¡Por Santiago, y cierra España! Las guerras más importantes de la historia de España
A lo largo de su historia, España ha participado en toda clase de guerras con muy variados resultados. Recopilamos algunas de las más importantes en esta galería.
Francisco I de Francia decía que ‘España solo pare hombres armados’. No es el único personaje histórico relevante que habla de esta forma sobre los españoles. Los historiadores romanos ya dejaron constancia de la admiración que sentían por los pueblos de Hispania y su carácter guerrero, así como sus temores de que pudieran llegar a suponer un problema para Roma. El propio Napoleón reconocería, en sus últimos momentos, el error que había cometido al subestimar a los españoles y cómo esto le había costado todo su futuro. Guste o no guste, la historia de España es la de una sucesión constante de guerras y conflictos que denotan, ante todo, una cosa: los españoles son como su tierra, indómitos.
Muchos siglos antes de que la palabra ‘España’ significara algo, los pueblos autóctonos de la península vivían en paz y en guerra según el momento y el lugar, y en el siglo II a.C. tuvieron que hacer frente a un desafío que no esperaban. Roma había llegado a las costas ibéricas para tocarle las narices a Cartago, su rival por el dominio del Mediterráneo, pero una vez allí decidió quedarse y sacar provecho, aunque pagando un alto coste. Los pueblos de la península vendieron cara su independencia e hicieron sangrar a la poderosa Roma mucho más de lo que podrían haber esperado.
Tras los romanos llegaron los godos, herederos de los mercenarios germanos que habían viajado hasta la península para asistir a las legiones y acabaron ocupando el poder. Se formaron entonces una serie de reinos feudales que, durante unos trescientos años, estuvieron casi en guerras constantes por el poder. En el 711 se produciría la invasión musulmana y un nuevo jugador entraría a la partida, haciendo que las lealtades de cristianos y musulmanes variasen según la conveniencia de cada momento. Durante la segunda mitad del siglo XV, bajo el reinado de Isabel y Fernando, se lograría completar la ‘Reconquista’ y se abrirían las fronteras del reino, convirtiéndose en el imperio más poderoso de su tiempo con Carlos I y Felipe II al frente.
España participaría en tantas guerras como grande era su influencia. Las constantes tensiones con Francia o Inglaterra o los movimientos independentistas de Países Bajos y las colonias de ultramar parecían no ser suficiente, ya que es habitual encontrarse con una o dos guerras civiles por el camino. Se mire como se mire, demasiadas guerras.
Con todo, uno no puede comprender la historia de España (y la de gran parte del mundo) si no comprende estos conflictos que tantas vidas marcaron. Por ello recopilamos algunos de los más importantes en esta galería.
Imagen: Wikimedia Commons
Guerra contra Roma
Los romanos llegaron a la península Ibérica en el 218 a.C. con el objetivo de derrotar a los cartagineses que allí se asentaban y debilitar su influencia en el Mediterráneo. Sin embargo, una vez cumplida esta misión, se dieron cuenta de los enormes beneficios que podía suponerles el controlar aquella tierra rica en campos que cultivar y minas y canteras que explotar.Las guerras hispanas fueron un conjunto de conflictos, intermitentes y descoordinados, en los que los distintos pueblos de la península (lusitanos, celtíberos, galaicos, vacceos…) combatieron contra el dominio y la presencia de Roma en sus tierras. Según cómo se mire, estos comenzaron desde el mismo momento en que Roma desembarcó en la península (muchos hispanos lucharon junto a los cartagineses) o desde el año 195 a.C. aproximadamente, momento en que comenzó la expansión hacia el interior de la península Ibérica. Los pueblos nativos demostraron su ardor guerrero y no se lo pusieron fácil a Roma (Hispania era uno de los peores destinos a los que podía ser enviado un legionario), y de todos los frentes y batallas se destacan la rebelión lusitana encabezada por Viriato (147 a.C. – 139 a.C.) y la defensa que los celtíberos presentaron en Numancia, cuya caída marca la victoria romana.
