En noviembre de 2007 Ubisoft tocó la campana. Ese año escuchábamos por primera vez el nombre Assassin’s Creed y conocíamos al misterioso sujeto con una cuchilla en el brazo y su rostro oculto bajo una capucha. Ese año el mundo de los videojuegos daba la bienvenida a una de las sagas que, aun teniendo sus altibajos, se ha convertido en una de las más importantes, exitosas y prolíficas de la década.
La trama de estos juegos se centraba en la Hermandad de los Asesinos y la Orden de los Templarios, dos organizaciones secretas enfrentadas desde tiempos inmemoriales con visiones del mundo completamente opuestas (libre albedrío u orden y control). El mundo del Animus, una simulación basada en el pasado genético de un sujeto, nos permitía viajar a distintas épocas de la historia de la humanidad por lo que cada juego era remodelado de pies a cabeza y nos introducía en un ambiente distinto al que habíamos conocido en el anterior. A la presencia de personajes históricos destacados y a la cuidada recreación que se hacía en edificios, paisajes, vestimentas, armas y costumbres había que sumarle otra serie de características que se han convertido en imprescindibles: amplio mundo abierto que explorar, coleccionables, combinación de sigilo y mecánicas de combate basadas en el bloqueo o el uso del parkour para moverse por el escenario.
E igual que saltábamos de época, cada juego nos hacía cambiar de protagonista (salvo en el caso de Ezio, al que disfrutamos en tres juegos distintos). Los personajes jugables de Assassin’s Creed solían llevarnos a su particular ‘viaje del héroe’ en el que veíamos cómo su destino era revelado y le tocaba enfrentarse a los males y peligros que el mundo había dispuesto para él. A lo largo de las distintas entregas hemos visto luchas por el honor, venganzas, oportunismos descuidados, luchas sociales e incluso cuestionamientos del propio código de los assassins, que en líneas generales nos eran presentados como seres de luz puros. Más allá del aspecto y la historia, Ubisoft ha conseguido otorgar a cada uno de sus protagonistas una personalidad única e individual.
En esta galería hemos querido recopilar a los grandes assassins de la franquicia (centrándonos en las entregas principales únicamente) y puntuarlos según qué nos pareció nuestra experiencia con ellos. Hemos de resaltar que hemos intentado fijarnos exclusivamente en la construcción del personaje y no en lo bueno o malo que era el juego en el que salían, aunque algunas veces resultara difícil separar ambas cosas.
Nada es verdad, todo está permitido.
Imagen: Ubisoft.
1 Ezio Auditore
El primer puesto no sorprenderá a casi nadie y es que los seguidores de la franquicia le tenemos un cariño especial al bueno de Ezio Auditore da Firenze. Si bien es cierto que, al haberlo manejado en tres juegos distintos, hemos tenido la oportunidad de conocerlo mejor y ver un mayor desarrollo, este florentino que vio cómo su vida entera se derrumbaba por culpa de Rodrigo Borgia nos conquistó desde su primera aparición en Assassin’s Creed II. Carisma, inteligencia, encanto, fuerza, habilidad, ingenio… Ezio tiene todo lo que cualquier personaje desearía tener.
Imagen: Ubisoft.
2 Edward Kenway
La vida pirata es la vida mejor y Assassin’s Creed IV: Black Flag nos lo demostró. El juego supuso un cambio de rumbo moderado pero interesante y muy funcional dentro de la franquicia y el personaje de Edward supo destacar. Nos resulta imposible no ver a una especie de Han Solo en él: un corsario egoísta y ambicioso que se ve metido en una trama que no llega a comprender y que al final demuestra tener honor y compromiso con las causas justas. Kennway es un bribón de los que ya no se encuentran.
Imagen: Ubisoft.
4 Bayek de Siwa
Siendo el último miembro de una orgullosa estirpe de guerreros, Bayek y su esposa Aya (que merecería un sitio de honor en esta lista a pesar de que no sea un personaje jugable) emprenden una misión de venganza y redención que les llevará hasta los palacios más lujosos de Egipto y Alejandría. Assassin’s Creed Origins fue la primera vez en la que teníamos la oportunidad de viajar tan atrás en el tiempo y la verdad es que no podríamos haber pedido un mejor protagonista que el letal y escéptico Bayek.
Imagen: Ubisoft.
