Curiosidades de la Historia
La historia está llena de anécdotas extrañas, divertidas o trágicas. Te contamos algunas de las más extravagantes

Edad de oro de la medicina
Ahora vemos morder el oro de sus medallas a muchos deportistas, pero hace años, la gente, literalmente, se lo comía. Varios siglos atrás el oro mejoraba la salud, o eso decían los médicos. Los más pudientes masticaban láminas de oro y aliñaban las comidas con polvo de este preciado material. Incluso el rey Luis XII ingería oro líquido para estar sano.

Un flacucho con estrella
Los inicios nunca son fáciles, que se lo digan al famoso actor de Hollywood Cary Grant. Antes de llegar al éxito, se llamaba Archibald Leach, un inglés al que rechazaron en varias ocasiones por estar muy delgado. Su suerte cambió y acabó convirtiéndose en una leyenda del cine.

El vil cazador
El famoso Búfalo Bill, famoso por sus espectáculos en el siglo XIX, era un experto cazador de bisontes, de hecho, presumía de haber llegado a cazar más de 4.000. Pese a esto, al final de su vida fue uno de los que más luchó por la conservación de este animal, que se vio al borde de la extinción.

El inventor Marx
Herbert Marx, el más joven de los hermanos Marx conocido como Zeppo, además de su emblemática faceta de actor, tuvo otra de inventor, y de los buenos. Fundó una empresa dedicada a material armamentístico, utilizados algunas de sus creaciones por el ejército, y, además, también patentó el reloj que actuaba también de pulsómetro.

Pancho, un líder muy cariñoso
Según el chófer del líder revolucionario mexicano Pancho Villa, este tenía una agenda muy apretada, pero divertida. Afirma que llegaba a visitar hasta a cinco de sus novias en un solo día.

Cuando no había selfies
Ahora ,con un solo click , ya tenemos la foto tomada, y si la cámara lo permite hasta realiza la captura de varias imágenes. Antes, a mediados del siglo XIX, para tomar una foto hacían falta unos 15 minutos, y por ello los fotógrafos tenían unos bastidores para que la gente apoyase la cabeza y no se cansara demasiado.

Hasta que la muerte nos separe
Así de literal fue la vida amorosa de Félix Faure, sexto presidente de la III República Francesa, con una prostituta. Mientras mantenían relaciones el gobernante falleció, y según cuentan, los médicos tuvieron que amputar el pene al difunto para poder separarlo de la joven.

Dictador hormonado
Los dictadores tienen que tener algo especial, que les dé aspecto de duros, y Hitler no iba a ser menos. Su médico de confianza, Theodore Morell, para mantener viva la virilidad del líder nazi, le inyectaba un compuesto peculiar. La solución contenía hormonas de testículos de animales machacados.

Emperador y acosador
Al César lo que es del César ¿y quién mejor que él para decidir que era suyo? El famoso emperador romano obligaba a las mujeres casadas a tener relaciones sexuales con él, para después acusarlas de adulterio y conseguir que se divorciaran.

La oreja de Hircano
Cuando Antígono se colocó como rey de Galilea, asesinó a muchos hombres clave del depuesto rey Herodes, para hacerse respetar. El sumo sacerdote del momento, Hircano, hombre fiel a Herodes, corrió una suerte distinta. Antígono no mando asesinarlo, sino cortarle una oreja. Según las leyes religiosas, una tara física era impedimento para ejercer el sacerdocio, y de este modo, Antígono asumió también este cargo.