Caravaggio nació como Michelangelo Merisi en Italia alrededor de 1571. Quedó huérfano a los 11 años y aprendió el arte con un pintor en Milán. Se mudó a Roma, donde su trabajo se hizo popular por la técnica de tenebrismo que empleaba, que usaba la sombra para enfatizar áreas más claras del lienzo. Su carrera, sin embargo, fue efímera. Caravaggio mató a un hombre durante una pelea y tuvo que huir de Roma. Por desgracia, murió poco después, el 18 de julio de 1610.
El asesinato que Caravaggio cometió en 1606 no representó, sin embargo, el final de su violencia. En julio de 1608, atacó a Fra Giovanni Rodomonte Roero, uno de los caballeros más antiguos de la Orden de San Juan en Malta. Caravaggio fue arrestado y encarcelado por el asalto, pero logró escapar apenas un mes después.
Según la investigación del historiador de arte Andrew Graham-Dixon, Roero no lo dejó pasar y en 1609, siguió a Caravaggio a Nápoles asaltando al pintor a la salida de una taberna y desfigurando su rostro.
El ataque tuvo un profundo impacto en el estado mental y físico de Caravaggio. Su visión y pinceladas sufrieron este asalto, como lo demuestran dos de sus pinturas posteriores, "El martirio de Santa Úrsula" y "La negación de San Pedro".
Para evitar el castigo por asesinato, la única salvación de Caravaggio era a través del Papa, que tenía el poder de perdonarlo. En 1610 Caravaggio comenzó su camino de regreso a Roma. Navegando desde Nápoles, fue arrestado en Palo, donde su bote había atracado. Tras su liberación, reanudó su viaje y finalmente llegó a Port'Ercole, donde murió pocos días después, el 18 de julio de 1610.
Durante muchos años, la causa exacta de la muerte de Caravaggio estuvo envuelta en el misterio. Pero en 2010, un equipo de científicos que estudió los restos de Caravaggio descubrió que sus huesos contenían altos niveles de plomo: niveles lo suficientemente altos para haber matado al pintor.
Aunque Caravaggio fue rechazado después de su muerte, finalmente fue reconocido como uno de los padres fundadores de la pintura moderna. Su trabajo influenció mucho a muchos futuros maestros, desde Diego Velázquez hasta Rembrandt.
Hoy repasamos sus obras más destacadas.
La vocación de San Mateo (1600)
Esta obra maestra el momento en que Jesús inspiró a Mateo a seguirlo. De pie junto a San Pedro, Jesús señala a Mateo, que está sentado a la mesa con otros cuatro hombres. Es evidente que Caravaggio se inspiró en el mundo real en la mayor parte de su arte y este trabajo no es una excepción, anclando la escena bíblica en una realidad moderna.
Baco (1595)
Baco era el nombre romano de Dionisio, el dios griego del vino, la locura y el éxtasis. Aquí, Caravaggio lo retrata como un adolescente italiano del siglo XVII. La pintura es interesante por varias razones: muchos han especulado que Caravaggio utilizó un espejo para pintar, modelándose a sí mismo haciéndose pasar por Baco (la copa de vino aparece en la mano izquierda de la figura). Además, al restaurar el trabajo, también se descubrió en la jarra de vino un pequeño reflejo de Caravaggio con un pincel en la mano. ¡Increíble!
David con la cabeza de Goliat (1609)
El tema de la decapitación es habitual en la obra de Caravaggio. En 'David con la cabeza de Goliat', nos presenta una obra extremadamente dramática, en la que no se muestra a David celebrando su victoria sobre el gigante, sino más bien perdido en sus pensamientos, tal vez reflexionando sobre su curiosa conexión bíblica y el vínculo con su adversario. Es curioso que Caravaggio se pintara a sí mismo como Goliat. Aunque había pintado otra versión sobre el mismo tema unos años antes; esta, sin duda, es mucho más oscura, sombría y visceral.
