Un museo es un templo. Tal vez sea un templo en memoria de lo que nuestros antepasados hicieron hace siglos, uno en el que se exalte la belleza que esconde el ingenio humano o uno donde se recuerden los horrores a los que podemos llegar. No importa el tipo de colección que esconda en su interior; cualquier museo que se precie se alzará como un refugio para el legado de la humanidad. El Museo del Prado de Madrid, con su fachada neoclásica y sus columnas dóricas, encierra en su seno el arte y la historia de todo un continente.
Desde su primer proyecto como Gabinete de Ciencias Naturales, la impresionante pinacoteca fue desarrollándose y cambiando según la sociedad y el devenir histórico moldeaban los acontecimientos. El campus museístico ocupa el edificio Villanueva, el Claustro de los Jerónimos, el Casón del Buen Retiro, el edificio administrativo de la calle Ruíz de Alarcón y el Salón de Reinos del Palacio del Buen Retiro con sus últimas ampliaciones y su colección incluye más de 27.000 piezas de arte de todos los estilos y disciplinas. El gran número de obras de Diego Velázquez y Francisco de Goya que incluye la pinacoteca es uno de sus grandes atractivos.
Aunque sus puertas abrieron por primera vez en 1819, durante un tiempo fue un espacio reservado exclusivamente para los miembros de la alta sociedad y que solo abría unas horas durante un día a la semana. El paso del tiempo, la creciente colección que comenzaba a llenar sus paredes y la fascinación que suscitaba en toda Europa hicieron que esto cambiara y su carácter comenzara a ser algo más público, permitiendo a la población disfrutarlo. Poco a poco, el Museo del Prado ha acabado por convertirse en un símbolo de la ciudad madrileña.
Hazañas mitológicas, idílicos paisajes, hermosos rostros u oscuras realidades sociales. El arte es ese lugar más allá del tiempo y el espacio en el que poder plasmar las luces y las sombras del mundo. Y como la historia suele ser un reflejo de nuestras acciones, lo que nos gusta y lo que rechazamos de nosotros mismos, es común encontrarlo como un tema de referencia en cuadros, estatuas o libros. Momentos clave en la historia de España a través de los cuadros del Museo del Prado.
La muerte de Viriato, jefe de los lusitanos
Este óleo sobre lienzo de José de Madrazo y Agudo es una de las obras más representativas del Neoclasicismo español. La figura de Viriato es una de las más destacadas de la Hispania prerromana y se ha mitificado como uno de los grandes héroes y líderes militares de su tiempo. Superviviente de la masacre de lusitanos en el 150 a.C., pasó de pastor a general y puso en jaque al poderoso Imperio Romano durante nueve largos años. La pintura representa el momento en que su cuerpo es descubierto tras haber sido apuñalado por tres de sus lugartenientes.
La rendición de Granada
Esta obra de Francisco Bayeu y Subías fue el boceto para el fresco del antiguo comedor de Gala del Palacio Real de Madrid. En 1491, tras años de enfrentamientos contra los musulmanes, los Reyes Católicos consiguieron arrebatar la ciudad de Granada al sultán Boabdil y derrotaron así al último reino nazarí de la Península. La rendición de Granada se considera el final del periodo de la Reconquista, que había comenzado siete siglos antes.
Doña Juana la Loca
Francisco Pradilla y Ortiz convirtió al personaje de Juana de Castilla en una de sus musas imperecederas. Hija de los Reyes Católicos, es conocida popularmente como 'Juana la Loca' y famosa por su tormentosa relación con Felipe el Hermoso. Fue reina de Castilla tras la muerte de su madre (1504), aunque nunca llegó a gobernar y todo el poder recayó en su marido y su padre. Su enfermedad mental hizo que fuera recluida en Tordesillas desde 1509 hasta su muerte. En el cuadro vemos a Juana acompañando el féretro de su marido, vistiendo el luto y con rostro impasible.
Condenados por la Inquisición
Con una estética oscura y un estilo casi goyesco, Eugenio Lucas Velázquez representó el castigo que sufrían varios condenados por un tribunal de la Inquisición. Esta institución religiosa surgió en España en 1478, bajo el mandato de los Reyes Católicos, heredada de la inquisición pontificia que ya existía en Francia desde hacía dos siglos. La misión original de la Inquisición era combatir la herejía persiguiendo, juzgando y castigando a los falsos conversos con el fin de defender el dogma católico que imperaba en el país. Las torturas y condenas a morir en la hoguera se convirtieron en métodos muy comunes de esta institución y uno de sus inquisidores más conocidos fue Tomás de Torquemada, primero en ostentar el cargo de inquisidor general.
Conquista de México por Hernán Cortés (16 y 17)
Esta tabla encochada de Miguel y Juan González es la número 16 y 17 de una colección de 24 piezas creada para Carlos II. En la primavera de 1519, Hernán Cortés llegó a Veracruz a la cabeza de un pequeño ejército y comenzó a adentrarse en territorio mexicano. Aliándose con tlaxcaltecas y totonatas, el avance de los españoles llamó la atención de Moctezuma II e intentó agasajarles con presentes y riquezas. Las relaciones entre el Tlatoani azteca y Cortés serían el comienzo de la conquista de México.
