En buena parte del territorio conquistado por el Imperio Romano, hoy permanecen los vestigios de los teatros que los romanos habían erigido para entretener al pueblo con las comedias.
En los últimos años de la República empezaron a edificarse teatros estables de piedra siguiendo el modelo de los teatros griegos. El primero fue el que erigió Pompeyo en Roma en el Campo de Marte en el año 55 a.C. que impresionó al pueblo por su imponente despliegue escénico. Según Cicerón, se representaron comedias y tragedias griegas además de farsas atelanas. A partir de este momento se multiplicó en Italia y en las provincias la construcción de teatros de piedra. En Roma, el género favorito de la sociedad era la comedia donde los actores tienen mucha más importancia que el coro por lo que la escena del edificio se construye de gran tamaño mientras que la orquestra se queda en medio círculo.
Como los teatros en Roma pierden el sentido religioso que tenían en Grecia y se dedican a divertir a la gente, no se ubican cerca de santuarios sino que son construcciones dentro de la ciudad y por tanto la cávea (gradas) se asentaba sobre una construcción artificial de varios pisos con galerías abovedadas que soportaban la cávea.
Durante casi todo el período republicano, las puestas en escena teatrales utilizaban como escenario unas estructuras de tablas que se desmantelaban tras la representación donde el pueblo asistía de pie, aunque según Plauto el pueblo podía estar sentado posiblemente sobre bancos o graderíos de madera.
El Teatro en Roma pronto se convirtió en un entretenimiento. Por eso, no es de extrañar que la forma más popular fuera la comedia. El gran período de creación dramática romano empezó en el siglo II a.C. y destacaban las comedias escritas por Plauto y Terencio, que eran adaptaciones de la comedia nueva griega.
Las obras interpretadas se basaban en una intriga de carácter local, aunque las de Terencio también aportaban un valor didáctico, con una estructura muy dinámica, ya que una parte de ellas era cantada. Los actores llevaban máscaras, atuendos y calzado alto de estilo griego.
Teatro romano de Arles (Francia)
Construido a finales del siglo I a.C., poco después de la fundación de la colonia romana en esta localidad de la antigua provincia francesa de Provenza.El diseño original del teatro incluía tres partes: la cavea, espacio semicircular que recibe a los espectadores, la escena donde actuaban los protagonistas y el muro que servía a la vez de decorado y cierre del monumento.Esta edificación romana, conocida como “teatro antiguo”, tiene la particularidad de ser uno de los primeros teatros de piedra del mundo romano.
Teatro romano de Segóbriga (Cuenca)
En la provincia concenquense encontramos los vestigios de la ciudad celtíbera y romana de Segóbriga que por su conservación es el más importante conjunto arqueológico de la Meseta.El espacio sobre el que se ubica la ciudad, impulsada por el emperador Augusto, estuvo ya habitado por culturas prerromanas como demuestran yacimientos próximos atribuidos a los celtas y que posteriormente serían romanizados.Y en este parque arqueológico que hoy podemos visitar, uno de los monumentos más sobresalientes es el teatro, aunque no es de gran tamaño sí es uno de los mejor conservados de toda Hispania, al menos en su graderío.
Teatro romano de Palmira (Siria)
Construido en el siglo II en el centro de una plaza porticada semicircular se abría a la puerta sur de la ciudad siria de Palmira, la conocida como la “perla del desierto” para los romanos que la conquistaron en el siglo I. Esta provincia del Imperio Romano constituía un importante punto estratégico por ser rico en recursos naturales y su situación fronteriza con Roma y Persia.Por desgracia, como consecuencia del conflicto bélico que sufre Siria, el Estado Islámico ha dañado las ruinas de la ciudad monumental y ha destruido parte del teatro romano en 2017.
Teatro romano de Verona (Italia)
Este teatro al aire libre construido en el siglo I a.C. está situado cerca de la colina de san Pedro, sobre la orilla izquierda del río Adigio, dentro del perímetro de la muralla romana de Verona.Además de ser uno de los monumentos de la Antigüedad más relevantes de la ciudad, que forma parte de su museo arqueológico, se utiliza también como escenario teatral durante los meses de verano desde 1948, pues alberga la celebración de las jornadas de teatro de verano de Verona.
