Lo que más gustito da
¿Qué tienen en común un suculento filete, una máquina tragaperras, una sesión de aerobic, una película erótica y un gin tonic? Todos, en mayor o menor medida, activan nuestro circuito cerebral de las recompensas y la satisfacción, una región de la materia gris humana localizada en la sede de las emociones.
¿Qué tienen en común un suculento filete, una máquina tragaperras, una sesión de aerobic, una película erótica y un gin tonic? Todos, en mayor o menor medida, activan nuestro circuito cerebral de las recompensas y la satisfacción, una región de la materia gris humana localizada en la sede de las emociones.
Le preguntamos al neurocientífico David Linden cuál en su opinión el más intenso de los placeres. "La estimulación eléctrica del cerebro", nos responde sin titubeos. "Sé lo que estás pensando: ¿más que comer, dormir o ver una reposición de Seinfeld? Pondré un ejemplo. A una mujer le implantaron un electrodo en el tálamo para aliviar su dolor crónico, técnica usada cuando los fármacos no son efectivos. Sin embargo, la terapia le afectaba a otras estructuras del encéfalo, provocándole un intenso goce sexual. La paciente se autoestimulaba durante todo el día, descuidando higiene y obligaciones. Incluso desarrolló una úlcera en la punta del dedo con el que regulaba la intensidad del aparato. Imploraba a su familia que le quitaran el estimulador, para poco después suplicar que se lo devolvieran", explica el experto.
Más información sobre la importancia de los placeres en el artículo "Nacidos para disfrutar", en el número 366 de MUY, de noviembre de 2011.
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