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7 frases célebres de Severo Ochoa

Severo Ochoa de Albornoz (1905-1993) consiguió por primera vez la síntesis del ARN en el laboratorio, hecho que le honró con el Premio Nobel de Fisiología y Medicina en 1959, compartido con el bioquímico norteamericano Arthur Kornberg, discípulo de Ochoa.

Severo Ochoa de Albornoz (1905-1993), fue un científico español conocido en el campo de la bioquímica y la biología molecular, sobre todo, por haber conseguido por primera vez la síntesis del ARN en laboratorio, hecho que le honró con el Premio Nobel de Fisiología y Medicina en 1959, compartido con el bioquímico norteamericano Arthur Kornberg, discípulo de Ochoa.

Estudió primaria bachillerato en Málaga y posteriormente se licenció en Bioquímica por la Universidad de Madrid. Fue profesor en las universidades de Madrid, Heidelberg y Oxford. Emigró a Estados Unidos en 1941, a causa del estallido de la Segunda Guerra Mundial donde pasaría gran parte de su vida trabajando en la Universidad de Nueva York.

Tras el fallecimiento de su mujer en 1986, Ochoa se sumió en una profunda depresión y no volvió a publicar ningún trabajo científico más. Comenzó a dar conferencias y a atender tanto a estudiantes como a medios de comunicación. Murió en Madrid a la edad de 88 años a causa de una neumonía, unos meses después de haber presentado su biografía “La emoción de descubrir”.

Con numerosas e importantes contribuciones en distintos campos de la Bioquímica y la Biología Molecular (contribuyó también a identificar las correspondencias entre los nucleótidos y los aminoácidos de las proteínas, la clave de la genética), Severo Ochoa nos dejó estas grandes frases:

“El amor es física y química”.

“La ciencia siempre vale la pena porque sus descubrimientos, tarde o temprano, siempre se aplican”.

“Una mujer puede cambiar la trayectoria vital de un hombre”.

“Mi verdad básica es que todo tiempo es un ahora en expansión”.

“Me he dedicado a investigar la vida y no sé por qué ni para qué”.

“Primero el hombre aprende en la vida a andar y a hablar. Más tarde, a sentarse tranquilo y mantener la boca cerrada”.

“En principio la investigación necesita más cabezas que medios”.

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