Vida y exilio de Virgilio Fernández del Real, superviviente de la Guerra Civil
Virgilio Fernández del Real formó parte de las Brigadas Internacionales, estuvo en un campo de concentración francés tras la guerra y tuvo que exiliarse a México.
La historia se define como la “disciplina que estudia y narra cronológicamente los acontecimientos pasados”. Pero más allá de estas frías explicaciones de diccionario, la historia es el conjunto de las vidas y acciones de todas las personas que participaron en ella en momento. Si, por ejemplo, pusiésemos nuestros ojos sobre la historia reciente de España, el evento más importante y significativo fue la Guerra Civil. Este conflicto marcaría el futuro del país y de sus habitantes durante las siguientes décadas y personas como Virgilio Fernández del Real fueron sus protagonistas silenciosos.
Nacido en el protectorado español de Larache, en Marruecos, Virgilio pudo ver la caída de la monarquía de Alfonso XIII y los vientos de cambio que trajo la proclamación de la Segunda República Española, el rápido deterioro de ese sueño y el caldo de cultivo que llevaría a la sociedad a una guerra fraticida de tres años y 500.000 fallecidos. A pesar de su juventud en aquel momento (tenía 17 años cuando se produjo el fallido golpe de Estado), se unió al ejército republicano como personal sanitario y luchó durante algunas de las batallas más importantes de la guerra como miembro, entre otros cuerpos, de las Brigadas Internacionales.
Repasando su vida, encontramos en Virgilio un ejemplo de lo que vivieron los españoles en la época: hambre, malas condiciones laborales, inestabilidad política y social… Además de las penurias propias de la guerra, conoció en primera mano lo que era un campo de concentración del gobierno francés y lo que significaba abandonar España hacia un exilio incierto con el único fin de salvar la vida. Se calcula que unas 450.000 personas se desperdigaron por el mundo al final de la guerra.
Generalmente, y en parte porque permite una visión más amplia y completa de la fotografía, la historiase estudia desde una perspectiva macro, con generalizaciones y tendencias casi estadísticas. Pero la historia micro, la de andar por casa, es igual de importante e interesante. Las personas son las que dan forma a la historia, y por ello debemos seguir poniendo el foco en esas vidas anónimas.
Primeros años
Hijo de Mariano Fernández y Carmen del Real, Virgilio nació en el protectorado español de Larache, Marruecos, el 26 de diciembre de 1918. Siendo el segundo de cuatro hermanos (Inés, Virgilio, Carlos y Maruja), pasó su infancia entre el municipio cordobés de Cabra y Sevilla. Desde los 13 años estudiaba en el Hospital de la Macarena.
Pasión por la medicina
La medicina se convertiría en una constante en la vida de Virgilio. La primera educación que recibió en Sevilla le ayudó a graduarse como practicante (equivalente al actual auxiliar de enfermería) en Cádiz y eso le permitió trasladarse a Madrid para trabajar. Tanto durante la Guerra Civil como al acabar el conflicto, Virgilio demostró un profundo compromiso por curar a otros.
Despertar ideológico
A finales del XIX y principios del XX se generó una concienciación social entre las clases populares que se vio reflejada en un incremento de la presencia de socialistas, comunistas y anarquistas. Los partidos de ideología izquierdista proliferaron por toda Europa y jugaron un importante papel en estos primeros años. Virgilio, con tan solo catorce años, ya era miembro de las Juventudes Comunistas y, más tarde, afiliado al Partido Comunista Español (PCE).
Practicante en el Hospital Princesa
El 18 de julio de 1936, con 17 años, Virgilio se encontraba trabajando como practicante en el madrileño Hospital Princesa cuando se corrió la voz de que varios generales y una parte del ejército se habían sublevado contra el Gobierno de la Segunda República. Los primeros días se caracterizaron por el caos y la desinformación y los heridos comenzaron a llegar a los hospitales, muchos de ellos procedentes del Cuartel de la Montaña.
Reclutamiento: camino a Somosierra
El lunes 20 de julio, Virgilio y un compañero de Alcoy (Alicante) vieron un cartel en el que se pedía personal sanitario. Ese mismo día se presentaron en la Casa de Conde Duque, donde se realizaban los reclutamientos, y se alistaron como practicantes. Apenas unos días después, Virgilio fue enviado a primera línea en el frente de Somosierra. La ofensiva contra Madrid fue especialmente convulsa durante los primeros meses de guerra.
Las Brigadas Internacionales
Las Brigadas Internacionales fueron un cuerpo de voluntarios que llegaron a España en noviembre de 1936 para colaborar con el ejército republicano. Provenientes de todas partes del mundo, tenían en común un repudio contra el fascismo creciente que veían reflejado en el bando sublevado. Virgilio entraría en ellas como Teniente de los Servicios Sanitarios y pasaría casi toda la contienda en sus distintos cuerpos, brigadas y divisiones.
