Todo sobre Zeus, padre de los dioses y sex symbol del Olimpo
Te contamos los orígenes, principales mitos, curiosidades y escarceos amorosos del dios más importante de la cultura clásica: Zeus, el padre de todos los dioses.
Una religión politeísta se basa, como su propio nombre indica, en la existencia de muchas deidades que encarnan distintos valores, poderes o elementos dignos de ser adorados y que componen un variopinto panteón en el que los mortales encuentran consuelo. Pero como parece que hasta en lo divino debe haber una jerarquía y una cadena de mando, prácticamente todas estas religiones cuentan con un cabecilla o dios principal, un capo jefe que tiene poder sobre todo y sobre todos. Si echamos la vista atrás y nos fijamos en las creencias de la Grecia Clásica, el mandamás no era otro que Zeus.
Hijo de titanes, señor del Olimpo y padre de media Grecia si nos atenemos a los mitos que conocemos de él, este hombretón barbudo era el rey de los dioses para la cultura de Aristóteles y Pericles y conociendo su historial resultaba tan fácil adorarlo como temerlo. Cruel, despiadado, caprichoso, despreciable, lujurioso y, alguna que otra vez, benevolente, Zeus parecía ser consciente de su estatus y no dudaba en utilizar sus poderes y su retorcida imaginación para mantenerse en el trono, sin importar cuántos cayeran por el camino. Pero él no era una excepción, sino que todos los dioses del Olimpo son presentados como seres egoístas que ven en los humanos poco más que unas mascotas y juguetes que se pueden romper. El panteón griego estaba lleno de pendencieros y destructivos dioses que, incluso cuando decían estar enamorados, solo buscaban su propio beneficio.
El amor es otro elemento importante en la vida de Zeus, pues por algo se le llama padre de los dioses. Aunque estaba casado con Hera, su hermana, el dios supremo tuvo incontables amantes (de ambos sexos) a lo largo y ancho de Grecia. Utilizando toda clase de argucias para seducir a dioses y mortales por igual, Zeus acumuló una considerable progenie a lo largo de su vida entre los que los que se podrían destacar los dioses Ares, Atenea, Apolo y Artemisa o los semidioses Hércules y Perseo. Para los griegos, cualquier animal o persona que se cruzara en su camino podía ser Zeus disfrazado y encontrarse con un embarazo inesperado antes de pestañear.
El estudio de las mitologías y religiones nos permite conocer la forma de pensar y de comprender el mundo de las sociedades que las adoraban, ver cómo entendían el bien o el mal y qué trato tenían con aquello que traspasaba la condición humana. La civilización helena no se comprende si uno no conoce a Zeus, un dios imperfecto y temeroso con sus defectos y cualidades.
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Aspecto y simbología
Como dios principal de la mitología clásica, Zeus es representado como un imponente hombre maduro de cabello largo y espesa barba, físico escultural generalmente sentado sobre su trono, con una corona y un cetro de mando en la mano que deja clara su posición como señor del Olimpo. Se le suele representar como un águila con las alas abiertas o con el rayo, su arma predilecta y el regalo que los cíclopes le hicieron para enfrentarse a los titanes.
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Nacimiento
Zeus es el hijo menor de Rea y Cronos. Su padre, advertido por Gea y Urano de que sería derrocado por uno de sus hijos, los devoraba nada más nacer pero Rea engañó al titán y le entregó una piedra envuelta en telas en lugar de a Zeus. Este se refugió en la isla de Creta donde, oculto de la vista de su padre, fue amamantado por una cabra y pasó años entrenando con el único objetivo de derrotar a Cronos.
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La guerra contra los titanes
Cuando creció, Zeus liberó a sus hermanos del estómago de su padre dándole una poción para que vomitara o abriéndolo en canal (según la versión) y organizó una resistencia contra los titanes junto al resto de dioses (Hestia, Deméter, Hera, Hades y Poseidón) y cíclopes, a los que liberaron y reclutaron. Este enfrentamiento fue conocido como Titanomaquia y terminó con la victoria de los dioses y el encarcelamiento de Cronos y los titanes en la prisión del Tártaro.
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Ascenso al poder
Habiendo cumplido la profecía de Urano, los dioses decidieron que se repartirían el reinado del mundo entre los tres hermanos varones. A Hades se le encargó el gobierno del inframundo y la misión de guiar las almas de los fallecidos hasta allí. Poseidón se hizo con el control de todos los mares y los ríos y para Zeus quedaron el cielo y la tierra. Es por este motivo que Zeus se convirtió en señor del Olimpo y de la humanidad.