Una india
Los nativos de las colonias españolas se convirtieron en foco de interés para numerosos artistas, como demuestra este lienzo de Esteban Villanueva y Vinarao. Los pueblos autóctonos (llamados 'indios' incorrectamente) de los distintos lugares conquistados por el Imperio español fueron haciéndose un hueco en la sociedad de su metrópolis. Tratados como esclavos y ciudadanos de segunda en un principio y utilizados habitualmente como mano de obra, el mestizaje y el paso del tiempo dieron lugar a una aristocracia criolla que encabezaría los procesos independentistas de los siglos XVIII y XIX.
Carlos V en la Batalla de Mühlberg
Todo el poder y la grandeza del emperador Carlos V se recoge en este impresionante óleo sobre lienzo de Tiziano. A principios del siglo XVI, las teorías religiosas de Martín Lutero se habían extendido rápidamente por el centro de Europa y el protestantismo caló hondo en la población, oponiéndose a los deseos de su monarca católico. En 1530, varios nobles pro-luteranos se unieron en la llamada Liga de Smalkalda y se enfrentaron a Carlos V. El joven rey aplastó a sus enemigos sin dificultad en la Batalla de Mühlberg.
La Invencible
Un bravísimo mar cobra vida en este impresionante lienzo de José Gartner de la Peña. Aunque por aquel entonces era conocida como ‘Gran Armada’, la ‘Armada Invencible’ fue una poderosa flota enviada por Felipe II hacia las islas británicas en 1588 con el objetivo de conquistarlas y derrocar a Isabel I. El apoyo de Inglaterra a la causa independentista de los Países Bajos y los constantes ataques de piratas contra los barcos españoles hicieron que el entonces monarca intentara concluir la guerra anglo-española de un solo golpe. Una tormenta fue la principal responsable del hundimiento de la Armada.
Las meninas
Considerada la obra maestra de Velázquez y estudiada hasta la saciedad, el retrato de la familia de Felipe IV es un excelente ejemplo de la habilidad pictórica de este autor y de su magistral uso de la perspectiva. Mientras que el cuadro muestra la exuberancia aislada en la que vivía la corte y la familia real, el país se tambaleaba en los comienzos de una decadencia que derribaría la estirpe de los Austrias. Solo un año después de que Velázquez pintara el famoso retrato real, Inglaterra y Francia iniciaron una ofensiva masiva que buscaba arrebatar las posesiones europeas de España.
Gaspar de Guzman, conde-duque de Olivares, a caballo
Una vez instalado en la corte de Felipe IV, Diego Velázquez se convirtió rápidamente en el favorito del valido del rey y así lo demuestra en este representativo retrato ecuestre. El gobierno de los llamados Austrias menores se centró cada vez más en la cesión de responsabilidades a nobles de confianza, los validos. Gaspar de Guzmán sería el más poderoso de ellos e iniciaría un intento de reforma dentro de España y una defensa de los territorios en el extranjero. Con estos personajes llegaría el comienzo del declive español.
Las lanzas o La rendición de Breda
Velázquez plasmó la victoria lograda por el ejército español con una curiosa atmósfera de amistad entre los dos generales. En 1625, en plena Guerra de los Ochenta Años contra las provincias holandesas, las fuerzas españolas del general Spínola consiguieron superar a la coalición holandesa, inglesa y danesa encabezada por el estatúder Mauricio de Nassau y tomaron la ciudad de Breda. Esta victoria es considerada como una de las más importantes de un conflicto que sangraría las arcas españolas y acabaría con la independencia de los Países Bajos.
La Batalla de Almansa
Ricardo Balaca y Orejas Canseco supo reflejar con gran precisión histórica una de las batallas más importantes de la Guerra de Sucesión (1701-1713). Carlos II murió sin descendencia en el 1700 y dejó un estado en decadencia y descabezado. Surgió entonces una pugna entre dos candidatos al trono; el archiduque Carlos de Austria y Felipe de Anjou. La Batalla de Almansa dio el triunfo al líder francés y dictaminó el final de la guerra y la derrota del archiduque Carlos. En 1713, la corona de España pasaría a manos de los Borbones.
La familia de Carlos IV
El gran retrato de la familia real que se encargó a Francisco de Goya esconde más de lo que se ve a simple vista. El reinado de Carlos IV se caracterizó por su completo desentendimiento de los problemas del país, que dejaba en manos de Manuel Godoy mientras él se dedicaba a la caza. Las tensiones familiares y políticas harían que su hijo, Fernando VII, encabezara el motín de Aranjuez para destituir a Godoy y coronarse rey. La distribución de la familia en el cuadro imita a ‘Las meninas’ y la posición central está premeditadamente ocupada por la reina María Luisa como burla a la falta de mando de Carlos IV.
