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Los cuadros más famosos de Rembrandt

Rembrandt van Rijn fue un pintor holandés considerado uno de los mayores maestros barrocos de la pintura y el grabado. Estas son sus obras más famosas.

Rembrandt Harmenszoon van Rijn nació el 15 de julio de 1606 en Leiden, Países Bajos. Fue el noveno hijo de Harmen Gerritszoon van Rijn y Neeltgen Willemsdochter van Zuytbrouck. Su familia era bastante acomodada; su padre era molinero y su madre era hija de un panadero. De niño asistió a la escuela de latín y se matriculó en la Universidad de Leiden, aunque pronto empezó a mostrar inclinación hacia la pintura. Se hizo aprendiz de un pintor de Leiden, Jacob van Swanenburgh, con quien estuvo aprendiendo durante tres años. Después de un breve pero importante aprendizaje de seis meses con el famoso pintor de historia, Pieter Lastman, en Amsterdam, Rembrandt decidió abrir su propio estudio de arte en Leiden en 1624 o 1625, que compartió con su amigo y colega Jan Lievens.
A partir de 1628, Rembrandt empezó a aceptar estudiantes y, con los años, su fama atrajo a muchos artistas jóvenes que buscaban aprender a su lado. Únicamente puede hacerse una estimación del número de alumnos que tuvo, ya que se han perdido los registros oficiales de los mismos, pero se cree que en el transcurso de su carrera tuvo unos cincuenta aprendices.

El estilo de Rembrandt pronto
dio un giro innovador con su uso de la luz. A través de su interpretación, la iluminación se debilitó rápidamente a medida que se extendía hacia la pintura, creando puntos de brillo y focos de oscuridad profunda. Obras como Judas arrepentido, devolviendo las 30 monedas de plata, demuestran aún más su interés en el manejo de la luz. Otro ejemplo es su “Dos eruditos disputando” -Pedro y Pablo- (1628), en el que los elementos iluminados de la pintura se agrupan y rodean por grupos de tonos más oscuros, atrayendo la atención del espectador hacia un punto focal general antes de moverse para observar los detalles en su interior.

Entre las características más destacadas de su trabajo están, como vemos,
su uso del claroscuro, el empleo teatral de luces y sombras derivadas de Caravaggio, pero adaptado para medios muy personales. También es notable su presentación dramática y viva de los temas, desprovista de la rígida formalidad que sus contemporáneos a menudo mostraban, y una profunda compasión por la humanidad, independientemente de la riqueza y la edad. Su familia más cercana, su esposa Saskia o su hijo Titus figuraban de manera prominente en sus pinturas, muchas de las cuales tenían temas míticos, bíblicos o históricos.

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