La legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo reduce la homofobia
Las leyes y políticas públicas pueden cambiar sesgos y actitudes discriminatorias hacia la comunidad LGBT.
Desde comienzos del siglo XXI, cada vez más países han dado el paso de legalizar la unión matrimonial entre personas del mismo sexo: Países Bajos lo hizo en 2001, España en 2005, y numerosos países de Europa y América ya se han sumado a esta iniciativa para avanzar en la igualdad de derechos de todas las personas. No obstante, aún en muchas zonas del mundo esta unión no está reconocida legalmente e, incluso, la homosexualidad está sancionada con prisión y hasta con la pena de muerte.
Además de asegurar un derecho básico y fundamental que es poder contraer matrimonio con la persona elegida libremente, la legalización del matrimonio homosexual tiene una consecuencia muy positiva en las sociedades que lo reconocen: un estudio publicado en la revista PNAS en el año 2019 demostró que, al menos en EE. UU., esta regulación ha supuesto también la reducción en las actitudes homofóbicas de la población.
Estos resultados evidencian que las políticas públicas pueden moldear las normas sociales y alterar las actitudes de las personas. "La idea de que las normas dan forma a las actitudes ha existido en la psicología social durante muchos años", explica Eric Hehman, profesor del departamento de Psicología de la Universidad McGill (EE. UU.) "Queríamos medir si las leyes y políticas también pueden actuar como normas y cambiar sesgos profundamente arraigados".
El matrimonio homosexual en EE. UU.
En 2004, Massachusetts se convirtió en el primer estado de EE .UU. en legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo. En los años siguientes, otros 34 estados y Washington, D.C., harían lo mismo antes de que la Corte Suprema finalmente dictaminara, en junio de 2015, que las parejas del mismo sexo podían casarse en todo el país. Desde entonces, las encuestas han sugerido que el apoyo al matrimonio entre personas del mismo sexo ha aumentado constantemente.
Dado que el matrimonio entre personas del mismo sexo se legalizó en diferentes estados durante el transcurso de once años, el equipo de Hehman pudo mapear las tendencias en los prejuicios contra los homosexuales durante este período.
Al geolocalizar las respuestas un sitio web lanzado en 2002 que mide los sesgos de los encuestados, los autores pudieron examinar los cambios en los sesgos homofóbicos regionales de alrededor de un millón de encuestados durante un período de doce años. Los investigadores compararon estas tendencias antes y después de la legalización a nivel estatal del matrimonio homosexual en cada estado.
Aunque el sesgo implícito y explícito contra la comunidad gay estaba disminuyendo o era estable antes de la legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo, los investigadores encontraron que la legislación que apoya a esta población provocó que el sesgo anti-gay disminuyera aproximadamente al doble de la tasa medida anteriormente.
Por el contrario, en los quince estados que no aprobaron la legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo a nivel local, Hehman encontró un "efecto de reacción violenta". En esos estados, el prejuicio contra los homosexuales aumentó inmediatamente después del fallo de la Corte Suprema que legalizó el matrimonio entre homosexuales en todo el país.
Una posibilidad, dice Hehman, es que, a pesar de que las actitudes estaban cambiando hacia una mayor aceptación del matrimonio entre personas del mismo sexo, aún no se había alcanzado un punto de inflexión de apoyo en esos estados para que la mayoría aceptara el fallo federal.
El estudio también sugiere que las actitudes y la legislación pueden reforzarse mutuamente: la evolución de las actitudes hacia el matrimonio entre personas del mismo sexo puede haber servido de impulso para la legalización tanto estatal como federal.
"En otras palabras, los gobiernos representativos pueden contribuir o intensificar el cambio en la actitud de los ciudadanos mediante la aprobación de leyes", explica el experto. "Tenemos ciertas evidencias de que las leyes habrían provocado un cambio de sesgo, pero es posible que el efecto se haya producido en ambas direcciones".