La Little Boy y la Fatman mataron a cientos de miles de personas en Hiroshima y Nagasaki y, según algunos historiadores, sirvió para que Japón claudicara en la II Guerra Mundial. Para otros no hubiera sido necesario.
Han pasado más de 75 años desde que el mundo contemplase la capacidad destructiva del hombre hecha realidad en forma de bombas atómicas. La Segunda Guerra Mundial supuso, una vez más, la subordinación de la ciencia al servicio de la guerra y la muerte, buscando provocar el mayor daño al enemigo para que no pudiera levantarse y devolver el golpe. Los cinco años de conflicto vieron nacer algunas de las herramientas más temibles que el mundo había conocido hasta entonces.
Si durante la Gran Guerra las armas químicas y las ametralladoras supusieron un cambio radical en el arte de la guerra del que hablaba Sun Tzu y eliminaron lo poco que le quedaba de arte para dejar únicamente el dolor, la violencia y la muerte. Un grupo de científicos, muchos de ellos judíos, decidieron unirse para luchar contra el fascismo y arrebatar la primera posición en la carrera armamentística a la Alemania de Adolf Hitler. Nacía así el 'Proyecto Manhattan', y con él las armas de destrucción masiva y el miedo a la destrucción total.
El 6 y 9 de agosto de 1945, las bombas Little Boy y Fat Man, respectivamente, fueron lanzadas sobre Hiroshima y Nagasaki por orden del Presidente de los Estados Unidos, Harry S. Truman. Mataron a miles de personas, en su mayoría civiles, y sirvieron como elemento disuasorio para que Japón claudicara y pusiera fin al conflicto. Para algunos, esta decisión fue un sacrificio tomado con la única intención de reducir pérdidas humanas y regresar a la paz. Para otros, una medida desproporcionada teniendo en cuenta que Alemania e Italia habían sido derrotadas y que Iosif Stalin se había comprometido a unirse a la lucha en el Pacífico. El lanzamiento escondía un mensaje de advertencia para la Unión Soviética, con quien ya había empezado a romper relaciones tras vencer al enemigo común y esto provocaría una carrera armamentística y un aumento de las tensiones entre ambas potencias durante la Guerra Fría.
Los lanzamientos de las bombas atómicas cambiaron el mundo y abrieron una puerta a la destrucción absoluta a un solo botón de distancia. Aquí tienes las fotos de la tragedia.
El equipo de bombardeo
Los encargados de bombardear Hiroshima y Nagasaki en 1945. De izquierda a derecho de rodillas: Sargento George R. Caron; Sargento Joe Stiborik; Sargento del Estado Mayor Wyatt E. Duzenbury; Soldado de Primera Richard H. Nelson; Sargento Robert H. Shurard. De izquierda a derecha de pie: Mayor Thomas W. Ferebee, del Grupo de Bombarderos; Mayor Theodore Van Kirk, Navegador; Coronel Paul W. Tibbetts, Comandante de grupo de la brigada 509 y piloto del Enola Gay; Capitán Robert A. Lewis, Comandante del avión.
"Me he convertido en muerte, el destructor de mundos".
Este verso del Bhagavad-gītā, un texto sagrado hinduista, es la primera frase que dijo Robert Oppenheimer tras contemplar el primer ensayo nuclear de la historia en el desierto de Alamogordo, unas semanas antes del lanzamiento de la 'Fat Man' sobre Nagasaki. El ensayo, denominado Trinity, fue el último paso del 'Proyecto Manhattan' por el que un grupo de científicos compuesto por Niels Böhr, Enrico Fermi, Ernest Lawrence y Luis Walter Álvarez adelantaron a la Alemania nazi en la carrera por el primer artefacto nuclear.
Hongo nuclear
Espectacular hongo nuclear formado por la segunda bomba atómica de la Historia, lanzada sobre Nagasaki el 9 de agosto de 1945. Pocos días después, el 15 de agosto, Japón se rendiría definitivamente, lo que supuso el fin de la II Guerra Mundial, el conflicto bélico más destructivo y mortífero del siglo XX.