Teatro romano de Aspendos (Turquía)
Al sur de Turquía, en la provincia de Antalya, se encuentra el sitio arqueológico de Aspendos y su impactante teatro romano, considerado como uno de los mejores conservados del mundo.Con capacidad de albergar hasta 15.000 espectadores, fue construido en el periodo de Marco Aurelio alrededor del año 155 por el arquitecto griego Zenon.Hoy en día, durante las noches del verano, principalmente en los meses de junio y julio, se celebran diversas actividades culturales, sobre todo se interpretan óperas, además de espectáculos de luz y sonido.
Teatro romano de Amán (Jordania)
Principal monumento romano del casco urbano de Amán, la cavea está compuesta por tres filas de una quincena de gradas, lo que le daba una capacidad para 6.000 espectadores. Las gradas del teatro están divididas en tres secciones horizontales. Al punto más alto del teatro se le conoce como “Los dioses” y, detrás de las gradas, hay un pequeño santuario en honor a la diosa Atenea. Data del siglo II, cuando la capital jordana era conocida como Filadelfia, el teatro está restaurado y, actualmente, es un lugar dedicado al ocio y la vida social.
Teatro romano de Cartagena (Murcia)
La situación del teatro en uno de los cerros más elevados de la ciudad facilitó la construcción de la cávea –con una capacidad para 7.000 espectadores–, que en su parte central aparece excavada en la propia roca del monte, mientras que los flancos laterales se apoyarían en galerías abovedadas.Las basas, cornisas y, sobre todo, capiteles, traducen la envergadura del edificio, y junto a un rico programa ornamental convierten al teatro de Cartagena en un magnífico exponente de la arquitectura pública y monumental de la época de Augusto, –emperador conocido como el “arquitecto del Imperio” porque utilizó la iconografía para legitimar su poder en todas las provincias imperiales–.
Teatro romano de Éfeso (Turquía)
Llamado el “Gran Teatro”, fue construido antes de la conquista romana, pero fue en ese período de ser provincia imperial cuando se amplió su estructura y se convirtió en lo que hoy puede verse. Con una cávea construida con 66 filas de asientos, es el teatro más grande de Turquía. A lo largo de las filas de asientos más bajas se usaron piezas de mármol para la restauración. Los asientos diseñados con espaldares, también hechos de mármol, normalmente estaban reservados para personas importantes en la sociedad, mientras que la parte alta de la cávea estaba reservado para el resto de habitantes de la ciudad.
Teatro romano de Marcelo (Italia)
De los tres grandes teatros en piedra que existían en Roma en la época imperial, el único que permanece parcialmente en pie es el Teatro Marcelo. Proyectado por Julio César, fue ejecutado por Augusto entre los años 13 y 11 a.C quien lo dedicó a su querido sobrino y yerno Marco Claudio Marcelo, su potencial heredero si la muerte no le hubiera sobrevenido cuando sólo contaba 19 años de edad. Aún no finalizado, en el 17 a.C., se inauguró con los Juegos Seculares (que se celebraban cada 100 años para marcar el comienzo de una nueva era. El teatro Marcelo podía albergar hasta 15.000 espectadores, repartidos en tres pisos en los que se distribuían 41 arcadas. Su fachada reproduce por primera vez la superposición de órdenes (toscano en el primer piso, jónico en el segundo y pilastras de orden corintio en el tercero en forma de ático) inspiró al constructor del Coliseo. El material usado, mármol travertino, también se utilizaría en la construcción del mayor anfiteatro romano del mundo.
