Defensor de los derechos humanos, diplomático, viajero e imán para las masas. Se cumplen 15 años del fallecimiento de uno de los personajes más importantes e influyentes de la historia reciente.
El papa Juan Pablo II tuvo mayor impacto en la historia contemporánea que cualquier papa en siglos. Nombrado en 1978 y hasta su muerte en el año 2005, aportó una visión de la religión cristiana completamente revolucionaria para la Iglesia como institución. Su figura relacionó la modernidad del siglo XXI con el catolicismo, dado que su filosofía supo poner el foco en los problemas contemporáneos de los creyentes, como la moral sexual, el matrimonio, el aborto o la eutanasia.
Juan Pablo II destacó, especialmente, como fuerza opositora y desafiante ante los totalitarismos del siglo XX, y su papel como diplomático contribuyó a la construcción de algunas democracias Latinoamericanas, así como a la defensa de los intereses del pueblo polaco (su pueblo) y la reconciliación de ‘las dos Europas cristianas’. Intervino en varios conflictos internacionales como figura de paz y de defensa de los derechos humanos, lo que le valió dos intentos de asesinato a lo largo de su vida.
Defendió la libertad religiosa y describió una sociedad libre y virtuosa como un complejo entrelazado de tres partes: política democrática, economía libre y moral. En este contexto, se le atribuye la siguiente cita: "Una democracia sin valores se convierte fácilmente en un totalitarismo abierto o apenas disfrazado".
Juan Pablo II poseía un gran carisma y se esforzó por impulsar a la Iglesia como una institución educadora de masas, y atrajo a millones de personas en encuentros sin precedentes. Pero la moral cristiana no casaba con la forma en que se resolvieron determinadas cuestiones morales en Occidente. La Iglesia permanecía mostrándose en contra de la homosexualidad, el aborto, la eutanasia y la aplicación de métodos de reproducción asistida; tales posturas fueron profundamente criticadas, especialmente en la Europa occidental. Otras sombras asolaron a la más alta institución religiosa durante las más de dos décadas en que el Papa Juan Pablo II permaneció al frente de la Santa Sede, como un estremecedor entramado de delitos contra la libertad sexual de menores, del que altas cabezas de la Iglesia fueron acusadas de encubrir.
Con todo, Karol Wojtyła es considerado una de las personas más importantes de la historia reciente. Hacemos un repaso de su vida y ‘milagros’.
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Infancia y juventud
Karol Józef Wojtyła (arriba a la izquierda) nació el 18 de mayo de 1920 en Wadowice, una ciudad polaca cerca de Cracovia. Su padre, Karol, era un oficial retirado del ejército; su madre, Emilia Kaczorowska, murió cuando él tenía solo nueve años. Además, tuvo dos hermanos maternos; una niña que murió al nacer, y un hermano mayor, que falleció en la edad adulta de escarlatina. Karol, llamado ‘Lolek’ por su familia, escribiría más tade lo siguiente sobre la convivencia a solas con su padre: “la piedad, la austeridad y el interés de mi padre en la literatura y la historia polacas constituyeron mi primer seminario”. Wojtyła fue un estudiante brillante y un buen atleta y amante de la naturaleza.
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Resistencia pacífica durante la Segunda Guerra Mundial
En 1938, se mudó con su padre a Cracovia para comenzar a estudiar filología polaca en la Universidad Jagiellonian. Su carrera universitaria fue interrumpida por la Segunda Guerra Mundial. La vida cultural polaca pasó a la clandestinidad durante la guerra.De 1939 a 1945, Wojtyła estuvo fuertemente involucrado en diversas formas de resistencia a la ocupación alemana de su tierra natal. Cofundó el Teatro Rapsódico, una compañía clandestina cuyas producciones experimentales de clásicos polacos ayudaron a mantener viva la memoria nacional que los nazis estaban decididos a borrar, ademas de participar en otros movimientos de resistencia. En esta época, y bajo la clandestinidad y en grave riesgo, Wojtyla también desempeñó un papel activo en su parroquia.
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Llamada al sacerdocio
De 1940 a agosto de 1944, Wojtyla trabajó como repartidor y como obrero en la fábrica química de Solvay en las afueras de Cracovia. Después de la muerte de su padre en febrero de 1941 de un infarto, Karol luchó por discernir cuál era su vocación, dividida entre su amor por el teatro y la vida académica y una atracción creciente hacia el sacerdocio.Después de un período de intensa reflexión, se presentó como candidato ante el arzobispo de Cracovia, Adam Stefan Sapieha, quién lo aceptó. Durante dos años, Wojtyla vivió una doble vida, continuando su trabajo y sus actividades en la resistencia mientras comenzaba sus estudios de filosofía y teología en el seminario clandestino que Sapieha había creado en desafío de la ocupación.
