¿Por qué guardamos tantas cosas inútiles?
Uno de los motivos tiene que ver con el coleccionismo. Igual que nos da por acumular relojes o sellos, guardamos objetos por el gusto de que mantengan un orden preciso o pertenezcan a una determinada categoría. Poseer, por ejemplo, un destornillador de cada tipo aunque no hagamos bricolage nos proporciona placer. Otra razón es la posibilidad de darnos una sorpresa en el futuro con fotografías, recuerdos o notas. Por último, un factor nada desdeñable es la indecisión de algunas personas, su falta de voluntad para deshacerse de nada.