Duelo en la Antártida
En 1911, el noruego Amundsen y el inglés Scott libraron una carrera dramática por llegar primero al Polo Sur. Amundsen, más experimentado en la nieve, lideraba la expedición a título individual, casi con un propósito deportivo, mientras que el capitán Scott había sido comisionado por el Imperio Británico para dirigir un equipo numeroso y jerarquizado que incluía militares y científicos de diversos campos. Su objetivo no solo era llegar primero sino recopilar muestras para futuras investigaciones.
En 1911, el noruego Amundsen y el inglés Scott libraron una carrera dramática por llegar primero al Polo Sur. Amundsen, más experimentado en la nieve, lideraba la expedición a título individual, casi con un propósito deportivo, mientras que el capitán Scott había sido comisionado por el Imperio Británico para dirigir un equipo numeroso y jerarquizado que incluía militares y científicos de diversos campos. Su objetivo no solo era llegar primero sino recopilar muestras para futuras investigaciones.
Desde sus respectivas bases en la barrera de Ross, junto a la costa Antártida, unos y otros pasaron el verano anterior equipando las rutas que iban a seguir con almacenes de provisiones. Al fin, en octubre de 1911, cuando en la Antártida ya es primavera, unos y otros se lanzaron al objetivo. Por delante, unos 3.000 km entre ida y vuelta sobre un desierto helado a temperaturas siempre por debajo de -15 ºC.
Desde sus respectivas bases en la barrera de Ross, junto a la costa Antártida, unos y otros pasaron el verano anterior equipando las rutas que iban a seguir con almacenes de provisiones. Al fin, en octubre de 1911, cuando en la Antártida ya es primavera, unos y otros se lanzaron al objetivo. Por delante, unos 3.000 km entre ida y vuelta sobre un desierto helado a temperaturas siempre por debajo de -15 ºC.
Amundsen y sus cuatro compañeros noruegos salieron con trineos ligeros y perros groenlandeses para el transporte; la idea era ir sacrificando a los perros más débiles para alimentar a los otros a medida que la ruta se fuera endureciendo. Eso implicaba acarrear menos peso y poder avanzar más ligero, lo que a la larga resultó crucial.
Scott, además de perros y 16 hombres, que irían regresando poco a poco a medida que alcanzaban ciertos puntos para acometer el tramo final con solo 5 elegidos, llevaba caballos manchurianos. Los jamelgos podían cargar más peso, pero no resultaron eficaces sobre el hielo antártico, ya que el sudor se les congelaba sobre la piel y al final tuvieron que ser sacrificados. Por delante, una carrera extenuante, heroísmo y tragedia. ¿Quién llegó primero?
No te pierdas el reportaje completo de Javier Cacho, en el número 368 de Muy Interesante. ¡Y en MUY iPad inlcuye un mapa interactivo!
Si quieres conseguir este ejemplar, solicítalo a suscripciones@gyj.es o descárgatelo a través de la aplicación de iPad en la App Store.
Y si deseas recibir cada mes la revista Muy Interesante en tu buzón, entra en nuestro espacio de Suscripciones.
Y si deseas recibir cada mes la revista Muy Interesante en tu buzón, entra en nuestro espacio de Suscripciones.