Los cuadernos de Leonardo recogen multitud de artilugios mecánicos que en la mayoría de los casos se quedaron sólo en el papel. El interés por su figura ha hecho que muchas de estas ensoñaciones hayan sido recreadas siglos después, dando lugar a sorprendentes aparatos.
Da Vinci llevó a cabo un pormenorizado estudio para entender el vuelo de los pájaros, con el fin de aplicarlo en una máquina que sirviese para realizar viajes e incluso transportar nieve en verano. El ornitóptero, su obra maestra, funcionaba de forma semejante al ala delta actual. Foto: EFE
El invento más práctico
El paracaídas fue el diseño más simple y efectivo de todos los que proyectó el genio en el Códice Atlántico. Ideado para saltar desde grandes alturas sin sufrir riesgos, su diseño sólo cojeaba por la falta de un arnés que sujetase al pasajero. Foto: Mostra di Leonardo
Proyectil sorpresa
Este cañón que aparece recogido en el Códice Atlántico se cargaba con unos proyectiles que, a su vez, contenían munición en su interior. Así, cuando el cañón era accionado, como si de una muñeca rusa se tratase, del proyectil inicial salían numerosas bolas de metralla en todas direcciones. Foto: Mostra di Leonardo
Primeros pasos
Obsesionado con el agua y con los límites del hombre en este medio, estudió durante años el equipo de los submarinistas. Así, entre las primeras ideas que se le ocurrieron, destaca la de colocar un flotador sobre el tronco del buceador, junto con dos aletas en los pies y una en la mano. Foto: Mostra di Leonardo
Arma de doble filo
Este diseño renacentista del carro falcado romano no fue de las mejores ideas de Da Vinci, ya que era indispensable un caballo que lo moviese. Si éste se asustaba mientras atacaba al enemigo, podía causar estragos en su propio bando. Reconstrucción: Jose Antonio Peñas
El barco escorpión
Fue uno de los inventos que el pacifista toscano ideó para la guerra. Se trata de una nave a remo y en la que destaca una enorme hoz que se mueve desde una plataforma giratoria. Al acercarse a un barco enemigo (en un combate a corta distancia), caería sobre éste, imitando el ataque que realizan los escorpiones con su cola. Foto: Album
La hélice perfecta
Pocos diseños de Da Vinci son más conocidos que este tornillo aéreo de 1483 recogido en el Manuscrito B. Este aparato estaba pensado para ser manejado por cuatro personas que debían empujar las barras centrales, que a su vez harían mover el eje central que hace girar las alas. A pesar de su belleza, este protohelicóptero nunca llegó a despegar. Foto: Museo Leonardiano
Tecnología punta
Este modelo a escala completa un boceto de Leonardo de un reloj planetario que había ideado para la Abadía de Chiaravalle (Milán). Destaca la precisión con la que está diseñado, ya que tres esferas diferentes marcan los minutos, las horas y los doce meses del año junto con los signos del zodíaco, permitiendo conocer la posición del Sol y de la Luna.
El maestro Arquímedes
El tornillo de Arquímedes, inventado por el matemático griego en el s. III a.C., fue toda una inspiración para nuestro genio renacentista. Este simple mecanismo, formado por un tornillo que gira dentro de un cilindro hueco colocado en un plano inclinado, permitía transportar agua o cualquier otro líquido desde un pozo a la superficie con el mínimo esfuerzo humano. Foto: Mostra di Leonardo
Un genio observador
La vida en la Florencia del Renacimiento puso en contacto a dos genios como Da Vinci y Brunelleschi. Mientras el último trabajaba en la construcción de la Catedral de Santa María del Fiore, Leonardo pudo ver las grúas con las que trabajaba el arquitecto florentino, que trasladó después a sus cuadernos. Foto: AGE
Obsesión autómata
La imparable curiosidad científica de Leonardo lo llevó a interesarse por la optimetría. De hecho, en el Códice Atlántico, representa varios tipos de máquinas para producir espejos y lentes. Entre ellas, esta molienda de espejo cóncavo. Foto: Album
Coche autodirigido
La imaginación de este genio polifacético lo llevó a maquinar esta especie de vehículo autopropulsado y autodirigido, recogido también en el Códice Atlántico. Este automóvil renacentista estaba compuesto por tres ruedas y se guiaba mediante una rueda anterior que giraba sólo a la derecha. Algunos expertos creen que este proyecto pudo ser concebido como un mecanismo escenográfico, ya que se podía utilizar desde un dispositivo a control remoto.
RECIBE CADA SEMANA LAS NEWSLETTERS DE MUY INTERESANTE