Donde habita el genio
Inventores, científicos, literatos o pintores han utilizado diferentes espacios en los que dar rienda suelta a la innovación. Las paredes de garajes, estudios y laboratorios han sido testigos del intelecto desmedido de estas grandes figuras de la historia.

Alegría de vivir
Picasso trabajó a lo largo de su vida en diferentes talleres. En alguno de ellos, como en el de la Rue des Grands-Augustins de París, tuvo problemas para pintar cuadros como el Guernica por su gran tamaño. Fue por este motivo, la necesidad de ampliar el ámbito de trabajo, por lo que en 1946 el conservador del Museo Antropológico de Antibes, Romuald Dor de la Souchère, le ofreció un espacio del castillo Grimaldi para que llevara a cabo su obra.El malagueño se instaló en septiembre de 1946 junto a su amada Françoise Gilot en este rincón de la Costa Azul, en el que ocupó un gran salón en la segunda planta del edificio desde donde podía ver el mar y la ciudad medieval. Con sus pinceles, caballetes y lienzos, Picasso contó con todo lo necesario para desarrollar en el otoño que pasó en este lugar un gran número de obras. De hecho, fue una de las etapas más prolíficas del autor, en la que destaca el cuadro La alegría de vivir (parte superior derecha de la imagen), protagonizado por su musa Françoise Gilot, que danza con personajes mitológicos. Actualmente, este castillo alberga un museo dedicado al pintor.Foto: Getty Images

Un innovador del XIX
A su muerte en 1819, James Watt, el padre de la revolucionaria máquina de vapor, dejaba en su casa de Heathfield, en Birmingham, un taller con más de 8.000 objetos en el que este ingeniero ideó numerosos inventos. El último de ellos fue una máquina para copiar esculturas. Este espacio puede visitarse en el Museo de Ciencias de Londres, donde se ha reconstruido tal como lo dejó este innovador del siglo XIX.Foto: Getty Images

El garaje donde surgió la manzana
Los avances tecnológicos de finales del s. XX se han originado en los garajes de casas familiares norteamericanas de clase media. Uno de los más conocidos se encuentra en el 2066 de Crist Drive, en Los Altos, California, donde Steve Jobs y Stephen Wozniak fundaron la compañía Apple. Tanta es la importancia que se le ha dado a este lugar, impregnado ya por un halo de mito, que en 2013 fue declarado patrimonio histórico. Foto: Allie Caulfield

El atelier de Brancusi
Cuando el revolucionario escultor Constantin Brancusi murió en 1957, legó su estudio y sus obras al gobierno francés. El Centro Pompidou reconstruyó en su recinto el atelier del genial artista, reproduciendo la luz y el diseño originales y colocando las obras en la disposición exacta en que las había dejado el propio escultor. Este espacio alberga una colección única de 137 esculturas, 41 dibujos y 1.600 placas de vidrio fotográficas del autor.Foto: Alamy

La habitación de un Nobel de Física
El Premio Nobel de Física Wilhelm C. Röntgen descubrió los rayos X en una pequeña habitación del Instituto de Física de la Universidad de Würzburg. Convertido en museo, puede visitarse este lugar tal y como lo dejó el investigador alemán.Foto: AGE

La casa de Frankestein
Uno de los lugares de creación donde se inspiraron varios literatos fue la Villa Diodati, en Suiza. Alquilada en el verano de 1816 por Lord Byron, en ella se concibieron obras fundamentales para la Historia de la literatura, como Frankenstein, de Mary W. Shelley, o El Vampiro, de John William Polidori.Foto: Getty

El laboratorio de Marie Curie
Por su parte, la única mujer en la Historia con dos Premios Nobel, Marie Curie, trabajó durante años en proyectos de física y química en su pequeño laboratorio personal. Éste puede visitarse en el Museo Curie de París, donde aún se conservan los instrumentos originales de la científica.Foto: Getty

El desorden de un genio
Mientras el orden impera en las imágenes anteriores, este despacho desordenado con un escritorio repleto de papeles fue el que ocupó Albert Einstein en Princeton, en EE UU. Este caos no afectó a la genialidad del creador de la teoría de la relatividad.Foto: Cordon Press