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La ‘Reconquista’
Bajo este nombre se conoce popularmente a las diferentes guerras que enfrentarían a los reinos cristianos de la península contra los musulmanes que la invadieron (llamados por un rey godo) en el año 711. Muchos historiadores cuestionan el nombre común de ‘ Reconquista’ ya que este abarca un periodo de casi 700 años (hasta la toma de Granada en 1942) y agrupa una serie de conflictos irregulares (en muchos casos los cristianos se aliaban con los musulmanes para luchar contra otros cristianos) como si formasen parte de un todo bélico.Invitados por el visigodo Ágila, las fuerzas del califato Omeya lideradas por Táriq ibn Ziyad desembarcaron en la península Ibérica y comenzarían una rápida expansión en la que acabaron con la resistencia visigoda en la batalla de Guadalete ese mismo año y lograron controlar casi la totalidad del territorio. No sería hasta el año 721, con la batalla de Covadonga y la victoria de Don Pelayo, cuando comenzaría la verdadera oposición cristiana contra los musulmanes. Desde ese momento, las luchas y alianzas serían tan constantes como los cambios en los equilibrios de poder, afectados en gran parte por lo que sucedía en las lejanas tierras del califato Omeya. La batalla de Navas de Tolosa (1212) supuso la apertura de las tierras del sur para los cristianos y el comienzo del fin de Al-Ándalus, cuya caída definitiva llegaría en 1492 con la toma de Granada por parte de los Reyes Católicos.
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Guerra de las Comunidades
La llamada Guerra de las Comunidades fue un levantamiento armado contra Carlos I (contra sus representantes extranjeros, más bien) por parte de un grupo de nobles castellanos que se sentía ninguneado y despreciado por su nuevo rey.Desde la llegada al trono de Carlos I en 1516, el joven rey se había mostrado más preocupado por lo que sucedía en Europa que en sus dominios y siempre se había apoyado más en los consejeros flamencos que traía en su cortejo que en los nobles castellanos. La situación se agravó cuando, en 1519, Carlos fue nombrado emperador del Sacro Imperio Romano-Germánico y viajó hasta Alemania para ser coronado, dejando al mando del reino a Adriano de Utrecht. Aprovechando la ausencia del monarca, ciudades como Toledo, Salamanca, Segovia, Ávila o Valladolid se alzaron en armas y rechazaron la autoridad del rey, implantando un sistema de autogobierno que defendía ante todo los derechos y beneficios de los castellanos. Las revueltas campesinas hicieron que muchos miembros de la alta nobleza prefirieran posicionarse de parte del bando realista y, tras la derrota sufrida en Villalar, los principales líderes comuneros (Padilla, Bravo y Maldonado) fueron ejecutados.
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La Conquista del Nuevo Mundo
El descubrimiento del continente americano por parte de Cristóbal Colón en 1492 expandió las fronteras del mundo conocido hasta entonces y supuso un nuevo horizonte que explorar y explotar para los reinos europeos. Los españoles encabezaron este proceso y, durante el siguiente siglo, cientos de barcos zarparon rumbo al Nuevo Mundo con la intención de asentarse, explorar tierras desconocidas o de guerrear contra los nativos para asegurar su dominio y control. La conquista de América fue progresiva y violenta, caracterizada por la superioridad armamentística de los españoles y sus alianzas temporales con pueblos nativos que estaban, a su vez, enfrentados contra los hasta entonces señores del continente (imperios azteca e inca). De esta época nos llegan nombres como los de Hernán Cortés, Francisco Pizarro, Diego de Almagro, Núñez Cabeza de Vaca o Vasco Núñez de Balboa.Los territorios conquistados pasaban a formar parte de la corona española, se estructuraba un sistema político, económico y comercial y se integraba a los nativos y sus costumbres en él (unas veces más que otras).
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Guerra de Esmalcalda
Planteada como una guerra de religión, la lucha entre los católicos de Carlos V y los protestantes agrupados bajo la Liga de Esmalcalda era en realidad un pulso por el poder político y económico frente al intervencionismo del emperador. La Guerra de Esmalcalda se libró entre 1546 y 1547 y, en ella, un grupo de príncipes alemanes se opuso a los deseos de Carlos V de mantener como religión oficial y exclusiva en el imperio el catolicismo, habiendo prohibido la publicación de los textos de Martín Lutero. Las fuerzas realistas, lideradas por el Duque de Alba, lograron imponerse frente a los rebeldes y Carlos V los derrotó en persona en la batalla de Mühlberg.