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En busca de una reina
Ya sentado en el trono de los dioses, Zeus quiso encontrar a una reina que le acompañara en el poder y que le diera la progenie deseada. La elegida fue Hera, su propia hermana, que le rechazó trescientas veces durante trescientos años. Se dice que, en una noche de tormenta, Zeus apareció en la ventana de Hera con el aspecto de un pobre pajarillo. La diosa se apiadó del animal, lo dejó entrar para cuidarlo y lo besó. En ese momento Zeus recuperó su forma habitual y obligó a la diosa a casarse con él basándose en ese gesto de cariño que había tenido.
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Líos de faldas
Pero la vida de casado no calmó la lujuria y el deseo de Zeus, quien a lo largo de su vida sedujo a infinidad de amantes de ambos sexos utilizando toda clase de artimañas y engaños. Gran parte de los dioses del Olimpo, criaturas mitológicas y semidioses o héroes del mundo clásico son parientes cercanos del señor del rayo.
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Golpe de estado en el Olimpo
Aunque Hera no amaba a Zeus, se sentía profundamente insultada ante los escarceos amorosos de su esposo. Harta de la situación, utilizó el descontento del resto de dioses con la abusiva actitud de Zeus para promover una insurrección en el Olimpo. Cuando Zeus dormía, Poseidón y Apolo lo ataron con unas cadenas de oro. Mientras los dioses discutían sobre quién sería el nuevo señor del Olimpo, la diosa Tetis llamó al Hecantóquiro Briareo (una criatura con cincuenta cabezas y cien brazos de monstruosa fuerza) para que liberara a Zeus.Rotas sus cadenas, Zeus empuñó su temible rayo y sometió a los dioses rebeldes. A Hera la colgó de una cadena en los cielos hasta que juró que no volvería a intentar derrocarle y a Apolo y Poseidón les mandó a Troya para ayudar a construir la muralla de la ciudad.
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Padre de los dioses
Solo con los hijos de Cronos el panteón del Olimpo quedaba un poco vacío así que los dioses empezaron a tener descendencia entre ellos y Zeus fue uno de los que más aprovechó el tiempo. Con Hera, su esposa oficial, Zeus tuvo a Hefesto, Ares y Hebe. Con otras diosas tuvo a Atenea, las Horas (Eumonía, Dice e Irene), las moiras (Clotos, Láquesis y Átropos), Perséfone, Harmonía, Artemisa, Apolo, Hermes y Afrodita.
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Descendencia semidivina
Pero Zeus no se conformó con el resto de dioses, sino que hizo viajes muy frecuentes a la tierra para mantener relaciones con mortales. Entre los más conocidos se encontrarían Dionisio, Perseo, Helena de Esparta (luego de Troya) y su hermano Pólux.
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Hércules, el más famoso
Pero si hay un hijo de Zeus que ha pasado a la historia ese es Hércules. Zeus se enamoró de Alcmena, una hermosa mujer que estaba casada con Anfitrión, y para seducirla tomó la forma de su marido y su lugar en el lecho matrimonial. Cuando Anfitrión regresó también tuvo relaciones con Alcmena y al tiempo nacieron Hércules (semidiós) e Íficles (mortal).Hércules es el gran héroe de la mitología clásica, un guerrero de inmensa fuerza y habilidad que se erigió como defensor de la humanidad y ganó fama por haber cumplido los doce trabajos impuestos por el rey Euristeo después de matar a sus propios hijos.
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Celoso de su propio hijo
Iasión era hijo de Zeus y de la pléyade Electra, nieto del titán Atlas y famoso por su belleza. En la boda de su hermana Harmonía y el héroe tebano Cadmo conoció a su tía Démeter y ambos se enamoraron, yaciendo juntos durante tres noches en un campo de arado. Zeus, celoso de esta relación, fulminó a Iasión con un rayo y secuestró a Démeter. Al poco tiempo tendría relaciones con ella y de esta unión nacería la bella Perséfone.
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Partos peculiares
De todos los hijos que tuvo Zeus, hay dos casos que son un tanto particulares por la forma que las criaturitas nacieron: el de Atenea y el de Dionisio. La primera era hija de Metis, diosa de la inteligencia, a la que Zeus devoró estando embarazada porque una profecía de Urano le dijo que los hijos de Metis serían más poderosos que él. Atenea nació dentro de Zeus y salió de su frente ya adulta y completamente armada. La diosa de la sabiduría y la estrategia se convertiría en la hija favorita de Zeus.Por otro lado, Dionisio es conocido como el “dios nacido dos veces”. Hijo de Sémele, Hera se apareció ante la mortal disfrazada de anciana y la hizo dudar de que Zeus fuese realmente el padre. Ella, desesperada, exigió al señor del Olimpo que se apareciese en toda su gloria y al hacerlo, sus rayos fulminaron a la mortal y Zeus tuvo que salvar a su hijo cosiéndolo a su muslo. Dionisio nacería, por segunda vez, diez meses después.
