'Los relojes inteligentes no van a acabar con la relojería tradicional'
Gonzalo de Cevallos (Madrid, 1967), el directivo español más relevante de la industria relojera, nos habla acerca de los retos tecnológicos del sector, del uso de nuevos materiales y de su colaboración con la NASA.
Licenciado en Derecho y apasionado de los relojes –suele lucir uno en cada muñeca–, Gonzalo de Cevallos lleva más de dos décadas en The Swatch Group, legendaria compañía helvética que cuenta con marcas tan emblemáticas como Breguet, Longines, Tissot, Omega, Hamilton y, por supuesto, Swatch.
El madrileño compagina sus cargos de presidente y director general en España con los de vicepresidente y director de operaciones a nivel global.
Para empezar, una pregunta filosófica: ¿el tiempo transcurre si no hay ningún reloj que lo mida?
Sí, por supuesto. Pero si no hay un reloj que lo mida, pasa sin darnos cuenta, y la vida es muy corta como para que no nos enteremos de que transcurre. Siempre debe haber un reloj que mida el tiempo.
¿Se considera tecnófilo? ¿Consigue desconectar de la tecnología en sus momentos de ocio?
Me considero tecnológico. Es más, no podría no serlo teniendo en cuenta el mundo en el que vivimos. Pero sí, soy capaz de desconectar de ella en mis momentos de ocio y, además, creo que es necesario hacerlo para alcanzar una estabilidad sana.
¿Hacia dónde está llevando la tecnología al ser humano?
En términos generales creo que nos facilita la vida y, al mismo tiempo, nos hace más exigentes con nosotros mismos.
Para el medio ambiente, ¿la tecnología es más bien una heroína o una villana?
Creo y deseo que sea más heroína que villana. La tecnología, al fin y al cabo, nace del ser humano, y afortunadamente nuestra sociedad está cada vez más concienciada de lo necesario que es cuidar y proteger el medio ambiente. Aunque todavía nos queda mucho por hacer, es increíble cómo esta responsabilidad se ha convertido ya en algo común. Nos preocupa a todos y es nuestra prioridad, tanto en el ámbito de la empresa como en el personal.
¿Cuál es la figura científica a la que más admira?
Probablemente sea Stephen Hawking, obviamente por su mente extraordinaria y toda su aportación al sector de la ciencia. Sin embargo, para mí también es admirable cómo ha sido capaz de acercar la ciencia y su pasión por la misma a todo tipo de audiencias. Me recuerda, en este sentido, al ADN de Swatch, que nació con el objetivo de acercar a todo el mundo la relojería suiza de calidad y democratizarla.
¿Qué libro está leyendo ahora mismo?
El orden del día, de Éric Vuillard (novela ganadora del Premio Goncourt 2017 que narra los entresijos del inicio de la Segunda Guerra Mundial y la implicación de los empresarios en el ascenso de Hitler al poder).
Dado el nombre de esta sección de la revista, ¿qué características cree que debe poseer un buen líder?
Es fundamental saber gestionar equipos, involucrar a todas las personas en los proyectos, hacer suyos los éxitos y también las áreas a mejorar. La empatía, el sacrificio y la pasión por lo que se hace también me parecen pilares fundamentales. Además, si se quiere que los equipos evolucionen, es necesario un cierto grado de disrupción.
¿Qué aporta más España a la industria relojera: diseño o tecnología?
Diría que España es más fuerte en diseño y, sobre todo, en lo referente a tendencias.

Gonzalo de Cevallos
¿En el futuro seguiremos llevando relojes de pulsera o las nuevas generaciones perderán el hábito, acostumbradas a mirar la hora en el móvil?
Esta pregunta llegó a nuestro sector hace ya muchos años. Al principio asustó, pero ya se ha comprobado que el reloj sigue teniendo uso. Un reloj no solo da la hora: es un complemento de moda, es un sello de personalidad, es un valor sentimental e incluso es parte de la historia; hay marcas de más de 250 años. Esta pregunta me recuerda mucho a la que surgió con la llegada de la televisión y el miedo a la desaparición del periódico, o con la supuesta muerte del cine. Afortunadamente hay hueco para todos, pero está claro que hay que evolucionar con los tiempos sin perder la identidad propia.
Entonces, ¿los relojes inteligentes no van a acabar con la relojería tradicional?
No. Cada vez es mayor el abanico de funciones que ofrecen los relojes: conectividad Bluetooth, sistemas operativos propios…
¿Cuál es la frontera entre relojería y electrónica de consumo?
La relojería es un bien no caduco: no se deprecia, sino todo lo contrario. Hay muchos relojes que tienen un valor sentimental que permanecerá generación tras generación. La electrónica de consumo, en cambio, es un bien perecedero, depende de las tendencias del mercado y su vida útil generalmente es muy corta.
¿Qué campos de las ciencias aplicadas cree que serán más relevantes para el futuro de los relojes a medio y largo plazo?
Probablemente –¡ojalá!– todos los campos de las ciencias aplicadas resulten relevantes para nuestro sector. Un ejemplo de ello es el Omega Seamaster Aqua Terra 150 m 15.000 gauss, el primer reloj que incorporó el revolucionario calibre 8508 Co-Axial, que resiste campos magnéticos incluso mayores de 15.000 gauss. Esto supera con diferencia los niveles de resistencia magnética alcanzados por cualquier movimiento anterior y resuelve un problema que siempre ha preocupado mucho a los maestros relojeros. La tecnología desarrollada por un equipo de ingenieros de The Swatch Group condujo al primer prototipo de este movimiento. Los asistentes de voz están cambiando el modo en que nos relacionamos con nuestros dispositivos.
¿Cree que también se impondrán los comandos de voz en los relojes?
Los asistentes de voz se enmarcan más en la electrónica de consumo que en la relojería. En nuestro sector hay muchísimos avances y trabajamos para poder aplicarlos a nuestros productos siendo fieles a la personalidad de nuestras marcas y a las necesidades de nuestros clientes. Hace medio siglo, el cuarzo revolucionó la industria relojera.
¿Cree que nuevos materiales de laboratorio, como el grafeno o el siliceno, podrían tener un impacto similar?
Sí, por supuesto. Ahora mismo, en Swatch, hemos presentado la colección Flymagic, la primera en integrar una espiral Nivachron™, fabricada con una aleación de titanio recién creada que ofrece unas prestaciones paramagnéticas excepcionales. Los campos magnéticos que nos rodean pueden tener un efecto adverso sobre los movimientos de los relojes mecánicos, y, en este sentido, la espiral Nivachron™ reduce en más de diez veces estas influencias perjudiciales, dependiendo del tipo de movimiento.
En la actualidad, ¿es más apropiado hablar de “relojeros” o de “ingenieros”?
Son dos términos distintos. En nuestra industria los dos son fundamentales para el diseño, construcción y montaje de nuestros relojes.
Omega es proveedor de la NASA. ¿Qué clase de datos le aporta a un fabricante de relojes la experiencia de enviar sus creaciones fuera de la atmósfera terrestre?
Omega, como todas las marcas de The Swatch Group, siempre está dispuesta a descubrir nuevos horizontes y llegar a nuevas metas. La colaboración con la NASA ha sido siempre para nosotros un proyecto fascinante con el que poder salir de nuestra zona de confort y demostrar hasta dónde es posible llegar con un trabajo excelente y un producto de alta calidad. Omega ha sido el primer y único reloj en llegar a la Luna y funcionar.
La NASA planea regresar a la Luna en 2024 y enviar humanos a Marte en 2032. ¿Llevarán un reloj Omega?
¡Por supuesto!