2020 parece ser el año de despedida de una generación de consolas que nos ha regalado grandes momentos. Si en junio PlayStation soltaba su traca final con The Last of Us Parte II, la continuación de su gran título exclusivo, en julio nos ha vuelto a dar una alegría con el lanzamiento de Ghost of Tsushima, un videojuego desarrollado por Sucker Punch que llevaba dejándose ver desde hacía tiempo y prometía una experiencia de mundo abierto y aventuras protagonizada por un temible guerrero samurái.
Ghost of Tsushima nos traslada al año 1274, cuando las fuerzas de Kublai Kan llegaron a las costas de Tsushima con la intención de instaurar una base segura desde la que lanzar una conquista masiva del archipiélago nipón. Por entonces el kan no solo poseía el mayor imperio de su tiempo sino que sus ejércitos eran los mejores y más temidos de toda Asia y parte de Europa. Para enfrentarse a ellos, la isla contaba con la guarnición del señor local (entre 80 y 100 samuráis). Hasta aquí el planteamiento histórico que toma los hechos como punto de partida para contar una historia propia de cualquier película de Akira Kurosawa (a quien el juego debe muchísimo). Nos ponemos en la piel de Jin Sakai, sobrino del poderoso señor Shimura que sobrevive a la primera batalla con los mongoles y decide buscar venganza por su cuenta, aunque eso signifique abandonar el código por el que se ha regido toda su vida. Escaso de aliados y con recursos limitados, Jin tendrá que decidir qué está dispuesto a sacrificar para salvar a su pueblo y vencer al invasor y si podrá convertirse en la leyenda que encarna todo aquello que es contrario a la vida samurái: el Fantasma.
Ghost ot Tsushima destaca principalmente por dos cosas. Por un lado, la excelente simulación que hace de lo que debía sentirse al ser un guerrero samurái, desde su lado más culto y sosegado hasta el dominio de las distintas técnicas de combate y la lucha singular en duelos de katana que quitan el aliento. Por otro, la profunda ambientación y el trabajo de recreación de la desbordante naturaleza de Tsushima, que puede apreciarse en cada brizna de hierba y cada riachuelo que fluye sin que la guerra perturbe su curso. Precisamente ambos elementos se unen en el trato que Jin tiene con el entorno y la naturaleza que le rodea, ya que depende de ella para orientarse y sobrevivir.
Ghost of Tsushima ha querido alejarse un poco de esos minimapas con la ruta señalada o brújulas sobre nuestra cabeza y ha apostado por un tipo de orientación en la que el jugador debe aprender a leer las señales que el bosque y la montaña le dan. Durante los primeros momentos del juego es un poco chocante porque es un sistema al que los títulos de mundo abierto no nos tiene acostumbrados pero una vez le coges el punto resulta muy cómodo y supone un punto a favor para el juego de Sucker Punch.
Para facilitar el trabajo a aquellos que acaben de empezar a sumergirse en la historia de Jin Sakai, aquí os dejamos algunas de las principales señales que tendréis que aprender a interpetar si queréis sobrevivir en Tsushima.
Imagen: PlayStation.
El mapa
Como todo juego de mundo abierto, Ghost of Tsushima cuenta con su propio mapa para tener controlados los puntos de interés, acceder a la opción de viaje rápido y que el jugador pueda consultarlo si en algún momento está perdido. Sin embargo, parece que Sucker Punch quería fortalecer la sensación de exploración y el mapa nos aparecerá completamente vacío al principio, apenas un suave boceto del contorno de la isla. Tendremos que recorrerlo de punta a punta y visitar todos los lugares destacados en él (ciudades, asentamientos, templos, áreas de duelo…) para ir descubriéndolo conforme nuestro viaje avance.
Imagen: PlayStation.