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Nueve noches, nueve musas
En el mundo clásico, las musas eran las nueve divinidades y patronas de las artes y la creatividad. Todas ellas eran hijas de Zeus y Mnemósine (hija de Urano y Gea y tía del padre de todos los dioses), fruto de nueve noches consecutivas en las que ambos tuvieron relaciones sexuales. De esta unión nacieron Calíope, Clío, Erato, Euterpe, Melpómene, Polimnia, Talía, Terpsícore y Urania.
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El rapto de Europa
Europa era la hermosa hija del rey Agenor de Tiro, una de las ciudades fenicias más importantes del Mediterráneo. Zeus se enamoró de ella y decidió seducirla convirtiéndose en un gran toro blanco y colándose entre el ganado del rey. La joven, confiada por la belleza del animal y su carácter manso, empezó a acariciarle y se subió a su lomo, momento que Zeus aprovechó para huir con ella y llevarla sobre el mar hasta Creta, donde la hizo su amante. De su amor nacieron Minos y Radamantis.
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Un cisne muy seductor
Leda era la esposa de Tindáreo de Esparta, rey de una de las ciudades estado más poderosas de Grecia. Un día en que la joven paseaba junto al río Eurotas apareció junto a ella un cisne perseguido por un águila que se refugió junto a ella. El cisne se posó sobre la joven y al poco tiempo nacieron Helena, Pólux, Clitemnestra y Cástor. Ese ave, obviamente, era Zeus disfrazado y dos de los hijos que tuvo Leda (Helena y Pólux) eran del dios y no de su marido.
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Ganímedes y el águila
Ganímedes era un valiente y hermoso príncipe de Troya del que Zeus se enamoró cuando pastoreaba en el monte Ida. El dios se convirtió en águila y descendió hasta él para llevarlo consigo hasta el monte Olimpo. Allí, Zeus lo hizo en su amante y el copero de los dioses.
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La lluvia de oro
A estas alturas resulta obvio el gusto que Zeus tenía por transformarse en animales para seducir a sus amantes, pero esa costumbre fue mucho más allá en el caso de Dánae. Acrisio, rey de Argos, consultó al oráculo para saber si tendría herederos varones y este le dijo que su nieto lo asesinaría. Para evitarlo encerró a Dánae en una celda y que así no pudiera tener hijos pero Zeus se convirtió en una lluvia de oro, se coló en la prisión y fecundó a la princesa. Así nacería Perseo, otro de los grandes héroes de la Grecia Clásica.
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Cambio de sexo
La diosa Artemisa se caracterizaba por su habilidad para la caza y su permanente virginidad, condición por la que ningún hombre o dios podría tomarla y que les era exigida a las sacerdotisas que le rendían culto. Este era el caso de Calisto, una ninfa que adoraba a la diosa de la caza y a la que Zeus sedujo tomando el aspecto de la propia Artemisa y manteniendo relaciones con ella. La historia, como siempre, termina mal para todos salvo para Zeus: Calisto fue expulsada del culto a Artemisa, convertida en una osa como parte de la venganza de Hera y estuvo a punto de ser asesinada por su propio hijo, el cazador y semidiós Arcas.
Representación de Hades y Perséfone. Imagen: Wikimedia Commons.
Haciéndose pasar por Hades
En una de sus pocas salidas al exterior, Hades se quedó prendado de Perséfone y decidió secuestrarla (con el consentimiento de Zeus) para hacerla su reina. Esto desembocó en un conflicto entre el señor del inframundo y Démeter, madre de Perséfone, que acabó cuando acordaron que pasaría seis meses con él y seis meses con ella. Tiempo después Zeus adoptaría el aspecto de su propio hermano para tener engañar a Perséfone, su propia hija, y seducirla.
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Origen de los licántropos
Zeus es el protagonista de uno de los orígenes más conocidos del licántropo, el hombre lobo. En Arcadia gobernaba Licaón, un rey cruel y sádico que atraía a los viajeros a su palacio donde los sacrificaba y se los comía. Zeus quiso darle una última oportunidad al monarca y bajó disfrazado de mendigo, ofreciéndole Licaón carne humana para comer. Indignado, Zeus destruyó la ciudad y maldijo al rey, convirtiéndolo en lobo y manteniéndolo en esa forma hasta que pasara diez años son comer carne humana.
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