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Doctorado en Roma
Una vez acabada la guerra, algo más de un año después, el 1 de noviembre de 1946, el cardenal Sapieha ordenó a Wojtyla como sacerdote, y lo envió a Roma para obtener su doctorado en teología en la Universidad Pontificia de Santo Tomás de Aquino, el Angelicum.Durante sus estudios, el joven sacerdote polaco mostraba una visión más allá del enfoque de la escuela neoescolástica que dominaba la vida intelectual católica.
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Profesor en la Universidad Católica de Lublin
En 1953, Wojtyla completó su doctorado. Su disertación exploró la filosofía moral del fenomenólogo alemán, Max Scheler, y marcó el comienzo de la filosofía del propio Wojtyla. Uno de los lectores de la disertación, el profesor Stefan Swie alentó al joven filósofo a unirse a la facultad de la Universidad Católica de Lublin (KUL). Karol Wojtyla fue nombrado profesor de ética filosófica en KUL, donde se convertiría en profesor titular. Los filósofos de la KUL proponían desafiar el marxismo y otras ideologías modernas, reflexionando sobre la liberación del ser humano.En 1958, el papa Pío XII lo nombró obispo titular de Ombi y obispo auxiliar de Cracovia. Wojtyla preparó su primer libro, Amor y responsabilidad, en el que habló sobre la ética sexual y la belleza del amor sexual con una franqueza sorprendente en su momento y lugar.
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Humanismo cristiano para salvar el mundo
Cuando la comisión nombrada por el Papa Juan XXIII escribió a los obispos del mundo pidiendo sugerencias para agendar el Concilio Vaticano, el obispo Wojtyła, de cuarenta años de edad, respondió con un ensayo filosófico instando al consejo a proponer el humanismo cristiano como la respuesta de la Iglesia a la crisis de la civilización de mediados del siglo XX. Wojtyla argumentó que las ideas de la humanidad estaban defectuosas, “a raíz de un siglo de miedo que ya había producido dos guerras mundiales, tres sistemas totalitarios, una matanza sin precedentes y la mayor persecución de la Iglesia en la historia”.Así, reconstituir la Iglesia como el movimiento que proclamaba la visión antropológica sobre la humanidad era, a su juicio, la tarea del Concilio. Esta importante visión le hizo comenzar a ganar fama, y guiaría la participación de Wojtyla en el Vaticano. Así Wojtyla fue asumiedno un papel cada vez más importante en el Concilio.Promulgó la vocación laica en el mundo y la libertad religiosa como el primero de los derechos humanos. Pero la mayor contribución de Karol Wojtyla al Vaticano fue ayudar a redactar Constitución Pastoral sobre la Iglesia en el Mundo Moderno, a principios de 1965. Este trabajo le puso en contacto con importantes teólogos occidentales, como Henri de Lubac, que se convertiría en un buen amigo. En esta etapa, además, comenzó a trabajar en su primera obra filosófica, Osoba y czyn (Persona y acto).
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Maestro y defensor del pueblo
Nombrado también cardenal en 1967, sus 14 años como arzobispo en Cracovia le convirtieron en uno de los eclesiásticos más conocidos y respetados del mundo. Las prioridades de Wojtyla como arzobispo incluían una defensa vigorosa de la libertad religiosa (que implicaba una batalla en curso con el régimen comunista por la construcción de nuevas iglesias y la expresión pública de la fe católica); el desarrollo del seminario y una facultad de teología para reemplazar a la facultad de la Universidad Jagiellonian, que había sido cerrada por el régimen de Stalin en 1954; el apoyo a la vida familiar, a los intelectuales, y un amplio ministerio de caridad Wojtyla ejemplificó así la figura del obispo local como maestro y defensor de los derechos de su pueblo.Como cardenal (cargo inmediatamente inferior al de papa), Wojtyła colaboró estrechamente con el también cardenal Stefan wyszyŃski a mantener la unidad de la Iglesia contra un enemigo implacable: el régimen comunista.Wojtyła visitó los Estados Unidos en 1967 y Canadá en 1969; Australia en 1973 e Italia en 1974 para dar conferencias y participar en distintos trabajos filosóficos.
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El breve papado de Juan Pablo I
Pablo VI murió el 6 de agosto de 1978 y Albino Luciani, de Venecia, fue elegido como Papa Juan Pablo I el 25 de agosto. El 29 de septiembre, después de celebrar su vigésimo aniversario episcopal con amigos, recibió la noticia de la muerte de Juan Pablo I la noche anterior.En los días posteriores, Wojtyla escribió su último poema, Stanislaw, una meditación sobre el primer obispo mártir de Cracovia. El 8 de octubre, en la iglesia de St. Stanislaw en Roma, predicó en una misa conmemorativa para Juan Pablo I.