El viento
El viento será nuestra brújula particular en nuestro recorrido por Tsushima. En vez de ofrecer las clásicas rutas sobre minimapa en la propia pantalla, el juego basa la orientación del jugador en su camino hasta el lugar elegido en ráfagas de viento que mecen la hierba y nuestra capa, y elevan otros objetos del entorno como hojas, pétalos de flores o nieve. El jugador puede comprobar la dirección del viento en cualquier momento y el propio juego nos avisará con otra ráfaga si nos equivocamos o nos alejamos en exceso del área correspondiente.Este elemento es uno de los más novedosos de Ghost of Tsushima y, aunque al principio resulta un poco extraño y es perfectamente normal estar comprobando hacia dónde va el viento cada cinco pasos, uno acaba por acostumbrarse al sistema de orientación del título en muy poco tiempo. Además, al no haber mapa presente ni senderos marcados la sensación de descubrimiento y exploración es mucho más natural y satisfactoria y el efecto del viento en pantalla y el sonido saliendo de nuestro DualShock le dan un toque epiquísimo.
Imagen: PlayStation.
El humo
Donde hay humo hay fuego y donde hay fuego hay o ha habido personas. Esta afirmación tan sencilla nos indica la importancia que tendrán el humo y el fuego a la hora de localizar a los invasores mongoles o a otros habitantes de la isla. El humo se puede ver a una gran distancia y siempre nos llevará hasta algo interesante que hacer e incluso, una vez sepamos diferenciarlos, podremos ir preparados para la ocasión.Un hilillo de humo gris que solo se ve cuando ya se está relativamente cerca puede ser señal de que alguien ha encendido una hoguera y si nos acercamos encontraremos pequeños campamentos de refugiados, pueblerinos, bandidos o mongoles. Una humareda más alta pero que mantenga el color gris suele ser señal de que procede del fuego de una o varias casas, por lo que si la seguimos llegaremos hasta una aldea (ocupada o no). Por último, las grandes columnas de humo negro implican un incendio provocado por los mongoles en alguno de sus saqueos y, por lo tanto, muchos enemigos a los que hacer frente si vamos en esa dirección.
Imagen: PlayStation.
Las bandadas de pájaros blancos
En Ghost of Tsushima, la naturaleza nos habla a través de todas las formas que podamos imaginar y eso incluye a los animales que pueblan el juego. Si vemos a una bandada de pequeños pájaros blancos como la nieve revolotear sobre un punto concreto significa que allí cerca hay un lugar perfecto para componer haikus (poemas breves nipones). Además de encontrarnos con un paraje de gran belleza natural, estos lugares nos permitirán crear nuestro propio haiku en una especie de minijuego que muestra el lado más sensible y culto de los guerreros samurái. Como recompensa recibiremos una cinta para personalizar el aspecto de Jin Sakai.
Imagen: PlayStation.
Los pájaros dorados
Estas aves de tonos áureos en el plumaje serán de gran ayuda durante nuestra aventura, pues aparecerán cada vez que estemos cerca de algún lugar u objeto de interés y nos guiarán directamente hasta ellos. La primera señal que recibiremos será el sonido de su canto, fácilmente reconocible porque es mucho más musical que el resto de pájaros que escuchamos y suele estar compuesto por dos notas distintas. Si aun así se nos escapa no pasa nada, ya que estos pájaros suelen revolotear a nuestro alrededor cuando estamos cerca y acaban por colarse en pantalla.
Imagen: PlayStation.
Los halcones
Y al igual que hay pájaros que nos ayudarán y guiarán nuestros pasos, otros resultarán un verdadero incordio. A partir de determinado punto de la historia empezaremos a encontrarnos halcones por el juego, animales que los mongoles utilizan para vigilar los alrededores y que están entrenados para detectar (y señalar) la posición de posibles enemigos.Si estamos en un campamento enemigo y hay halcones sobrevolando, nos detectarán en cuanto hagamos un movimiento raro y empezarán a chillar para atraer la atención de sus fieros amos. Si, por el contrario, los vemos en plena naturaleza, significa que hay patrullas de enemigos cerca y podríamos o bien eliminarlos para que no alerten a los mongoles o seguir sus movimientos hasta localizar la posición del enemigo.
Imagen: PlayStation.
