Las serpientes son cada vez más venenosas
El veneno de la serpiente taipán australiana del interior, el más letal de los ofidios, puede matar a un humano adulto en solo 30 minutos.
El veneno de la serpiente taipán australiana del interior, el más letal de los ofidios, puede matar a un humano adulto en solo 30 minutos.
Aunque no todas las serpientes son venenosas (lo son unas 640 especies de las más de 3.400 conocidas), los compuestos que estas inyectan a través de sus dientes son cada vez más potentes.
“La evolución ha favorecido la aparición de toxinas más selectivas con las dianas moleculares que cumplen funciones fisiológicas esenciales en la presa”, explica Juan José Calvete, del Instituto de Biomedicina de Valencia, en un reciente ensayo publicado en la revista PNAS.
En colaboración con un equipo de investigadores de distintas instituciones internacionales, este experto en genómica, el estudio de la composición proteica de los venenos de estos ofidios, ha reconstruido la historia evolutiva de algunas de sus ponzoñas y ha averiguado que la selección natural ha favorecido las más eficaces.
Su composición varía mucho, lo que dificulta la síntesis de antídotos. No obstante, según la Organización Mundial de la Salud, al menos doscientas de estas salivas modificadas poseen interesantes aplicaciones médicas o biotecnológicas.
Más información sobre el tema en el artículo Qué vida más rastrera, en el número 399 de Muy Interesante, escrito por Abraham Alonso.
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