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1978: se erige como el Papa Juan Pablo II
Finalmente, el 16 de octubre de 1978, Karol Wojtyla fue elegido papa, la 263ª sucesión de San Pedro. Tomando el nombre de Juan Pablo II, inmediatamente rompió precedentes al recibir el primer homenaje del Colegio de Cardenales de pie, en lugar de sentarse en un taburete como dictaba la tradición. Al igual que Juan Pablo I, rechazó la coronación con la tiara. La homilía en su misa de instalación el 22 de octubre rezó lo siguiente: “¡No temas! ¡Abre las puertas a Cristo!”, la metáfora del nuevo humanismo cristiano que caracterizaría su pontificado durante más de dos décadas.
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Discursos ante la ONU
En sus discursos de 1978 y 1979 ante las Naciones Unidas dejó claro al mundo su filosofía humanista característica: puso la dignidad humana por encima y afirmó que cualquier política legítima “proviene del hombre, es ejercida por el hombre y es para el hombre”. Además, afirmó que el progreso humano debía ser medido, no solo por estándares materiales, sino en el ámbito del espíritu humano.Juan Pablo II defendió vigorosamente la universalidad de los derechos humanos y desafió el poder de los regímenes totalitarios y autoritarios con las armas del espíritu humano y de la cultura. En una de sus frases más memorables, llegó a decir: "Las lágrimas de este siglo han preparado el terreno para una nueva primavera del espíritu humano".
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Desafío a la URSS
Se ha escrito que la peregrinación de nueve días de Juan Pablo II a Polonia en junio de 1979 fue un catalizador decisivo en el proceso del colapso del comunismo europeo diez años después. Las minorías católicas inquietas y perseguidas en Lituania y Ucrania comenzaron a reafirmarse y su pensamiento se extendió como la pólvora en el país soviético.
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El sindicato Solidaridad
En 1980, la Unión Soviética preparaba una invasión a Polonia para aplastar un nuevo movimiento sindical llamado Solidaridad, inspirado por las ideas del nuevo Papa. Pero informadores personales hicieron llegar a sus oídos estas intenciones, con lo que Juan Pablo II escribió una carta personal sin precedentes al presidente soviético Leonid Brezhnev, instando a que se respete plenamente la integridad de Polonia y los derechos de sus gentes, en la que además señalaba su apoyo no negociable a Solidaridad.Condenó la imposición de la ley marcial, que incluía los arrestos masivos de líderes de Solidaridad, y e instó a las autoridades polacas a entablar un diálogo con el liderazgo de Solidaridad como condición para la renovación nacional.Durante la década de 1980, también activó la resistencia católica en otros lugares de la URSS, e hizo todo lo posible para volver a vincular las dos mitades de la Europa cristiana.
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Primer atentado contra su vida
Muchos encontraron una conexión obvia entre la relación del Papa con el sindicato Solidaridad y el atentado contra su vida que tuvo lugar el 13 de mayo de 1981 en la Plaza de San Pedro.
Juan Pablo II con Julius Nyere de Tanzania/ Getty
El Papa diplomático
La diplomacia de Juan Pablo II en los conflictos internacionales fue uno de los elementos más destacados de su papado. Estableció relaciones con 172 países: instó a una solución diplomática negociada a la invasión y subyugación de Kuwait por parte de Irak, intervino en los regímenes totalitarios asiáticos (sin demasiado éxito); contribuyó a la transición democrática de países como Chile o Argentina; y ayudó a crear las condiciones para una solución pacífica de la crisis de Yugoslavia, entre otros logros; e inspiró multitud de revueltas sociales por todo el mundo.
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Deterioro físico
A partir de año 1994, Juan Pablo II fue operado de una prótesis en la cadera, y comenzó a verse visiblemente afectado por una forma de enfermedad de Parkinson. Pero ello no disminuyó su intensa actividad ni su carisma.
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Segundo atentado
Durante la crisis de Yugoslavia, y decidió ir a Sarajevo como testigo de paz. En 1997, agentes de policía descubrieron y desactivaron una bomba, destinada a destruir su caravana a lo largo del camino hacia la ciudad.
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El papa 'influencer'
Juan Pablo II viajó a prácticamente todos los rincones del planeta. Su evangelismo atrajo a la multitud más grande de la historia de la humanidad, en Manila, en enero de 1995.Las estadísticas sugirien que Juan Pablo II había sido visto en persona por más seres humanos que cualquier hombre que haya vivido jamás en la Tierra. Además, la radio y la televisión llevaron al sucesor de San Pedro a millones de hogares.
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El ‘Gran Jubileo’ del 2000
En su empeño por convertir a la Iglesia en un motor de evangelización global y dinámico, se celebró El Gran Jubileo del año 2000, que atrajo a 27 millones de peregrinos a Roma. Tuvo un enfoque innovador: una celebración del futuro evangélico y no una simple conmemoración del pasado.
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Fallecimiento y paso a la historia
El 2 de abril de 2005, hacia las nueve de la noche hora italiana, Karol Józef Wojtyła falleció en su habitación privada del Vaticano víctima de un shock séptico producido por una infección de las vías urinarias.Debido a su influencia, fue una de las personas más importantes de la historia reciente.
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