¿Qué es el Giving Tuesday?
Frente al consumo desmedido que fomenta el Black Friday, surgen iniciativas como el Giving Tuesday: un día dedicado a colaborar en proyectos solidarios.
El Black Friday, una jornada de compras compulsivas que se originó en EEUU para animar a las personas a adquirir los primeros regalos navideños con grandes descuentos, no para de ganar adeptos en todo el mundo. Según el III Informe de resultados y previsiones para Black Friday 2019 realizado por CupoNation, en la edición de 2018 de España el gasto medio en compras on line fue de 149,24 euros, lo que supuso un 45% más con respecto a la edición anterior.
Frente a este día dedicado al consumo desmedido han surgido alternativas como el Giving Tuesday, un movimiento mundial que pretende incentivar las buenas acciones y la participación en proyectos que mejoren la vida de las personas. Nació en EEUU en 2012 como respuesta al Black Friday y al Cyber Monday, y llegó por primera vez a España en 2015. Ese año se recaudaron 405.000 euros destinados a más de 260 proyectos sociales. Al igual que el Black Friday, el Giving Tuesday no ha dejado de crecer, y cada vez más personas se suman a la acción, colgando proyectos en la plataforma, donando o dando visibilidad a la iniciativa a través de las redes sociales.
En la página web del movimiento Giving Tuesday se pueden consultar decenas de proyectos solidarios que aprovechan la iniciativa para recaudar fondos. Este año tendrá lugar el 4 de diciembre y, por ejemplo, Intermon Oxfam está dando visibilidad al problema de la emergencia climática en Guatemala, donde los periodos de sequía son cada vez más largos y el 50% de los menores de 5 años sufre desnutrición crónica.
El Instituto de Investigación Biomédica de Barcelona, a su vez, ha lanzado el #RetoMetástasis con el objetivo de recaudar 5 millones de euros para acelerar la investigación, captando nuevo talento, adquiriendo tecnología punta y habilitando nuevos espacios de laboratorio.
La asociación SUPerando ya ha cumplido 4 años compartiendo actividades de paddle surf y surf con personas con diversidad funcional o en riesgo de exclusión social. Este año, aprovecha el Ginving Tuesday para recabar fondos que permitan incorporar a su material una tabla adaptada con silla regulable para personas con movilidad reducida.

Giving Tuesday
El Black Friday lo paga el planeta
Ya no es solo una cuestión de consumo desmedido. Según recuerdan expertos de la Universidad Abierta de Cataluña (UOC), el incremento de compras on line durante el Black Friday requiere un enorme esfuerzo logístico: la patronal del sector de UNO Organización Empresarial de Logística y Transporte estima que se repartirán, de media, unos 2,5 millones de paquetes diarios. Y cada uno de esos movimientos tiene efectos sobre el planeta.
Aunque a primera vista la compra por internet puede parecer menos contaminante (se evitan, por ejemplo, desplazamientos en coche a los centros comerciales o a las ciudades), lo cierto es que muchas veces hablamos de envíos pequeños, que conllevan un gasto grande en envoltorios de plástico y cartón. “También está la dificultad de poderlo entregar en un único viaje porque la persona no siempre está en casa para recogerlo, y el transporte internacional —cuando el producto viene de China, por ejemplo— contrarrestan la ventaja que supone que el comprador no tenga que desplazarse”, explica Neus Soler, profesora de los Estudios de Economía y Empresa de la UOC.
Green Friday: comprar sostenible… o no comprar
Otra de las alternativas al consumo salvaje del Black Friday es el Green Friday que propone, el mismo día (último viernes de noviembre), abstenerse de consumir y, en caso de hacerlo, verificar que el producto adquirido sigue unos criterios mínimos de responsabilidad social y ambiental. Se trata de un día dedicado a un consumo responsable, verde y ético.
Además, y ya que el fenómeno Black Friday parece imparable, los expertos también sugieren medidas que podrían contrarrestar los efectos negativos de esta campaña. “Las políticas públicas pueden promover el respeto al medio ambiente estableciendo una serie de condiciones que aseguren que campañas como esta no generen un gran impacto en el entorno”, explica Eduard J. Álvarez Palau, también profesor de la UOC, quien añade que usar vehículos para las entregas como bicicletas o patinetes eléctricos no es la única solución para garantizar menor daño al entorno. “Por ejemplo, ampliar los plazos de entrega. Si el consumidor facilita al vendedor que pueda hacerle entrega de la mercancía comprada con más margen, le dará suficiente margen temporal como para dejar de presionar la cadena de suministro. De esa forma, se atenuaría la presión que sufren los almacenes, que dispondrían de más tiempo para aprovisionarse, almacenar y distribuir, y a su vez el transportista podría organizarse mejor para hacer una entrega de productos más eficiente, llevando los vehículos más cargados”, concluye.