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La Guerra Civil española, los unos y los otros

El levantamiento militar de julio de 1936 llevó a España a un brutal enfrentamiento fratricida que terminó con medio millón de muertos y una dictadura de 36 años.

En 1936, las guerras civiles no eran nada nuevo para España. A lo largo de su historia había tenido muchas y de muy diversas dimensiones. Pero el enfrentamiento fratricida que empezó el 18 de julio con la sublevación de parte del ejército cambiaría los estándares y dejaría en el corazón del país una herida mucho más profunda y dolorosa que todas las anteriores. Esa España irracional, violenta y bruta que Goya dejó para la posteridad en su Duelo a garrotazos volvía con más fuerza y sentido que nunca.

El levantamiento militar que se vivió en Marruecos y al día siguiente en la península no logró el apoyo mayoritario que necesitaba para triunfar y dividió al país en dos, un bando que se mantuvo fiel al gobierno de la República y un bando que apostaba por los golpistas como artífices de los cambios que ellos veían necesarios en España. A ambas posiciones opuestas hay que añadir un más que considerable número de gente que se vio arrastrado a una vorágine de violencia según si en la zona en la que se encontraban había triunfado el golpe o no. La tensión y los rencores que se llevaban acumulando en la sociedad desde hacía tiempo encontraron una ocasión perfecta para ser liberados y en ambos bandos se dieron situaciones y escenas que poco tenían que ver con los valores que supuestamente se defendían y no respondían a otra cosa que a una burda vendetta.

El conflicto español no tardó en traspasar las fronteras del país. En un mundo que se acercaba rápidamente hacia la Segunda Guerra Mundial, los países y las distintas sociedades vieron en este enfrentamiento bélico una especie de ensayo de lo que llegaría unos años después. Alemania e Italia, hallando en Franco y sus generales a un más que compatible aliado, decidieron testar su nuevo armamento y maquinaría en una situación de guerra total que les sirviera como ensayo-error. Los republicanos contaron con menos ayuda ya que la URSS, que por proximidad ideológica debería haber apoyado más a las milicias comunistas y socialistas, se implicó lo suficiente como para llevarse un trozo del pastel si ganaban pero no tanto como para salir perjudicada si perdían. Países como Estados Unidos, Francia o Gran Bretaña decidieron, mayoritariamente, no intervenir.

La guerra terminó el 1 de abril de 1939 y lo hizo con un rastro de muertos, prisioneros, exiliados y represaliados que siguió creciendo durante los años de la dictadura que se legitimó con la fuerza de las armas. Más de ochenta años después de ese momento, España sigue notando esa vieja herida que la marcó para siempre.

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