Los zorros
Según las antiguas creencias niponas, los zorros son mensajeros de Inari, deidad de la fertilidad, la agricultura y el amor. Son animales astutos, escurridizos y con un fuerte vínculo sagrado con Jin que hace que, si lo ven cerca de sus madrigueras, lo llevarán hasta un altar de Inari que hará que nuestro protagonista pueda portar más amuletos con diversas ventajas. Al igual que los pájaros, los zorros se presentarán ante nosotros y harán que les sigamos sin ser esto una prueba demasiado difícil, pero estos solo aparecerán en sus madrigueras.Los refugios de los zorros quedan señalados en el mapa una vez los encontramos y son relativamente sencillos de reconocer una vez sabemos qué aspecto tienen: se trata de árboles de tronco fino retorcido y hojas amarillas que siempre se alzan sobre algunas rocas en las que se encuentra la entrada a la madriguera.
Imagen: PlayStation.
Los arcos torii
Como ya hemos visto, la espiritualidad es un elemento muy importante en Ghost of Tsushima y en la evolución de Jin. Aunque visitaremos grandes templos que se convertirán en una especie de refugio y mercado en el que poder mejorar nuestro equipo, también hallaremos otros templos menores donde mostrar nuestros respetos a los ancestros y ganar poderosos amuletos. Estos templos están señalizados con arcos torii, las clásicas estructuras japonesas que marcan el acceso a un lugar sagrado. Cuando encontremos uno, solo tendremos que seguir el sendero que parte de él y encontrar la forma de alcanzar el templo, ya que el camino principal siempre estará cortado o dañado.
Imagen: PlayStation.
El vapor y los árboles rojos
Entre tanto cabalgar, pelear contra los mongoles y convertirse en un héroe del pueblo de Tsushima, es normal que Jin acabe molido y deseando tomarse un breve (aunque merecido) descanso en algún rincón de la isla. No hay lugar que mejor restaure la fuerza de espíritu y aumente la salud máxima de nuestro personaje que los manantiales de agua termal. El primero lo encontraremos al progresar en la historia pero los demás tendremos que descubrirlos por nuestra cuenta. Estos manantiales siempre aparecen a la sombra de varios árboles de hoja roja y emiten un liviano hilo de vapor que solo se aprecia cuando ya se está cerca, pero que puede servir para delatar su posición.
Imagen: PlayStation.
Los caminos
Puede que esta señal sea una obviedad, pero no queremos dejarnos nada en el tintero. Ghost of Tsushima nos permite viajar por donde nos plazca y llegar a nuestro destino a través de la ruta que nos parezca más conveniente pero no hay que olvidar que la línea recta es el trayecto más corto y que, si ese camino está ahí, será por algo. Es cierto que los senderos de tierra nos exponen a cruzarnos con patrullas enemigas o aldeas ocupadas pero son una opción a tener en cuenta, sobre todo cuando hay montañas de por medio y no estamos seguros de poder escalarlas fácilmente.
Imagen: PlayStation.
Los cementerios
Uno de los coleccionables que el jugador debe conseguir en Ghost of Tsushima son las jaulas de grillos, que nos permitirán aprender nuevas melodías para interpretarlas con la flauta de Jin. Pues bien, como si de la película de Mulan se tratase, estos grillos se encuentran encerrados como ofrendas a los muertos y, ¿dónde podemos encontrar muertos? Pues sí, en un cementerio. Cuando demos con uno de los muchos camposantos que hay por la isla, conviene echarle un buen vistazo y tener el oído bien atento para encontrar al dichoso grillo de la suerte.
Imagen: PlayStation.