Combate naval de Trafalgar
Los cañones aún retumban en este óleo sobre lienzo de Justo Ruíz Luna de 1890. El 21 de octubre de 1805, la armada inglesa se plantó frente a la flota franco-española comandada por el incompetente Pierre Villeneuve. La Francia napoleónica había arrastrado a su entonces aliada, España, en su plan para invadir las islas británicas. El mal estado de los navíos españoles y la desastrosa estrategia seguida por la coalición provocaron una de las mayores derrotas navales de la historia de España. Trafalgar puso fin a los planes de conquista de Napoleón y costó a Inglaterra su más brillante líder naval, Horatio Nelson.
La lucha con los mamelucos
Goya supo plasmar, por encargo del rey, uno de los momentos más conocidos de la historia española y el inicio de la Guerra de Independencia: el levantamiento popular del 2 de mayo. Napoleón manipuló y retuvo a Carlos IV y Fernando VII para entregar la corona francesa a su hermano, José Bonaparte, mientras había introducido sus tropas en España con la excusa de invadir Portugal. Cuando los franceses intentaron llevarse a los demás miembros de la familia real, Madrid estalló en cruento un levantamiento popular. El cuadro de Goya representa el enfrentamiento contra los mamelucos, una unidad de élite que Napoleón trajo desde Egipto.
Los fusilamientos
Se trata, probablemente, de la obra más reconocida de Francisco de Goya. Si ‘La lucha de los mamelucos’ presentaba el valiente esfuerzo de los madrileños por oponerse a las tropas napoleónicas, esta obra conmemora a las víctimas de la represión francesa contra los sublevados.
La rendición de Bailén (de la tradición y de la historia)
José Casado de Alisal supo plasmar en este lienzo un momento clave en el siglo XIX español. Tras la invasión francesa en 1808, la población civil y unos desestructurados restos del ejército español iniciaron una férrea resistencia contra las tropas napoleónicas. La Batalla de Bailén (19 de julio de 1808) significaría la primera gran derrota contra los franceses y un símbolo para los ejércitos españoles durante la Guerra de la Independencia. En el cuadro, Francisco Javier Castaños recibe al general francés tras haber recibido su espada como símbolo de rendición.
Bandoleros
Eugenio Lucas Velázquez reflejó uno de los grandes problemas que sufrió España durante los siglos XVIII y XIX: el bandolerismo. Los bandoleros eran personas que asaltaban a los viajeros en caminos de montaña, les robaban y se volvían a ocultar en la sierra. Esta práctica se hizo muy común en Andalucía, Cataluña y Galicia y se basaba en pequeños grupos armados que conocían muy bien el terreno e imitaban las técnicas de la guerrilla. Muchos de ellos eran gente humilde que se negaba a trabajar en el campo o huidos de la justicia. La Guardia Civil surgió, en gran parte, para hacer frente a los bandoleros y bandidos.
Duelo a garrotazos
Otra obra, de sobra conocida, del gran Francisco de Goya. Incluida en su “pintura negra”, este cuadro representa el enfrentamiento fraticida y la violencia con la que se resolvían las diferencias ideológicas en aquel momento (1820-1823). Cuando Goya pintó este cuadro estaba teniendo lugar el llamado Trienio Liberal, un breve regreso a la constitucionalidad de Cádiz en 1812 que el coronel Riego había obligado a aceptar a Fernando VII con el pronunciamiento de Las Cabezas de San Juan. La política de entonces, y con ella toda la sociedad, se encontraba profundamente dividida entre conservadores y liberales.
Un día más
Históricamente, España siempre ha sido un país rural e Inocencio Medina Vera quiso homenajear este mundo con la obra que nos ocupa. Hasta el siglo XIX, la gran mayoría de la población española se concentraba en el campo y se dedicaba a labores agrícolas y labriegas. El proceso de desruralización fue surgiendo conforme las ciudades ganaron importancia y comenzaron a ofrecer nuevas oportunidades.
Una huelga de obreros en Vizcaya
Vicente Cutanda y Toraya otorgó a esta obra un potente elemento de denuncia social al tiempo que reflejaba la compleja situación que vivían los obreros españoles en las ciudades de finales del siglo XIX. Los políticos de la Restauración dieron gran importancia al proceso de industrialización que tanta falta hacía en España y este se desarrolló en apenas un par de décadas. Regiones como el País Vasco, Cataluña o Asturias se convirtieron de focos para las huelgas del recién nacido movimiento proletario y su lucha por los derechos de los trabajadores frente a los beneficios de los grandes capitalistas y de la burguesía del momento. En esta época surgieron sindicatos como UGT o el Partido Socialista Obrero Español.
Desembarco de Alhucemas
José Moreno Carbonero escenificó en este lienzo lo que muchos consideran “el Día D español”. El siglo XX comenzó en España en 1898 con la pérdida de Cuba y una desilusión generalizada en la sociedad. Para remediarlo, los políticos dieron prioridad a un supuesto intento de recuperar la gloria militar extendiendo su dominio en territorio africano sin mucho éxito (Annual se cobró la vida de 10.000 españoles). En 1923, Miguel Primo de Rivera da un golpe de Estado con el beneplácito de Alfonso XIII y en 1925 se alía con los franceses para llevar a cabo el desembarco de Alhucemas, la primera operación anfibia de la historia que pondría fin a la guerra contra el protectorado marroquí.