La incredulidad de Santo Tomás (1602)
En esta pintura, uno de los apóstoles, Tomás, dudaba de la resurrección de Cristo, afirmando que no lo creería hasta que pudiera colocar su dedo donde los clavos habían perforado su cuerpo crucificado. Caravaggio nos proporciona una imagen increíblemente detallada, visceral y sangrienta de la escena; incluso es posible ver las uñas sucias de Santo Tomás mientras confirma la sensación de la herida.
La decapitación de San Juan Bautista (1608)
Aclamada como "una de las obras más importantes de la pintura occidental", esta obra maestra fue el retablo más grande jamás pintado por Caravaggio. El lienzo es tan grande que las figuras son aproximadamente de tamaño natural. Está ubicado en la Concatedral de San Juan en Malta, la iglesia para la que fue originalmente encargado. El óleo representa la ejecución de Juan Bautista y es la única obra que Caravaggio firmó. Su firma, ubicada en la sangre que se derrama de la garganta de Juan, fue descubierta durante la restauración del trabajo.
La buenaventura (1594)
A diferencia de la mayoría del arte italiano de la época, este óleo sobre lienzo no retrata una historia de la Biblia o la mitología greco-romana. Es simplemente una escena de la vida cotidiana, que fue bastante popular en las pinturas del norte de Europa, pero no en Italia. El trabajo de Caravaggio muestra a un joven rico que ingenuamente confía en que una gitana lea la palma de su mano. Él la mira a los ojos mientras ella le roba sutilmente un anillo de su dedo. Este trabajo es un ejemplo de la inclinación del artista por inspirarse en la naturaleza y en los eventos cotidianos, en lugar de recurrir a las obras de los consagrados maestros del pasado.
Cesto con frutas (1596)
Caravaggio ayudó a hacer de la naturaleza muerta un género muy popular. Este cuadro de finales del siglo XVI es un ejemplo del esfuerzo y el diseño que se aplicaron en todas sus obras. El cesto se encuentra a la altura de los ojos y se extiende sobre el borde de la mesa, amenazando con caerse directamente al regazo del espectador. Los críticos han debatido durante mucho tiempo el significado detrás de la fruta demasiado madura y comida por los gusanos; incluso es posible que Caravaggio simplemente pintara lo que estaba viendo en ese momento.
Judit y Holofernes (1599)
Se trata de la primera vez que Caravaggio eligió representar un tema tan dramático. Capturó el momento de la decapitación de Holofernes (frecuente episodio bíblico) con un toque dramático, utilizando iluminación lateral contra un fondo negro. El realismo de la escena es innegable, marcado especialmente por las expresiones faciales de las figuras. Holofernes contorsiona su cuerpo y grita, mientras que la expresión de Judith revela una mezcla de determinación y repulsión.
La captura de Cristo (1602)
En esta pintura que representa la captura de Jesucristo, volvemos a ver un nuevo ejemplo del dominio de Caravaggio de la iluminación, el color y la sombra. Este cuadro se dio por perdido a finales del siglo XVIII, pero en 1990, fue reconocida en la residencia de la Compañía de Jesús en Dublín. Actualmente se exhibe en la Galería Nacional de Irlanda.
Cabeza de medusa (1597)
Caravaggio pintó dos versiones de Medusa: esta es la segunda versión que se exhibe actualmente en la Galería de los Uffizi en Florencia (Italia). La obra es realmente única: está pintada sobre un escudo ceremonial que fue presentado a Fernando I de Médici, que era el duque de Toscana en ese momento. La superficie cóncava del escudo debió haber presentado a Caravaggio con un desafío para la perspectiva.
Natividad con San Francisco y San Lorenzo (1609)
Esta es una de las obras de Caravaggio que, desafortunadamente, ya no podemos contemplar. Se trata de un gran retablo que representa un belén. La pintura fue robada en 1969 de una iglesia siciliana. Se cree que la mafia local fue la responsable y lo ocultó en una granja donde finalmente fue destruida por animales y posteriormente quemada. Este robo se encuentra en la lista de los 10 robos de arte más importantes de la historia para el FBI.
