Parece que el ser humano tiene, en su naturaleza, una vocecilla que le impulsa a ser competitivo, a intentar superar a otros. Si ocurre en un entorno amigable y sano en el que un juego solo es un juego, a todo el mundo le gusta un buen pique de vez en cuando. Los deportes podrían ser el ejemplo más claro de este comportamiento pero han surgido otros ambientes en los que también puede surgir una competición. Los videojuegos son uno de ellos.
Pensemos en los videojuegos como en un desafío, una prueba en la que siempre (siempre) habrá que superar un problema. Puede tratarse de la propia consola, esa inteligencia artificial diseñada para demostrar que es mejor que el jugador o al menos ponérselo difícil, pero también puede ocurrir que el rival sea otra persona con el mismo interés en ganarque tú. Muchas máquinas de arcade permitían compartir partida a dos jugadores para enfrentarse o para cooperar durante el juego, y esa posibilidad pasó a las consolas de sobremesa e incluso a las portátiles, que podían conectarse. Pero eso fue hace bastante, las cosas siguieron su camino y la tecnología abrió la posibilidad a poder jugar no con uno o dos jugadores, sino con cientos de ellos provenientes de todo el mundo. Hablamos, como no, del gran mundo del videojuego online y los MMO (Massively Multiplayer Online).
Podría decirse, salvando las distancias, que si Internet nació como una red que pretendía conectar distintas universidades estadounidenses para que pudieran compartir información el juego online es un paso más dentro de la finalidad de Internet. Los jugadores interactúan, exploran, mejoran y comparten su experiencia con otros con los que comparten aficiones y gustos, consiguiendo así implementar las sensaciones que un juego puede aportar. Dentro de esa dualidad entre cooperación y enfrentamiento que suele existir en los títulos online, hay géneros que destacan por haber sabido adaptar sus características a las opciones del juego en línea como por ejemplo los RPG, los shooter y, más recientemente, los battle royale.
Aunque son muchos los juegos que nos hemos dejado en el tintero, hemos querido recopilar una serie de títulos cuya popularidad es tan grande o su experiencia tan satisfactoria que no pueden faltar en el currículum de un gamer hecho y derecho. Esta es nuestra selección de free-to-play (al menos en un principio) online favoritos.
Imagen: Blizzard.
World of Warcraft
No nos equivocamos demasiado si decimos que, sin el WoW, el mundo de los videojuegos online no sería lo que es. Se trata del RPG entre los RPGs, el título que definió los juegos de fantasía en línea masivos y que sigue siendo un auténtico referente aun tantos años después de su lanzamiento. ¡Por Azeroth!
Imagen: Counter Strike.
Counter Strike: Global Offensive
Otro clasicazo de los que ni el paso del tiempo ni los juegos que han ido saliendo han superado. Un juego de disparos en primera persona y por equipos en el que un grupo de terroristas y un grupo de las fuerzas especiales deberá aniquilar al otro. No ha hecho falta más para que este juegazo cuente con más de 20 años a su espalda y esté más vivo que nunca con actualizaciones periódicas y una comunidad fiel.
Imagen: EA.
Star Wars: The Old Republic
Un juego online con elementos RPG y basado en el rico y fascinante universo de Star Wars, ¿qué podría salir mal? Lo cierto es que nada. The Old Republic es un juegazo que ofrecía una gran experiencia a los jugadores y captaba con excelentes resultados la esencia de las historias creadas por George Lucas.
Imagen: League of Legends.
League of Legends
El LoL es otro de esos bombazos de los últimos tiempos, un juego de acción y estrategia en el que la inmensa variedad de personajes y la curva de aprendizaje hacen de él un producto verdaderamente adictivo al que todo el mundo puede jugar pero que solo unos pocos llegan a dominar. Lanzado en 2009, hizo grandes avances al dar visibilidad a los e-Sports.
Imagen: Dota 2.
Dota 2
En 2013, al trono del género MOBA le salió un segundo aspirante: Dota 2. Sus semejanzas con League of Legends hicieron que en un primer momento los jugadores tuvieran ciertas reticencias pero ha demostrado poder aportar lo suficiente como para ser un juego por derecho propio. Para muchos, Dota 2 incluye ciertos elementos que complejizan todavía más la mecánica del género.
Imagen: Epic Games.
Fortnite
Fortnite no es el primero pero sí el más popular. El battle royale de Epic Games ha sabido hacerse con el mercado con su desenfadado tono cartoon y una reinvención constante que consigue que cada poco tiempo se sienta fresco sin perder la esencia de ese juego original.
Imagen: Smite.
Smite
¿Pensabais que habíamos acabado con los MOBA? Smite se aleja de otros grandes del género pero conserva los principales puntos que lo definen: la lucha por equipos, el mapa dividido en caminos y el objetivo de destruir las defensas de los rivales (al menos en el modo Conquista, pero además cuenta con otros 5 modos de juego distintos). Algunas particularidades de Smite son su vista en tercera persona (en lugar de la vista de halcón de otros MOBA) y el hecho de que todos sus personajes jugables sean dioses y héroes de todas las mitologías.
Imagen: Blizzard.
Overwatch
Volvemos a hablar de Blizzard (creadores de World of Warcraft) para referirnos a un shooter de primera persona que combina una acción desenfrenada con gran variedad de personajes, un diseño futurista muy atractivo y unos poderes y habilidades especiales que pueden inclinar la balanza de la batalla en cualquier momento.
Imagen: EA.
Apex Legends
Sí, otro shooter. Y sí, otro battle royale. No es de extrañar que los títulos de estos géneros sean tan comunes entre los juegos online teniendo en cuenta lo adecuados que resultan para el juego multijugador y el enfrentamiento entre equipos. Apex Legends nace en el universo de Titanfall y ofrece su propia versión de un battle royale.
Imagen: Blizzard.
Hearthstone
Sí, es la tercera vez que hablamos de Blizzard en esta galería pero prometemos que será la última vez. Heathstone sale del mundo de WoW, toma sus criaturas y ambiente y lo traslada al tablero en un juego de combate por cartas coleccionables que ha conseguido hacerse un hueco en un mercado lleno de espectaculares combates y gráficos de infarto. Si esto es demasiado colorido para vosotros podéis probar el Gwynt, otro juego de cartas basado en el universo de The Witcher.
Imagen: Brawlhalla
Brawlhalla
Divertido y desenfadado, Brawlhalla es un juego de lucha entre jugadores que deben expulsar a sus contrincantes de la arena con las armas que van apareciendo o utilizando sus propios puños. Aunque los controles son siempre los mismos, las estadísticas y las armas que usa cada uno permiten cierta variedad y adaptabilidad al propio estilo de juego.
Imagen: Conqueror's Blade.
Conqueror's Blade
¿Qué aficionado a los juegos de guerra y combate no se ha imaginado comandando a sus tropas mientras rompe las líneas enemigas arma en mano? Este es el planteamiento de Conqueror’s Blade, un título que combina lo mejor de los juegos de estrategia con los de combate. Suena divertido (y efectivamente lo es) pero hará falta una gran planificación y habilidad para salir victorioso ya sea conquistando o defendiendo.
Imagen: Life is Feudal.
Life is Feudal
La fantasía medieval da para mucho y así lo demuestra la infinidad de juegos que se sitúan en ese estilo, pero hay veces que la realidad es igual de emocionante que la ficción. De esa idea parte Life is Feudal, un juego de rol online que permite vivir la experiencia del medievo tal y como cada uno decida (artesano, comerciante, guerrero, mercenario, saqueador, granjero…). Nada de magia, solo tú y tu acero.
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