El navegante español, Ponce de León, fundador de la actual Puerto Rico, fue el primer europeo en pisar terreno estadounidense. Embarcó en el segundo viaje de Cristóbal Colón y se cree que en este periplo buscó la fuente de la eterna juventud. De hecho, junto al balneario Warm Mineral Springs, un sumidero lleno de agua ubicado en North Port, Florida, hay un cartel que dice lo siguiente: “este manantial es el que buscó en vano Ponce de León. Oyó de los indios su existencia, y en 1521 hizo su segundo viaje para la búsqueda de esta fuente. Sus barcos fueron anclados en Charlotte Harbor, algo al sur del manantial, y de resultas de un ataque indio resultó herido, regresando y muriendo poco después. Por siglos, los indios habían viajado en busca de su salud y bebieron y se bañaron en estas aguas. Jonas Miller, de Washington D.C., investigó tanto en Estados Unidos como en el extranjero, concluyendo con lo dicho”.
¿Encontró la fuente de la eterna juventud?
La leyenda sostiene que descubrieron el territorio de Florida mientras buscaban la Fuente de la Juventud, una fuente de agua mágica con la supuesta capacidad de revertir el proceso de envejecimiento y curar cualquier tipo de enfermedad.
Sin embargo, ningún documento oficial de la época, incluyendo cartas del propio navegante Ponce de León o incluso las crónicas oficiales, menciona alguna vez esa fuente. Fueron más tarde escritores españoles y norteamericanos quienes decidieron conectar ambos hechos, convirtiendo a Ponce de León en una especie de héroe ingenuo.
Nunca sabremos con seguridad si Ponce de León, quien también descubrió la Corriente del Golfo y bautizó el territorio de Florida, tenía como objetivo el hallazgo de este particular manantial de la vida eterna. Sea como fuere, este y muchos otros mitos sobre la inmortalidad y la eterna juventud han marcado las baldosas de la historia hasta nuestros días.
Por si te lo preguntas, el explorador español y primer gobernante de Puerto Rico, Ponce de León, recibió una flecha que le provocó una herida de gravedad. Reemprendió el regreso a La Habana, Cuba, donde falleció a los pocos días en julio de 1521.
Mito prehistórico
El manantial cuyas aguas restauran la juventud de cualquiera que bebe o se baña en sus aguas es un mito que se remonta a tiempos prehistóricos. De hecho, el historiador y geógrafo griego Heródoto escribió sobre ello en el siglo V a. C. Y es que la esperanza es eterna y, como hemos podido comprobar en numerosas ocasiones, la historia se repite. Actualmente siguen existiendo muchas versiones modernas de la Fuente de la Juventud cuyos promotores afirman que revierten el envejecimiento y prolongan la vida. Nada más lejos de la realidad. Los cementerios están llenos de crédulos, pues la ciencia ha demostrado que no existe ningún tratamiento que permita vivir para siempre. La esperanza de la inmortalidad es suficiente para seguir cimentando el camino.
Dioses y hombres
Para muchas culturas, la mortalidad es una de las principales cualidades que separa a la humanidad de los dioses. Mientras que los humanos nacen, están sujetos a la voluntad de la naturaleza y mueren, los dioses de los antiguos y los dioses de hoy, en general se caracterizan por ser inmortales. Naturalmente, los primeros narradores de historias también soñaban con formas de lograr la inmortalidad. De ahí que, en las mitologías de todo el mundo, los humanos que alcanzan la inmortalidad se consideran dioses o poseen cualidades similares a las de los dioses. Una de las primeras obras de la literatura, el “Poema de Gilgamesh”, se centra en la búsqueda de la inmortalidad de un héroe. Según los antiguos, los secretos de la inmortalidad se podían encontrar dentro de la Tierra, en la luna o incluso en tu propio patio trasero.
El anhelo de la inmortalidad de Alberto Magno
La inmortalidad ha fascinado a la humanidad desde el principio de los tiempos. En el caso de Alberto Magno, filósofo y teólogo alemán de la Edad Media que también se dedicó a la alquimia, a pesar de que no existe mucha evidencia de que fuera alquimista. Pero como no fue el único que puso su nombre a títulos sobre alquimia para ganar prestigio y notoriedad, no resulta extraño. Según la leyenda, Magno fue el primer testigo de la transmutación en oro de otros materiales, descubrió la piedra filosofal y pasó sus conocimientos a un estudiante que todos conocemos: Tomás de Aquino. Respecto a estos extremos, lo único confirmado es que Tomás de Aquino fue su discípulo.
La leyenda del Preste Juan
Preste Juan o Pastor Juan fue un personaje mítico cuya existencia se propagó durante la Edad Media. El reino cristiano de Preste Juan supuestamente contenía una fuente de la juventud y un río de oro. Este mito tuvo su momento álgido entre los siglos XII y XVII. El mito ha sido reformulado con el paso de los siglos y desde el siglo XVII este reino pasa a formar parte únicamente de las leyendas.