5 Shay Cormac
Assassin’s Creed Rogue nació como premio de consolación para esos jugadores que no se habían pasado a la nueva generación de consolas pero, mira tú por dónde, la cosa no salió tan mal como muchos esperábamos. Si bien es cierto que las mecánicas eran casi idénticas a las de Black Flag y se usaba un refrito de parte de los escenarios de AC III, la gran diferencia radicaba en que esta vez manejábamos a un assassin reconvertido en templario. Shay Cormac nos presentaba, por primera vez, un punto de vista crítico y más amplio de ambas organizaciones e incluso conseguía que simpatizásemos con quienes hasta ahora habían sido nuestros enemigos.
Imagen: Ubisoft.
6 Kasandra/ Alexios
Assassin’s Creed Odyssey nos permitió elegir entre un protagonista femenino (Kassandra) o uno masculino (Alexios), siendo el que desecháramos nuestro hermano perdido. Lo cierto es que ambos funcionaban bien en el papel principal y nos permitían, a través de los flashbacks y los viajes por toda Grecia, asomarnos al pasado de una persona rota que lo ha perdido todo y se empeña en encontrar su lugar en el mundo sin importar lo que cueste. Toda una tragedia griega, nunca mejor dicho.
Imagen: Ubisoft.
7 Jacob y Evie Frye
Assassin’s Creed Syndicate introducía una nueva mecánica: el título tendría a unos hermanos gemelos por protagonistas y según el momento de la historia manejaríamos a uno u otro. Así es como conocimos a los Frye y la verdad es que, teniendo en cuenta lo bien que se complementan, no hemos querido separarlos en el ranking. Jacob es pura acción, impulsivo y rebelde, mientras que Evie es formal y cuidadosa, especialista en estrategia y sigilo. Por separado son buenos pero cuando trabajan juntos superan al mejor de los assassins.
Imagen: Ubisoft.
8 Connor
El protagonista de Assassin’s Creed III supuso un cambio considerable respecto a Ezio tanto por su historia personal como por la aproximación que hacía al mundo de los assassins. Si bien sus orígenes como miembro de la tribu mohawk fueron desaprovechados y no sirvieron para otra cosa que como dato anecdótico en un par de misiones, el enfrentamiento con su padre (un templario) y la venganza contra el asesino de su madre aportaban ciertos elementos a su carácter serio y firme que llamaban la atención. Su relación con Aquiles, su viejo maestro, nos regaló algunos de los mejores momentos del juego.
Imagen: Ubisoft.
9 Adewalé
Muchos le cogimos cariño cuando era nuestro segundo al mando en el Jackdaw y tal vez por eso tuvimos la oportunidad de manejarlo en Gritos de Libertad, un DLC que se convirtió en juego independiente. Adewalé perdía el carisma de rufián de Edward pero a cambio se lucía con un toque trágico, un deber moral en su lucha contra la esclavitud y una letal combinación de trabuco y machete para darle una lección a cualquiera que se pusiera en su camino.
Imagen: Ubisoft.
10 Aveline de Grandpré
Esta joven franco-africana fue el primer personaje femenino jugable de toda la saga pero por desgracia apareció en un título que brillaba más por sus carencias que por sus virtudes, Assassin’s Creed Liberation. El personaje tenía carácter y podría habérsele sacado mucho más provecho pero la realidad fue que la historia era tan plana que ha acabado arrastrando a su protagonista.
Imagen: Ubisoft.
11 Arno Dorian
La adición de nuevos elementos RPG en Assassin’s Creed Unity hicieron que los jugadores tuviéramos más libertad a la hora de personalizar a Arno (aunque solo fuese en la armadura y las armas), por lo que sentimos que era más nuestro. El problema es que, quitando el encanto natural de París y la elegancia de finales del XVIII, Arno y su historia crossover entre la venganza de Íñigo Montoya y el romance a lo Romeo y Julieta tienen poca gracia. Este assassin se quedó frío…
Imagen: Ubisoft.
Mención especial: Eivor matalobos
Assassin’s Creed: Valhalla llegará al mercado a finales de 2020 y nos llevará a plena Era vikinga, durante los enfrentamientos entre los saqueadores del norte de Europa y los reyes sajones. El protagonista será Eivor (hombre o mujer a gusto del jugador), personaje que parece tomar como base a Edward Kenway y que se meterá en el follón de asesinos y templarios casi sin saberlo. Por lo poco que sabemos hasta ahora, AC Valhalla será el juego que más opciones de personalización nos dará y en el que profundizaremos en aspectos sociales más amplios como el cuidado de nuestro asentamiento o las relaciones con los reinos vecinos. Solo Odín sabe lo que nos espera…
RECIBE CADA SEMANA LAS NEWSLETTERS DE MUY INTERESANTE