Capitán Robert A. Lewis
El capitán Robert A. Lewis fue el copiloto del famoso Enola Gay, el bombardero B 29 desde el que se lanzó la bomba atómica de Hiroshima. La foto se tomó en Nueva York el 19 de noviembre de 1945, pocos meses del término de la II Guerra Mundial.
Un dudoso honor
Este famoso bombardero Boeing B-29 fue bautizado así en honor a la madre del piloto de la misma, Paul Tibbets, la señora Enola Gay Tibbets. Actualmente el avión se encuentra en el Steven F. Udvar-Hazy Center del Smithsonian National Air and Space Museum.
Coronel Paul Warfield Tibbets
El Coronel Paul Warfield Tibbets Jr, piloto del bombardero Enola Gay delante del avión que lanzaría, ese mismo 6 de agosto de 1945, la primera bomba atómica de la Historia sobre la población japonesa de Hiroshima. Se calcula que dicho bombardeo causó la muerte a más de 166 000 personas, la mayoría de ellos civiles.
Fat Man
'Fat Man', en castellano, 'hombre gordo'. Este fue el nombre en clave que recibió la bomba nuclear que se lanzó sobre Nagasaki. La bomba (en la imagen una réplica) medía 3,25 m de longitud por 1,52 m de diámetro, pesaba 4 630 kg y su fuerza era de 25 kilotones. Fue detonada a una altitud de 550 m sobre la ciudad.
Ruinas
Acero completamente retorcido entre las ruinas. En este estado se encontraba Hiroshima un año después del lanzamiento de la bomba atómica el 6 de agosto de 1945 por parte del ejército de Estados Unidos.
Hiroshima, 1945
Fotografía aérea de Hiroshima tomada en 1945 días antes del bombardeo. En la ciudad se encontraba una base armamentística del ejército japonés lo cual era, teóricamente, el objetivo principal del bombardeo atómico.
Un árbol entre las ruinas
Espeluznante imagen de un árbol en pie entre las ruinas de los edificios destruidos por la famosa bomba atómica 'Little Boy' . La bomba fue lanzada a las 8:15 de la mañana y tardó 55 segundos en alcanzar los aproximadamente 550 metros de altura sobre la ciudad, donde debía hacer explosión. Según los expertos la explosión creó una bola de fuego de unos 250 metros de diámetro y una temperatura de un millón de grados centígrados.
Ruinas de Nagasaki
Reducida a escombros. Así quedó la ciudad japonesa de Nagasaki, que se no levantaría de nuevo hasta años más tarde. Esta imagen fue tomada el 24 de septiembre de 1945, más de un mes después del bombardeo del 9 de agosto del mismo año.
Hiroshima un año después
Entre ruinas, un año después de la detonación de la bomba atómica, exactamente el 27 de julio de 1946, estos niños japoneses asisten a clase en Hiroshima. Se calcula que prácticamente el 60% de la ciudad fue completamente destruida, algo que se puede apreciar a través de las ventanas de la propia clase.
Hiroshima reducida a cenizas
Espectacular imagen aérea de la destrucción que causó la famosa bomba atómica conocida como 'Little Boy' y lanzada por el bombardero Boeing B-29 Enola Gay el 6 de agosto de 1945. Le seguiría la detonación de otra bomba similar en Nagasaki tres días después. El 15 de agosto del mismo año, Japón se rindió y terminó la II Guerra Mundial.
Hospitales improvisados en Hiroshima
Tras la explosión de la bomba nuclear cualquier sitio era bueno para atender a los miles de heridos que provocó. Las ruinas de la ciudad se conocen actualmente como Memorial de la Paz de Hiroshima y pasaron a engrosar los sitios Patrimonio de la Humanidad de la Unesco en 1996 con las objeciones de China y Estados Unidos.
Víctimas de la explosión
En esta fotografía tomada el 5 de octubre de 1945 una madre cura a su hijo dos meses después de la masacre.