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Guerra de los Ochenta Años
La Guerra de los Ochenta Años fue, básicamente, el intento de las diecisiete provincias que hoy en día forman los Países Bajos por independizarse del Imperio español. De hecho, la lucha no iba tanto contra la figura del rey sino contra la escasa gobernabilidad que podían ejercer. La contienda comenzó en 1568 y fue un conflicto en el que, además de España y los Países Bajos, acabaron interviniendo otras potencias europeas que querían sacar partido de la situación. Fue en esta guerra donde los legendarios Tercios Viejos se hicieron un nombre y aunque hubo victorias considerables (como la obtenida en Breda en inmortalizada por Velázquez), la duración de la guerra sangró las arcas españolas e hizo que finalmente los Países Bajos consiguieran independizarse y dirigir su propio gobierno.
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Guerra anglo-española
Las diferencias religiosas (unos eran católicos y los otros protestantes), la delicada pero todavía ventajosa situación de España en el panorama europeo y los constantes ataques de corsarios ingleses contra los barcos que provenían del Nuevo Mundo cargados de riquezas fueron las causas principales de esta guerra entre Felipe II e Isabel I. Aunque Inglaterra comenzó con buen pie, especialmente con la expedición de Francis Drake y su ataque a Cádiz o la victoria sobre la Grande y Felicísima Armada, España supo reponerse e incluso frenó la Contraarmada preparada por el enemigo. Tras un largo toma y daca, ambas naciones firmaron un acuerdo de paz en 1604.
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Guerra de los Treinta Años
La Guerra de los Treinta Años (1618-1648) y sus consecuencias siguen afectando a la configuración y el devenir de Europa cuatro siglos después de su fin. Esta contienda comenzó siendo una guerra de religión en la que católicos, protestantes y calvinistas intentaban imponerse sobre los otros pero en el fondo escondía las pretensiones que España, Francia, Dinamarca y Suecia tenían sobre Alemania. Se trató de un conflicto brutal que acabó por implicar a prácticamente todas las potencias europeas y terminó con una Alemania destrozada, una España cuyo declive quedaba patente y una nueva estructuración internacional que definiría el progreso del continente durante los años venideros y que contaría con Francia a la cabeza como nueva fuerza dominante.
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Guerra de Sucesión
La Guerra de Sucesión fue el conflicto por el que se decidió quién sucedía a Carlos II en el trono de España tras su muerte sin descendencia. Los dos candidatos eran Felipe d’Anjou y el archiduque Carlos de Austria, siendo cada uno de ellos apoyado por distintos países que querían poder influir en la política española y conservar cierto equilibrio de poder en el continente. La guerra comenzó en el 1700 y terminó en 1714, se libró tanto dentro como fuera de las fronteras españolas y terminó con la victoria del candidato francés, que subiría al trono como Felipe V e instauraría una nueva dinastía borbónica en el país.
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Guerra del Rosellón
La Guerra del Rosellón, conocida en Cataluña como Guerra Gran, fue un conflicto localizado en la parte oriental de los Pirineos y enmarcado en el contexto de las guerras revolucionarias francesas.El triunfo de la revolución de 1789 en el país galo puso muy nervioso a las demás potencias europeas, que mantenían el modelo absolutista del Antiguo Régimen, por lo que formaron la llamada Primera Coalición y se prepararon para frenar cualquier intento de difundir los ideales revolucionarios y el sistema burgués. La Guerra del Rosellón fue oficialmente declarada por Francia en 1793 pero fue España quien tomó la iniciativa invadiendo la región que da nombre al conflicto y conservándola hasta abril del año siguiente, cuando fue superada por las tropas francesas.
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Guerra de Independencia
Durante el reinado de Carlos IV, Manuel Godoy (valido del rey) entabló una buena relación con Napoleón Bonaparte, quien le prometió toda clase de riquezas y títulos si colaboraba con él. En 1807, un amplio contingente de tropas francesas penetró la península con el beneplácito de la corona y la excusa de que iban a conquistar Portugal, pero los planes de Bonaparte habían cambiado.El 2 de mayo de 1808 Madrid vivió un alzamiento popular contra las tropas napoleónicas que intentaban llevarse a la familia real de palacio y, desde ese momento, el país entero se levantó en armas contra el invasor. La Guerra de Independencia es recordada porque los ejércitos napoleónicos vivieron sus primeras grandes derrotas en ella y porque fue durante el conflicto cuando se creó la primera constitución del país, la Pepa (1812). La lucha contra los franceses fue desordenada y poco convencional, teniendo gran peso en el desarrollo de esta las milicias populares y los pequeños grupos armados que actuaban como guerrillas. Los españoles lucharon por su libertad y confiaron en que la expulsión de los franceses y el regreso de Fernando VII significarían la instauración de un sistema constitucional y liberal, pero el Deseado solo quiso restaurar el absolutismo previo.
