Aunque se cuestione la exactitud de la fecha, se suele tomar el 24 de agosto del año 79 d.C. como el día en que una erupción volcánica del monte Vesubio arrasó la ciudad romana de Pompeya.
Fundada en el siglo VII a.C, Pompeya era una ciudad próspera del Imperio Romano, con el monte Vesubio muy próximo a la urbe.
Sin embargo, las personas que vivían allí no sabían que se trataba de un volcán. Es por eso que la tragedia fue algo imprevisto y que nadie hubiera pensado. La última erupción había sido datada cientos de años antes en el 1800 a.C.
La erupción del año 79 algunos calculan que sucedió en la mañana del 24 de agosto, un día después de las grandes fiestas de la Vulcanalia, celebrada en honor a Vulcano, dios romano del fuego.
Otros documentos de la época dicen que la erupción fue en realidad en noviembre, así que las opiniones están divididas.
Es probable que la erupción durara 24 horas, pero los restos de cenizas y roca siguieron cayendo por dos días hasta cubrirla con una capa de 6 metros de profundidad.
La lava alcanzó la ciudad a una velocidad de 110 kilómetros por hora, sin posibilidad de que nadie escapara. Cubrió una superficie de 500 kilómetros cuadrados, destruyendo no solo a Pompeya, sino también a otras ciudades y pueblos vecinos.
Las declaraciones sobre esta tragedia son conocidas gracias a las cartas de Plinio el Joven, un administrador y poeta romano que observó desde lejos la erupción. Habló con algunos sobrevivientes y redactó sus experiencias en documentos de mucho valor histórico. Estas cartas recién fueron encontradas en el siglo XVI.
No hay un número correcto en cuanto a la cantidad de muertos, pero se estima que fueron alrededor de 25 000 personas las que perecieron.
La ciudad permaneció perdida hasta que en 1599, cuando fue encontrada al excavar un túnel subterráneo. Descubrieron algunos frescos de Pompeya con alto contenido sexual, pero debido al rechazo en la época medieval a este tipo de representaciones se volvió a enterrar.
Pompeya fue redescubierta en 1748 durante el reinado del rey Carlos VII de Nápoles, mucho más conocido como Carlos III de España entre 1759 y 1788, cuando se iniciaron las excavaciones.
El monarca intervino en el descubrimiento arqueológico como patrono y visitó con frecuencia los trabajos de excavación.
A pesar de todo el tiempo pasado, hoy en día todavía quedan algunas partes de la ciudad de Pompeya por desenterrar.
El Vesubio en erupción (1872)
Aunque el Vesubio es conocido por la erupción del año 79, ha hecho erupción otras tres docenas de veces. En el 472, lanzó tanta ceniza que la lluvia de ceniza llegó hasta Constantinopla. En la del 1036 el volcán registró su primer flujo de lava y luego durmió hasta finales del siglo XIII. Después, fue cubierto de jardines y viñedos, incluso el cráter se llenó de arbustos. De nuevo en la erupción del año 1631, el Vesubio sepultó muchas poblaciones bajo la lava y agua hirviendo y acabó con la vida de 3.000 personas. A partir de aquel momento, su actividad se ha mantenido casi constante.
No es sólo una montaña
Los pompeyanos miraban hacía el horizonte y para ellos lo que tenían tan cerca era un monte llamado Vesubio. No se imaginaron nunca lo que podría pasar porque no tenían conocimiento de lo que realmente era.Antes de la erupción la palabra “volcán” no existía en latín. Se le dio ese nombre en honor al dios Vulcano, pues es la deidad romana del fuego.Hoy, el Vesubio es uno de los volcanes activos más peligrosos del mundo ya que a su alrededor viven unos 3 millones de personas, siendo la zona volcánica más densamente poblada del mundo.
Las ruinas de Pompeya
Pompeya se encuentra en la región italiana de Campania, en la provincia de Nápoles. El Vesubio, un volcán activo, tan sólo se encuentra a nueve kilómetros de la conocida ciudad de Nápoles.
El Vesubio duerme desde la II Guerra Mundial
En marzo de 1944, el Vesubio destruyó en una gran erupción varias poblaciones napolitanas y toda una escuadra de 88 bombarderos americanos en pleno transcurso de la II Guerra Mundial. Esta fue la última vez que el volcán hizo erupción, pasando a mantener el mayor período de calma en los últimos 500 años.