Teatro romano de Pompeya (Italia)
En Pompeya se ha localizado el teatro en las inmediaciones del Foro Triangular. Se fundó a finales del s. III a.C., aunque fue protagonista de numerosas remodelaciones a lo largo del tiempo. Con un aspecto de mayor modernidad que la de los teatros clásicos, la construcción del theatrum tectum u odeón, dedicado a la música y a la comedia musical, se construyó en el siglo I a.C. Es, pues, un teatro enteramente romano, tanto por su fecha como por su forma, estrictamente semicircular, sin los alargamientos que muestra el teatro grande, helenístico aunque rehecho y ampliado en época de Augusto. El odeón fue sepultado por la erupción del Vesubio en el año 79, y se descubrió durante las excavaciones arqueológicas realizadas en la antigua Pompeya.
Teatro romano de Itálica (Sevilla)
En la ciudad romana de Itálica, fundada por Publio Cornelio Escipión “El Africano” en el año 206 a.C., situada en el Bajo Guadalquivir, a medio camino entre Sevilla (Hispalis) y Alcalá del Río (Ilipa), encontramos el teatro que parece ser la obra civil más antigua, de este enclave. Data de época de Augusto, se construyó en tres etapas, entre los años 30 y 37 y posteriormente, durante los años 60 y 80 se efectuaron reformas de gran importancia en la fachada semicircular y en la escena. La técnica de construcción de los romanos durante todo el siglo I era de hormigón, y a partir de Trajano se utilizó el ladrillo. Este edificio se decoró con revestimientos y pavimentos de mármol policromo, inscripciones dedicatorias con letras en bronce, aras con relieves, fuentes escultóricas, columnas de mármol, estatuas, etc.
Teatro romano de Orange (Francia)
Como otras ciudades del sur de Francia, Orange fue fundada en el siglo I a.C. para dar cabida a los veteranos de guerra (en este caso, la Legio III Gallica de Julio César).Esta colonia romana estrenó su teatro en el año 40 a.C. y se clausuró en 391.Tiene la particularidad de que es uno de los pocos teatros romanos del mundo que conserva el muro de escena entero, con su elevación original: 103 metros de largo por 37 de alto. Su gradería tenía una capacidad para 10.000 espectadores.Las hileras de butacas distribuidas en la cávea formaban tres niveles distintos: el primer nivel era destinado únicamente a las grandes autoridades locales, en el segundo se disponía el pueblo libre y que tenía la ciudadanía romana. Finalmente, en el tercer nivel, el más alejado del escenario se disponían los extranjeros, esclavos y estrados más bajos de la sociedad, entre ellos, las prostitutas.Sin embargo, aunque gracias al diseño del teatro romano las distintas clases sociales nunca se mezclaban entre sí, la entrada era gratuita tanto para los más altos dignatarios como para las clases menos favorecidas.
Teatro romano de Mérida (Extremadura)
El teatro romano de Mérida erigido por el gobierno romano en la colonia Augusta Emerita. Su construcción fue promovida por el cónsul Marco Vipsanio Agripa y, según una fecha inscrita en el propio teatro, su inauguración se data hacia los años 16-15 a.C.En su origen este edificio con capacidad para 6.000 espectadores, estaba compuesto por un graderío semicircular de hormigón romano revestido de granito, la escena para las actuaciones, con un pavimento de mármol, además de tres puertas y varias estatuas.Hoy en día, este espacio que acoge cada verano las representaciones del Festival de Teatro Clásico de Mérida. Una cita que devuelve cada verano todo el esplendor y la función original a este edificio romano que actualmente tiene capacidad para albergar 3.000 personas.
Teatro romano de Volterra (Italia)
La villa toscana de Volterra alberga las ruinas de un teatro romano, que tenía una capacidad para 2.000 espectadores.Data de finales del siglo I a.C., y su construcción fue financiada por la familia Caecina, o Cecina, un clan notable en esos tiempos, bajo el reinado del emperador Augusto. Un epígrafe descubierto en el edificio sugiere que construyeron el teatro como homenaje a su emperador. Esta obra arquitectónica antigua fue descubierta en la década de 1950 por un arqueólogo de Volterra, que lo encontró en un estado sorprendentemente bueno.