nave con sus rayos. El único superviviente fue Ulises, rescatado por Atenea y arrastrado por las corrientes de Poseidón hasta Ogigia.
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De Calipso a Nausica
La narración de la Odisea comienza en este punto, cuando Ulises ha sido el prisionero de Calipso por varios años. La hija de Atlas se enamoró de él y decidió retenerlo hasta que aceptara convertirse en su esposo. Hay que aclarar que esta estancia involuntaria no fue nada desagradable para Ulises, ya que Calipso lo colmaba de placeres de todo tipo e incluso llegaron a tener descendencia juntos. Tras la asamblea de los dioses con la que da comienzo el relato, Zeus ordena a Calipso que libere a Ulises y esta le entrega una balsa con la que podrá llegar a Ítaca pero Poseidón, furioso por el incidente con Polifemo, vuelve a hacer que naufrague y lo lleva hasta Esqueria.En tierra de feacios conoce a la princesa Nausica, quien se enamora de él y le invita a quedarse en casa de su padre. Durante un banquete organizado por el rey Alcino, se cuenta la historia de la Guerra de Troya y Ulises no puede evitar emocionarse y llorar, desvelando su identidad y contando a sus anfitriones el relato de sus viajes (todo lo que hemos visto hasta ahora, desde la salida de Troya hasta la estancia con Calipso).
Imagen: Wikimedia Commons
Llegada a Ítaca
Conmovido por sus hazañas e imprevistos durante el viaje, Alcino recompensa a Ulises con toda clase de riquezas y le proporciona un barco y una tripulación con las que poder navegar hasta su hogar.Ulises se encuentra con Atenea al llegar, que le cuenta cómo está la situación con los pretendientes y le transforma en un anciano para que se haga pasar por mendigo. Bajo su nueva apariencia, el rey de Ítaca busca aliados en sus más fieles sirvientes y en su hijo Telémaco, habla con los pretendientes para tantearlos y ver quiénes merecen morir e incluso anuncia a Penélope que el triunfal regreso de su marido está próximo.
Imagen: Wikimedia Commons
La matanza de pretendientes y criadas
A través de un sueño, Atenea convence a Penélope de que organice una competición de tiro con arco para determinar quién será su futuro esposo. La prueba consistía en tensar el gran arco de Ulises y en colar una flecha por el hueco de la anilla de doce hachas puestas boca abajo, un logro que solo el verdadero Odiseo podía llevar a cabo. Tras el fallido intento de todos los pretendientes, Ulises completa la prueba y descubre su identidad, dando comienzo a una masacre en la que mueren todos los pretendientes, así como las sirvientas de Penélope que habían confraternizado con ellos.Los amantes por fin se encuentran y las dudas de Penélope desaparecen cuando Ulises le cuenta cómo construyó su lecho a partir de un gran tronco de árbol, una historia que solo ellos conocían.
Imagen: Hert Niks (Unsplash)
La última lucha
Al día siguiente, Ulises visita la casa de su padre junto a sus aliados más cercanos y le cuenta que ha regresado, así como todas sus aventuras. Mientras están en el hogar de Laertes, los familiares de los pretendientes rodean la casa en busca de venganza y todo parece apuntar a que va a acontecer una segunda masacre, pero entonces aparece Atenea e intercede por Ulises, implantando la paz entre ambas partes y dando por terminada esta épica historia.
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