La conversión de San Pablo (1600-1601)
Esta obra forma parte de la colección privada de Odescalchi Balbi en Roma, por lo que no puede ser contemplada por el público general en ningún museo. Se trata de una pintura espectacular, con gran dinamismo, pues está llena de movimiento y emoción, gracias al brillante uso del tenebrismo de Caravaggio (uso dramático de la luz y la oscuridad). La pintura solo se muestra al público en ocasiones especiales, como un aniversario importante para el pintor (como en 2010 con motivo del 400º aniversario de su muerte).
Jugadores de cartas (1594)
A lo largo de su vida, Caravaggio fue conocido como un rebelde: se involucraba en duelos con espadas, peleas e incluso cometió asesinatos como hemos podido ver. Su vida personal estuvo constantemente marcada por el drama y la agitación, cualidades que se reflejan en sus pinturas de melancólico claroscuros.
Muerte de la Virgen (1606)
Algunos afirman que es su obra más emblemática, una obra maestra. Fue encargada por un acaudalado abogado papal para su capilla en Trastevere, Roma, en 1601. Al finalizarla, se consideró no apta para la parroquia, que rechazó la representación del cadáver de María (o quizá por sus piernas desnudas). También fue una pieza controvertida porque se dice que Caravaggio usó una prostituta como modelo para la Virgen María. Es una de las mejores obras de Caravaggio y se conserva en el Museo del Louvre de París (Francia).
Los Músicos (1595)
Caravaggio pintó Los Músicos para su primer patrón, el cardenal Francesco del Monte. Se cree que esta podría ser la primera pintura creada por el artista específicamente para el Cardenal. El amor y la música aparecen entrelazados con una declaración sobre el lado doloroso del amor y el valor de la música. Las pinturas que resaltaban el tema de la música eran muy populares durante este período, ya que la iglesia estaba experimentando un cambio en los estilos y formas musicales. Aquí vemos a cuatro niños, tres de ellos tocando instrumentos o cantando y el cuarto, Cupido, en la esquina izquierda, buscando un racimo de uvas que representa el vino. Se encuentra en el Museo Metropolitano de Arte en la ciudad de Nueva York, donde ha estado desde 1952.
Apolo tocando el laúd (1596)
Es uno de sus cuadros más famosos. En 'Apolo tocando el laúd', Caravaggio nos muestra a un joven con cabello oscuro tocando el laúd. Está sentado en una mesa cubierta con un paño rojo sobre la que descansan otros instrumentos musicales junto con partituras. Hay tres variaciones de este trabajo, aunque no todos los críticos de arte están de acuerdo en que sea obra de Caravaggio. Sea como fuere, se encuentra en una colección privada.
San Jerónimo (1605)
El cuadro representa a San Jerónimo escribiendo, un tema popular en el arte, incluso para Caravaggio, quien produjo otras pinturas de San Jerónimo meditando, por ejemplo. La pintura generalmente se fecha a 1605-1606, en gran parte por las declaraciones del biógrafo histórico del arte del siglo XVII Gian Pietro Bellori. Según Bellori, Caravaggio produjo la pieza a instancias del cardenal Scipione Borghese, que se convirtió en cardenal en 1605, pero es posible que Borghese lo adquiriese más adelante. Independientemente de si la datación es exacta, se cree que la obra se creó a partir del período romano tardío de Caravaggio, que finalizó con el exilio del pintor a Malta en 1606. La pintura se encuentra expuesta en la Galería Borghese de Roma.
Los discípulos de Emaús (1601)
Si bien esta pintura se encuentra en un museo tan importante como la Galería Nacional de Londres, como muchas otras obras de arte, no abandona las instalaciones con frecuencia. La Cena en Emaús es otra obra religiosa, pero esta vez muestra el momento en que dos discípulos se dan cuenta de que Cristo resucitado está sentado en la mesa con ellos. De nuevo, el uso de luz y sombra intensifica la noción dramática de la obra.
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