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Robert Capa, la pareja tras el mito

Las fotografías de Robert Capa capturaron momentos clave del siglo XX como la Guerra Civil Española, la Segunda Guerra Mundial o el conflicto árabe-israelí.

La cámara cierra su obturador y la imagen queda fijada en el carrete fotosensible que oculta en su interior. Robert Capa corre hasta un lugar seguro mientras las balas vuelan a su alrededor y las explosiones hacen volar por los aires los edificios donde antes vivieron familias felices. Sus ojos no paran de observar su entorno, buscando ese detalle que lo cambie todo: un gesto, la polvareda elevándose o la sangre derramada. Sus ojos de fotógrafo lo ven todo y componen en su mente la imagen perfecta que deberá tomar en el momento preciso. El mundo, incluso uno tan oscuro como el de la guerra, está lleno de vida y conflicto. Preparado, avanza con su Leica al cuello para capturar en ella el último suspiro de ese miliciano herido.

Nombre artístico utilizado por Endre Friedman y Gerda Taro indistintivamente, el legado de Robert Capa en el mundo de la fotografía va más allá del simple aspecto informativo o documental. Ambos artistas, que se jugaron la vida viajando hasta la primera línea de combate y que murieron llevando a cabo su trabajo, consiguieron plasmar en sus trabajos el horror más vil de la guerra, lo que todo el mundo sabe que ocurre pero nadie se atreve a comentar. Teniendo claro que era más importante contar una historia que tener una foto bonita, la joven pareja se implicaba en el conflicto que estaban cubriendo al acercarse y conocer a los actores principales; todos esos soldados, viudas, huérfanos, padres y madres que gritaban solo con su mirada. Friedman y Taro, junto a muchos otros valientes comprometidos con la sociedad de su tiempo y con la historia, dieron lugar a la era de oro del fotoperiodismo.

Y es que, en un momento en que la tinta y el papel escaseaban y no había tiempo para las grandes prosas, la fotografía fue la solución perfecta para que la gente fuese consciente de adónde habían llegado. Los fotoperiodistas se convirtieron en los ojos de medio mundo, que miraban con consternación el crepitante fuego del infierno ardiendo en el jardín de su casa. E igual de importante es el hecho de que su trabajo, plasmado en esa gelatina de plata, haya aguantado el paso del tiempo para que nunca se olvide el camino recorrido. Para que se recuerde, a la vista de próximos conflictos, el precio que se pagó en los anteriores.

Robert Capa fue un nombre inventado por dos jóvenes e ilusionados amantes para vender su trabajo, pero acabó convirtiéndose en un icono para miles de personas que admiran su trabajo tanto artístico como histórico y humano. Robert Capa fotografió el corazón de un mundo descompuesto, fruto del hambre y la guerra. Un mito y su cámara…

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