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Guerras carlistas
Fernando VII murió en 1933 y dejó como heredera a su hija mayor, la joven Isabel, decisión que no gustó mucho a los sectores más conservadores y cercanos al absolutismo del país, quienes rechazaban la idea de que les gobernase una mujer y preferían apostar por el hermano pequeño del fallecido monarca, Carlos María de Isidro.Las Guerras carlistas fueron una serie de conflictos armados que tuvieron lugar en España durante el siglo XIX y que enfrentaron a los carlistas, ultraconservadores absolutistas, contra los liberales que buscaban promover una serie de reformas políticas y sociales en España. Se suelen diferenciar tres guerras entre carlistas y liberales y en todas ellas se buscaba colocar a uno u otro candidato en el trono para que este legitimara el sistema político deseado por su respectivo bando. Los carlistas se hicieron fuertes en el País Vasco pero fueron derrotados en las tres guerras. Sin embargo, su presencia en los sectores más reaccionarios del conservadurismo hizo que jugasen un importante papel durante el golpe de Estado de 1936 y la Guerra Civil.
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Desastre del 98
Aquí podríamos hablar de todas las guerras de independencia que las colonias españolas de América llevaron a cabo durante el siglo XIX pero hemos querido destacar lo acontecido en 1898 como epítome de todos estos conflictos. Ese año, España perdió sus últimas colonias en Cuba y Filipinas.Para finales del siglo XIX, España no era sino un fantasma de lo que había llegado a ser y las últimas posesiones que le permitían seguir llamándose ‘imperio’ parecían estar listas para echar a volar. Aprovechando esta situación de decadencia, Estados Unidos promovió una sublevación contra las autoridades españolas en Cuba, Filipinas, Puerto Rico y Guam y apoyó a los independentistas esperando quitarse de en medio a esa ‘vieja gloria’ que era España y ocupar su lugar o, al menos, aumentar su influencia. La guerra terminó con la derrota española, que no solo perdería sus últimas posesiones de ultramar sino que su sociedad quedaría sumida en un sentimiento de depresión y desasosiego.
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Guerra del Rif
Este conflicto se vio afectado en gran parte por lo ocurrido en 1898, ya que fue el mal recuerdo de esa derrota lo que llevó a algunos sectores del ejército a demandar nuevas campañas que devolvieran a España el orgullo perdido.En 1906, España y Francia delimitaron sus protectorados en Marruecos y aumentaron su presencia en la zona. Tres años después se produjeron los primeros ataques por parte de las tribus rifeñas, que rechazaban la autoridad española. Dio comienzo entonces una guerra tan absurda como costosa que acabó con la vida de decenas de miles de soldados y degeneró en una mala situación económica y un rechazo social contra el conflicto por parte de la gran mayoría de españoles. En 1921 tuvo lugar el llamado desastre de Annual, donde las fuerzas del rifeño Abd El-Krim masacraron a las fuerzas españolas y las obligaron a retirarse. El último asalto de esta guerra llegaría con el desembarco de Alhucemas, ya bajo la dictadura de Miguel Primo de Rivera.
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Guerra Civil
El 18 de julio de 1936, un grupo de altos mandos del ejército liderados por Mola, Sanjurjo, Franco y Queipo de Llano dieron un golpe de Estado en diversas ciudades de España, oponiéndose al gobierno de la Segunda República y dando lugar a una guerra civil al no lograr la respuesta y los apoyos esperados.La Guerra Civil española es el gran conflicto más reciente del país y probablemente uno de los más traumáticos. España entera, lo quisieran o no, quedó dividida en dos bandos antagónicos que se ensañaron no solo en derrotar al contrario, sino en destruirlo. El conflicto se vio ligado al contexto internacional debido a la participación de la Alemania nazi y la Italia fascista y de las Brigadas Internacionales. Presentada como una lucha ideológica a muerte, el bando sublevado logró hacerse con la victoria gracias a la mejor formación y disciplina de sus tropas y al firme mando único que Franco impuso casi desde el estallido de la guerra; mientras que el bando republicano sufrió constantes luchas internas que dificultaron su avance.La victoria de los llamados nacionales en 1939 supuso la instauración de un régimen dictatorial y personalista encarnado en la figura de Francisco Franco que duró hasta su muerte, en 1975.
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