La columna Dombrowski
La columna Dombrowski fue el cuarto batallón internacional que apareció en España. Fue constituido a finales de octubre de 1936 en Albacete y estaba formado principalmente por exiliados y obreros polacos. Virgilio participó en algunas de las victorias más importantes que este batallón consiguió para el bando republicano, destacándose su enfrentamiento contra el Corpo Truppe Volontarie de Mussolini.
En los principales frentes de la contienda
Virgilio Fernández participó activamente en la contienda durante un total de 32 meses. Como sanitario, debía tratar y operar a enfermos y heridos muy cerca de la línea de fuego, ya que rara vez eran capaces de trasladarlos hasta los hospitales de campaña y la retaguardia. Estuvo presente en la defensa de Madrid en Somosierra y en las batallas de Brunete, Guadalajara y el Ebro. Durante esta última, considerada la batalla más sangrienta de la guerra, Virgilio formaba parte de la 35ª División Internacional y llegaron a alcanzarse los 1.000 muertos por día.
Retirada del frente
El avance de las fuerzas franquistas provocó la disolución de las Brigadas Internacionales, que abandonaron el puerto de Barcelona a finales de 1938. Virgilio fue enviado a la retaguardia para descansar, aunque siguió ejerciendo como sanitario en el hospital Sant Pau de la Ciudad Condal.
Huida a Francia
Cataluña fue una de las últimas áreas republicanas en ser tomada por los nacionales pero en enero de 1939 comenzaban a cercar Barcelona. Virgilio, al igual que miles de personas, huyó como buenamente pudo hacia los Pirineos y la frontera con Francia, la cual consiguió cruzar en una ambulancia robada.
Saint Cyprien
El gobierno francés, cuyo apoyo a la República Española fue muy limitado, afrontó el problema de los refugiados españoles llevándolos a campos de concentración (llamados “de internamiento” por el gobierno). Virgilio pasó dos meses en Saint-Cyprien, en una playa rodeada por una alambrada de espinos en la que dormían a la intemperie o en barracones construidos por ellos mismos y comían, según sus propias palabras, “lentejas con arena”.
Exilio a México
En mayo de ese mismo año, un compañero encontró un anuncio en el periódico de Carmen, la madre de Virgilio, que le estaba buscando. Tras escapar de Saint-Cyprien, consiguió cruzar el país y llegar hasta Evreux (Normandía), desde donde pudo marcharse a Ellis Island, bajar hasta La Habana y llegar finalmente a Veracruz.
Estudios en medicina
Desde Veracruz Virgilio se trasladó a Monterrey, en el noreste mexicano, donde comenzó a trabajar como asistente de una farmacéutica española mientras completaba sus estudios de Medicina. Se licenció como médico cirujano y partero por la Universidad de Nueva León el diez de febrero de 1959.
Gene y Virgilio
Fue durante un viaje a México D.F. en 1942 cuando Virgilio conoció a Gene Byron, una joven de origen canadiense reconocida como artista, actriz y locutora que había viajado a México inspirada por la potente corriente cultural que se estaba viviendo en esos años. Tras viajar por el sur del país, la pareja se asentó en la ciudad de Guanajuato y compraron la antigua hacienda de Santa Ana.
Vida en México
Además de su activa vida con Gene y su familia y su trabajo como médico, Virgilio conservó su compromiso político y social durante el exilio. No solo mantuvo contacto con otros españoles que habían huido tras la guerra, sino que participó en las actividades del Comité de Defensa de los Emigrados Españoles y se afilió al recién creado Partido Morena en 2011. Tenía 93 años.
Casa-Museo Gene Byron
Imagen: Casa-Museo Gene Byron.En 1987, Gene Byron falleció y Virgilio decidió convertir la hacienda que habían compartido durante años en la Casa-Museo Gene Byron. Esta institución cultural, de la que Virgilio Fernández es director, pretende ser un homenaje a la vida y obra de Gene Byron y un espacio en el que nuevos artistas pueden darse a conocer.
Regreso a España y reconocimientos recibidos
La primera vez que Virgilio volvió a pisar España desde que se exiliase fue en 1975, cuando el dictador Francisco Franco seguía vivo. En 1978 volvería para quedarse durante diez años en España. Desde entonces ha visitado el país en dos ocasiones más (2014 y 2017), esta vez acompañado de Estela, su segunda mujer. Sus visitas a España se caracterizan por la ajetreada agenda concediendo entrevistas, siendo recibido por personalidades políticas o recibiendo la Medalla de la Libertad de la Federación de Foros por la Memoria. Muy Historia agradece a Virgilio Fernández y Estela Cordero su colaboración en la realización de esta galería.