Ziusudra
Se trata de un héroe de la mitología sumeria, protagonista del mito sobre el diluvio universal. Aparece como el último rey de Sumeria antes del diluvio. También se le menciona en otros textos antiguos, incluido La muerte de Gilgamesh y El poema de los primeros gobernantes. Ziusudra es la versión sumeria del Noé bíblico, quien, según la leyenda, habría sido inmortal.
El hongo de la inmortalidad
Los alquimistas chinos pasaron siglos formulando elixires de la vida. Con frecuencia eran encargados por el Emperador y experimentaban con sustancias como mercurio tóxico, oro, azufre y plantas. Quizá desconozcas que la fórmula para la pólvora, el azufre o el carbono fue originalmente un intento de elixir de inmortalidad. En 475 a. C., los textos chinos hacen referencia al Hongo de la Inmortalidad, un ingrediente clave en el elixir de la vida. El Lingzhi es el hongo más antiguo conocido utilizado medicinalmente. Según el libro de Han del siglo 82, los "Maestros de Esoterica; alquimistas; magos ”, conocidos como los Fangshi, conocían ubicaciones secretas en el Monte Penglai donde crecieron los Lingzhi. Varios emperadores Qin y Han enviaron grandes expediciones en busca de un hongo genuino de la inmortalidad, pero ninguno tuvo éxito.
Conde de Saint Germain
Este misterioso personaje, habitual en historias de temática ocultista, también encuentra su hueco entre aquellos que buscaban la inmortalidad. Afirmaba que cuando conoció a Jesucristo, ya se imaginaba que su suerte iba a ser nefasta. Corrían todo tipo de rumores sobre su persona, entre ellos, que había estado presente incluso en las fiestas de las bodas de Caná de Galilea. Su amplia experiencia y conocimientos no hacían sino aumentar la validez de su afirmación de que tenía más de 500 años. Este aristócrata europeo del siglo XVIII fue fuente de intensa especulación durante la Era de la Ilustración.
Metales y minerales
La idea de ingerir metales líquidos para la longevidad está presente en las tradiciones alquímicas desde China hasta Mesopotamia y Europa. La lógica de los antiguos sugería que consumir algo imbuía al cuerpo de las cualidades de lo que se consumía. Como los metales son fuertes y aparentemente permanentes e indestructibles, era racional que quien comiera metal se transformaría en un ente inmortal e invulnerable. Muchos murieron ingiriendo mercurio, que es altamente tóxico. También cuenta la leyenda que el dios griego Hermes y el egipcio consumieron "oro líquido" para lograr la inmortalidad, de ahí que los alquimistas antiguos y medievales se obsesionaran con suspender el oro en un estado líquido potable o fusionaran oro y mercurio. Paradójicamente, el arsénico también se encuentra como ingrediente esencial en muchos elixires de la vida, así como el jade, el cinabrio y la hematita,
Objetivo: la piedra filosofal
El objetivo principal del alquimista medieval era la creación de la Piedra Filosofal. Los esfuerzos para descubrir la Piedra se llamaban Magnum Opus, o Gran Obra. Se decía que la Piedra Filosofal conducía a la inmortalidad. En algunas leyendas, la posesión de la Piedra por sí sola otorgaba una vida sin fin. En otras, la Piedra se usaba para sintetizar el Elixir de la Vida.
Nicolas Flamel y la piedra filosofal
Flamel fue un exitoso librero francés que vivió de 1330 a 1418 y es a otro de los que se le atribuye la creación de la piedra filosofal. Casi doscientos años después de su muerte, surgieron textos que se atribuyeron a Flamel, en los que referencia que aprendió secretos alquímicos de alquimistas judíos mientras viajaba por España, y que había obtenido una copia original del Libro de Abramelin el Mago. Los textos afirmaban que Flamel poseía el elixir de la vida y los secretos de la transmutación, y que probablemente seguía vivo. Muchos creen que estas leyendas fueron creadas por editores del siglo XVII para vender más libros.
Mitos más recientes: Las mujeres envejecen más rápido que los hombres
Los victorianos (1837-1901) creían que las mujeres envejecían más rápido que los hombres y es un mito que aún persiste hoy día. También estaban convencidos, o al menos alentaban la creencia de que las mujeres eran más delicadas que los hombres. Pensaban que el cuerpo de una mujer era, en muchos sentidos, lo opuesto al de un hombre y que las mujeres también eran física y emocionalmente más débiles. Cierto es que hasta el siglo XIX no se comenzó a estudiar con seriedad el proceso de envejecimiento. Los médicos victorianos estaban influenciados por el pensamiento clásico pero es que incluso George Edward Day, considerado el primer gerontólogo, afirmó que, en el mejor de los casos, las mujeres eran biológicamente cinco años más mayores que un hombre de la misma edad y, en el peor, diez. Ahora sabemos, por supuesto, que nada de esto es cierto.
El Jardín de las Delicias
El célebre tríptico de El Bosco tiene también su hueco en esta recopilación de mitos sobre la vida eterna y es que el artista nacido al norte del Ducado de Brabante (actuales Países Bajos), representó la deseada fuente de la juventud. Conforma la parte central de esta pintura al óleo sobre tabla y, en ella, la fuente de la eterna juventud, tan recreada durante el siglo XVI, podría representar el agua en el que los hombres bañan sus pecados.
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