Las piedras rojas y los puntos de agarre
Nuestro periplo por Tsushima nos llevará a abandonar la rectitud de un samurái y abrazar la vida del Fantasma, una sombra que se mueve en la noche y desaparece dejando un reguero de muerte y sangre. Para ello, debemos aprender que la puerta principal no siempre es la mejor forma de acceder a un sitio, por lo que debemos buscar rutas alternativas que, en muchos casos, nos llevarán a las alturas.Para escalar los imponentes riscos y acantilados de Tsushima hemos de buscar piedras rojizas, salientes que nos permitirán trepar por las paredes de roca y llegar rápidamente a terrenos altos. En los primeros momentos puede resultar algo problemático pero acabaremos familiarizándonos y los puntos de escalada parecerán destacar entre el gris de la montaña. A partir de cierto punto de la historia recibiremos un garfio que nos ayudará a columpiarnos y escalar más rápido, incluso por paredes lisas. Esta herramienta tan valiosa podremos utilizarla en los puntos de agarre señalizados con una cuerda blanca enredada en un pequeño paño rojo alrededor de una rama o saliente.
Imagen: PlayStation.
Los muertos y la sangre
Kublai Kan no mandó a sus ejércitos a Japón para tomar el té o hacer turismo, sino para saquear, asesinar y destruir todo lo que encontraran a su paso hasta que los nipones estuvieran totalmente sometidos a su voluntad. Conforme avancemos por la isla será normal encontrarnos, en cualquier lugar y momento, manchas de sangre y cadáveres asesinados de las peores maneras posibles. Esto, en la mayoría de los casos, significará que los atacantes todavía están cerca y que si seguimos ese camino nos daremos de bruces con ellos.Si nos fijamos en los cuerpos, es posible descubrir quiénes fueron los responsables del ataque y así ir preparados para el enfrentamiento. Si hay cadáveres quemados, fueron los mongoles. Si todos los cuerpos murieron por heridas de una espada, es probable que nos encontremos con un grupo de ronin renegados. Si hay flechas o caballos muertos podría ser cosa de mongoles o de bandidos tendiendo una emboscada.
Imagen: PlayStation.
Las huellas
En más de una ocasión Jin tendrá que demostrar sus habilidades como rastreador y buscar indicios que le lleven hasta personas que han huido de X lugar. Lo habitual será que ese rastro esté conformado por huellas, marcas de pisadas en el suelo a las que tendremos que prestar atención para poder seguirlas y hallar así a nuestros objetivos. ¿Cuál es el lado bueno de esto? Pues que las personas a las que perseguimos son muy educadas y no suelen salirse del sendero de tierra, por lo que no será muy difícil pillarlos.
Imagen: PlayStation.
Los rayos
En una entrevista con GameSpot, Nate Fox, director narrativo del título, dijo que la forma en que afrontemos la historia afectará al clima de la isla. Cuanto más utilicemos el sigilo, el asesinato por la espalda y las armas del Fantasma, peor tiempo hará en Tsushima y por lo tanto el ambiente será mucho más oscuro y siniestro. Esta mecánica parecía hacer especial hincapié en las tormentas eléctricas y los rayos, que serían más abundantes cuanto menos honorable fuera nuestra forma de jugar.Sin embargo (y puede que estemos equivocado), nosotros hemos detectado otra funcionalidad de los rayos. Desde que emprendemos la primera misión mítica (se nos cuenta una historia como si fuera una leyenda y nos permite desbloquear armas, armaduras y movimientos legendarios) con la que nos encontramos ya se aprecia la importancia del rayo en la misma. Por nuestra experiencia en el juego, cada vez que te acercas al lugar donde se completa una misión mítica los rayos pueblan el cielo y relampaguean de fondo.
Imagen: PlayStation.
La música
En un videojuego, al igual que en la vida, la música que suena en cada momento tiene un gran peso y es un elemento clave para que el jugador se meta en la historia. Ilan Eshkeri y Shigeru Umebayashi han hecho un excelente trabajo con la banda sonora de Ghost of Tsushima, logrando transmitir las sensaciones que Jin debe experimentar al recorrer la isla que fue su hogar y que ahora corre peligro de desaparecer para siempre. Si bien merece la pena prestar atención a la música por su belleza y gran composición, también es interesante hacerlo por el hecho de que la melodía va cambiando con la acción. Una melodía trepidante puede indicar que hay un combate cerca, mientras que una más calmada puede llevarnos a un lugar de reposo como un templo o un pilar en honor a los guerreros caídos.
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