Durante siglo y medio, Pompeya se ocultó al mundo
Aunque como fecha del descubrimiento de Pompeya figurará siempre 1759, realmente tuvo lugar en 1550, cuanto el arquitecto Fontana excavaba un nuevo curso para el río Sarno. El siglo y medio que hubo que esperar hasta que se empezara a desenterrar, por iniciativa del rey Carlos III de España se debió muy posiblemente al hallazgo de los frescos eróticos. La estricta moral cristiana de la época habría llevado así a ejecutar esta censura arqueológica. Además de frescos eróticos, en Pompeya hay otras muchas manifestaciones inquietantes. Muchas de ellas se encuentran en la conocida como Villa de los Misterios, construida y decorada para honrar al dios Dionisos.
Los restos de las víctimas
Mientras se realizaban las excavaciones, se hallaron en la ceniza huecos que habían contenido restos humanos. Un arqueólogo italiano, Giuseppe Fiorrelli, sugirió rellenar estos huecos con yeso para obtener moldes de las figuras humanas que quedaron sepultadas. El resultado fueron figuras con expresivos gestos del terror que los habitantes de Pompeya sufrieron en sus últimos instantes de vida, antes de ser sepultados por la ceniza.
Cadáveres en Porta Nocera
La reproducción de los moldes de los que perecieron en Pompeya ha permitido contemplar el último suspiro de las víctimas. Desde los que intentaban tapar su boca o la de sus allegados con alguna tela hasta los que se aferraban a sus riquezas como si fueran a poder utilizarlas tras la muerte.Artículo: ¡Qué bien se vivía en Pompeya!
Congelados en el tiempo
Junto a alguno de los cadáveres se encontraron botellitas de veneno, que usó seguramente para evitarse la agonía y el sufrimiento que el Vesubio les regaló. Algunos perros seguían atados a las paredes de las casas de sus dueños y los gladiadores seguían en el anfiteatro cuando les llegó la hora. Así siguieron durante siglos.
El volcán sepultó a miles de personas
Hasta el momento se han encontrado un total de 2 000 víctimas de la erupción, un número que se estima que seguirá aumentando a medida que avanzan las excavaciones hasta superar los 3 500.
La vida ociosa de la ciudad
Al descubrir lo que escondía Pompeya, las excavaciones dejaron a la vista del visitante frescos eróticos de los establecimientos conocidos como lupanares. Pompeya era una de las ciudades romanas con más prostíbulos por metro cuadrado de todo el Imperio.
Comida rápida en la ciudad de moda
El día a día cotidiano parece que no difería mucho de hoy, pues ya consumían fast food. Los establecimientos que la vendían eran conocidos como Thermopolium, auténticos lugares de comida rápida donde era posible conseguir un plato caliente en el momento que lo deseasen.Se ha excavado y recuperdo uno de esos Thermopolium, y en una especie de contenedor encajado en el muro se descubrió una hucha de monedas de 3 kg de peso, podría ser la caja de todo un día de trabajo.
Un paseo por las calles de Pompeya
En las calles y las paredes de las casas se han encontrado numerosas "pintadas", que se conocen como grafitis. El contenido y los mensajes de estos grafitis son muy variados: mensajes de políticos que fueron candidatos en las elecciones de Pompeya, anuncios de alquileres de casas, declaraciones amorosas de diferentes tipos, información de las fiestas (juegos gladiatorios) locales... Gracias a estos grafitis, conocemos mucho mejor cómo era la vida en una ciudad romana.También son llamativos los pasos de peatones que hoy en día todavía se conservan en algunas zonas de la ciudad. Su forma permitía pasar caminando de acera a acera y a la vez era posible que los carros pudieran circular sin problema alguno por las calles.
La otra víctima del Vesubio: Herculano
Cuando se habla sobre la erupción del Vesubio, siempre se relaciona con Pompeya. Pero otra ciudade vivió el caos de aquel momento, Pompeya no fue la única.Muy cerca se encontraba una rica urbe de mercaderes y comerciantes llamada Herculano y, aunque más pequeña en tamaño que Pompeya, también quedó sepultada en las cecizas del volcán.Muchos de sus habitantes de Herculano perecieron debido al flujo piroclástico de la erupción. Como la ciudad estaba más cerca del volcán que Pompeya, la alcanzó a una temperatura superior, por lo que las víctimas fueron reducidas al instante a esqueletos abrasados.
Destino de descanso y veraneo
Lo cierto es que Pompeya era una ciudad muy conocida por ser el destino vacacional preferido para los más poderosos. Se dice que Nerón tenía su casa de vacaciones allí y su segunda esposa era originaria de aquella ciudad de 15 000 habitantes.
Pompeya hoy
En la actualidad, Pompeya es un importante destino turístico. Forma parte del Parque Nacional del Vesubio y fue declarada patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1997. Muchos residentes en la nueva ciudad de Pompeya tienen negocios de turismo o empleos relacionados con el turismo que generan las ruinas.
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