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Edificios reconvertidos en museos famosos

Inmuebles en los que antiguamente se fabricaba cerveza o mantas son, hoy en día, prestigiosos centros de arte reconocidos a nivel mundial.

Cuando se desmantela cualquier fábrica o edificio empresarial es habitual que se abandonen las instalaciones donde se llevaba a cabo la producción. En estos casos, suelen ser grandes extensiones de naves o amplios inmuebles que permanecen vacíos durante mucho tiempo. En la mayoría de los casos no vuelven a recuperar su actividad y permanecen vacíos. Aunque algunos sí que han conseguido renacer y existen algunos ejemplos de ello en varias ciudades europeas, donde se han recuperado edificios –en un estado ruinoso– para reconvertirlos en famosos centros de arte.
En la ciudad de la luz, París, se encuentran dos de los más importantes centros de arte del mundo: Museo del Louvre y Museo de Orsay. En ambos casos, los edificios que acogen hoy en día una ingente obra artística fueron utilizados para otras funciones cuando se erigieron. En el caso del Louvre, este antiguo palacio real fue la sede del poder político francés durante siglos. Sus orígenes se remontan al período medieval, su actual estructura ha evolucionado en diferentes etapas desde el siglo XVI en adelante. Si visitamos el Museo de Orsay vemos el esplendor de una estructura arquitectónica que delata su función anterior: estación de tren.
Del mundo industrial nació una de las galerías de arte más destacadas de la ciudad del Támesis, la Tate Modern. Asentada en una antigua central eléctrica, hoy en día conserva gran parte del carácter original del edificio.
También el CaixaFórum barcelonés ocupa un espacio industrial: una fábrica textil de principios del siglo XX. En Italia, la galería de arte llamada Hangar Biccoca (Milán) mantiene su aspecto industrial, pues fue una fábrica de construcción de boninas para los motores eléctricos de los trenes. Ahora se disfruta en él del mejor arte contemporáneo de Italia.
En Roma, su centro de arte contemporáneo es un espacio reconvertido donde antes se hacía cerveza.
En Rusia, el Hermitage antes de acoger hasta tres millones de piezas de arte fue residencia de los zares.

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